Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 14 de octubre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Cultura

Hijos de Saturno, segunda novela del autor cubano, se comenta el jueves en Bellas Artes

No hay escritura sin metáfora: Osvaldo Navarro

Desde 1986 preparó este libro con tinte testimonial acerca de Eustaquio de la Peña

CESAR GÜEMES

La responsabilidad del escritor frente al proceso creativo es en Osvaldo Navarro el motor casi único que lo lleva a trabajar en sus libros. Poeta (Las manos en el fuego, Clarividencia, Xabaneras), obtuvo como narrador el Premio Nacional de Crítica en Cuba en 1984 por su novela testimonial El caballo de Mayaguara. Luego de varios viajes y su vida en México, donde reside desde hace 10 años, Osvaldo Navarro da a conocer Hijos de Saturno (Debate), en la cual deja en claro el quehacer de sujetos como su protagonista, Eustaquio de la Peña, quien ocupó, según la ficción, uno de los tantos papeles secundarios que se repartieron a lo largo y ancho de la historia reciente de Cuba.

-Ha transcurrido un amplio lapso entre que publicas El caballo de Mayaguara y tu más reciente novela. ƑDónde estabas osvaldocomo narrador?

-Estaba tratando de no molestar a mis lectores, si es que los tengo, con obras ociosas. En efecto, en 1984 di a conocer El caballo de Mayaguara, sobre un personaje real del cual salió esa novela, que por suerte tuvo éxito en Cuba donde se vendieron casi 100 mil ejemplares. Al terminar ese libro me di cuenta de que me había quedado con muchos elementos por haber sido consecuente con la historia real que me fue contada por el propio personaje. Entonces busqué hacer el proceso inverso: un libro con tinte testimonial pero que fuese enteramente una novela. Así que en 1986 estuve trabajando sobre Hijos de Saturno.

-Digamos que te acompañó todo ese tiempo.

-Y me vio cambiar. En ese lapso fui por mi parte repensando mi propia historia y la de Cuba. Esto me llevó a muchas lecturas y relecturas. El caso es que llegué a una postura distinta a la que tenía cuando comencé la novela.

-Te viste del todo libre para la ficción.

-Así es. Desde que comencé con el proyecto decidí contar sólo aquello que me interesaba, sin ninguna presión.

-ƑConsideraste la posibilidad, sin embargo, de que fuera leída no como una obra de ficción sino como un documento?

-Era mi idea, quizá lo haya logrado.

-En Hijos de Saturno es evidente un tratamiento personal de la historia cubana. Te funcionó también para dejar en orden la concepción que tienes de ese proceso.

-Así fue. A lo largo de la escritura fui adecuando mis sentimientos hacia Cuba. Quedé en paz conmigo mismo y con mi país, si bien no escribí la novela para eso. No fue un ejercicio de catarsis. Sencillamente decidí hacerla para contar una historia que me parecía digna de ser compartida.

-Aun así, invertiste en ella un tiempo muy considerable, Osvaldo.

-Desde luego no trabajé sobre la novela a lo largo de 14 años, sino en periodos. Empecé a hacerla en Cuba; luego tuve que irme a trabajar a la ex Unión Soviética, donde le dedicaba muy pocos ratos libres. Cuando decidí salir de Cuba tuve que plantearme varias interrogantes que fue necesario responder para que la novela avanzara. Desde luego que si hubiera deseado terminarla antes no lo habría conseguido, no contaba con todos los elementos. Después de venir a México, repensar a Cuba desde aquí y recomenzar mi vida de nuevo, volví a la novela. Me sucedió entonces, por todo esto que narro, que hice la novela de forma lineal, del primer capítulo al último. En ese orden puede verse cómo el personaje va floreciendo. Lo único que yo sabía al principio era justo el primer capítulo. Es más, creo que ningún ensayista o narrador sabe del todo adónde lo va a llevar finalmente su escritura. El proceso de exposición de una idea o de una trama lo lleva a uno de un sitio a otro.

-Di por último qué ha ocurrido con tu trabajo poético, del cual hay varios ejemplos publicados.

-Desde siempre tuve interés por muchos campos de la vida y la literatura. Me correspondió ser muy aventurero en ese sentido. He tenido ese gusto y esa posibilidad. Me parece bien que un escritor tenga diversas formas de decir lo que siente, de modo que no aparezca la prosa en la poesía, ni lo contrario. Y sin que se contaminen, creo que no hay escritura sin metáfora. Cada vez le he ido dando más importancia al lenguaje como problema.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año