251 ° DOMINGO 13 DE OCTUBRE DE  2002
Luiz Inácio Lula da Silva, virtual presidente de Brasil
La vida de
un obrero

FREI BETTO


80 mil metalúrgicos en paro ocupaban el estadio de Vila Euclides, en São Bernardo do Campo el 13 de marzo de 1979. El líder sindical Lula pronunciaba su discurso. No tenía micrófono, pero tampoco hacía falta: los obreros que lo alcanzaban a escuchar repetían sus palabras, como ondas sucesivas de un lago golpeado por una piedra.
Hijo de campesinos que migraron a la ciudad. De niño vendía naranjas. A los 12 años tuvo su primer empleo como ayudante en una tintorería. A los 30, asumió la presidencia del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo e Diadema.
Ahora, todo parece indicar que el próximo mandatario brasileño será el obrero y líder sindical Lula

Fotografía: AFP/Mauricio LimaSão Paulo, Brasil. Luiz Inácio Lula da Silva es pernambucano de Garanhuns, donde nació, según su certificado de bautismo, el 27 de octubre de 1945. En opinión de los hermanos mayores, ésta habría sido la fecha de su bautismo y la de nacimiento el 6 de octubre. El hecho es que, en este octubre, él tendrá un doble regalo: recibirá la votación para presidir Brasil el 6, y enfrentar la segunda vuelta el día 27.

El apellido “Lula” fue incorporado al nombre en 1982, por razones electorales. Penúltimo de los ocho hijos de Eurídice Ferreira de Melo, doña Lindú, y Arístides Inácio da Silva, pasó la primera infancia en las ocho hectáreas de tierra donde su familia plantaba frijoles, maíz y mandioca para su propio consumo.

Cuando Lula cumplió siete años, madre e hijos viajaron 13 días en camión del nordeste hasta São Paulo. Vinieron al encuentro del padre, que trabajaba como estibador en el puerto de Santos. Alumno del grupo escolar Marcílio Dias, donde cursó la primaria, Lula ayudaba al magro presupuesto familiar limpiando zapatos o vendiendo naranjas y tapioca en el puerto de barcas de Santos.

En 1956, la familia se mudó para la capital paulista. Vivía en la Villa Carioca, en un cuarto y cocina en la parte de atrás de un bar. A los 12 años tuvo su primer empleo como ayudante en una tintorería. Dos años después, ingresó a una metalúrgica y obtuvo el diploma de tornero mecánico.

Lula pisó por primera vez el Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo e Diadema en 1967, cuando trabajaba en las industrias Villares. En 1969 fue electo suplente del directorio del sindicato y, en 1972, miembro del directorio ejecutivo. En 1975, asumió por primera vez la presidencia del sindicato, electo con más de 90% de los votos. Relecto en 1978, innovó las campañas salariales, introduciendo la lucha por la reposición salarial y promoviendo amplias movilizaciones de masas.

Capital político en ascenso

Febrero de 1979. En Morumbí, Coríntians y Guarany decidían el campeonato paulista. Se iniciaba la campaña salarial de los metalúrgicos de São Bernado do Campo e Diadema. La pauta de las reivindicaciones incluía 34.1% más del índice oficial, como reposición de las pérdidas salariales. Viendo la multitud en el estadio, Lula tuvo una idea: convocar una asamblea sindical capaz de llenar un campo de futbol.

13 de marzo de 1979: 80 mil metalúrgicos en paro ocupaban el estadio de Vila Euclides, en São Bernardo do Campo. Sin micrófono, Lula pronunció su discurso repetido por los que lo oían, como ondas sucesivas de un lago golpeado por una piedra. Dos días después, cuando 170 mil trabajadores ya estaban en paro, la huelga fue considerada ilegal. En la madrugada del 23 de marzo, en Brasilia, el ministro de Trabajo, Murilo Macedo, hablaba con el gobernador paulista Paulo Maluf. Poco después, tropas de la Policía Militar arremetieron contra el sindicato.

La represión al movimiento fue implacable. Con Vila Euclides cerrada, los trabajadores hacían sus asambleas en la Iglesia Matriz de São Bernardo do Campo. Pero al discutir con los empresarios una tregua de 45 días, Lula exigió y obtuvo la reapertura del estadio.

El 1 de mayo de aquel año coincidió con el periodo de tregua. 150 mil trabajadores participaron del acto comandado por Lula en la Vila Euclides.

Al final de la tregua, el 13 de mayo, se firmó un acuerdo razonable entre empresas y sindicato, la intervención fue suspendida y la huelga terminó. Aunque se redujo a ganancias salariales, el saldo político del movimiento fue significativo. El gobierno reveló a los trabajadores todo su potencial represivo; se vio la tónica de subordinación del poder público a las multinacionales, y del ministerio de Trabajo, a la Federación y el Centro de las Industrias del Estado de São Paulo; la Ley de Huelga quedó desmoralizada; mientras los liderazgos de Lula y sus compañeros de directorio conquistaron más representatividad.

La huelga de los 41 días

En 1980, Lula lideró la histórica huelga de los 41 días. La campaña salarial de los metalúrgicos de São Bernardo do Campo e Diadema reivindicaba sobre todo garantías laborales, reducción de la jornada de trabajo a 40 horas semanales, control de las jefaturas por los trabajadores y derecho de los dirigentes sindicales a ingresar en las empresas en cualquier momento. Como los patrones se mostraban irreductibles a las negociaciones, la huelga inició el 1 de abril, cuando 140 mil metalúrgicos se cruzaron de brazos.

La represión al movimiento incluyó hasta helicópteros del Ejército que, armados con ametralladoras, sobrevolaban las asambleas de Vila Euclides. Lula consiguió que los trabajadores no se dejaran intimidar. Mientras cantaban el himno nacional, todos erguían banderitas de Brasil distribuidas por el sindicato.

El 17 de abril, el ministro de Trabajo decretó la intervención en el sindicato presidido por Lula. El día 19, a las seis de la mañana, Lula fue apresado en su casa por el Departamento del Orden Público y Social en una operación coordinada por el gobierno de Paulo Maluf, que incluyó con el encarcelamiento de innumerables dirigentes del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos ABC, y de sindicalistas y juristas de São Paulo.

El 1 de mayo, Lula tuvo la alegría de saber, en prisión, que 120 mil personas se habían reunido en una manifestación en São Bernardo do Campo. La tristeza, pocos días después, fue obtener permiso especial para asistir escoltado a la misa de cuerpo presente de su madre. Como forma de presión para que los patronos retomasen las negociaciones, Lula y sus compañeros de cárcel hicieron seis días de huelga de hambre.

El 20 de mayo de 1980, Lula obtuvo su prisión preventiva revocada. Liberado, al llegar a su casa, lo primero que hizo fue sacar a los pajaritos de la jaula.

Juzgado por la Justicia Militar en noviembre de 1981, recibió una pena de tres años y seis meses de prisión. Posteriormente, el Tribunal Superior Militar anuló el proceso.

La huelga terminó el 11 de mayo y obtuvo un gran avance político en la organización.

Listo para asumir la presidencia

La propuesta de crear el Partido de los Trabajadores (PT) surgió el mismo día en que nació Sandro, hijo de Lula: el 15 de julio de 1978. En el hotel Bahía, en Salvador, donde participaba en un congreso de los petroleros, Lula declaró a la prensa que había llegado la hora de que la clase trabajadora creara su propio partido político.

Lula descubre que la cuestión sindical también es un asunto político. Todos los partidos pretendían ser la voz del pueblo, mientras el propio pueblo no tenía cómo expresar su voz.

En enero de 1980, más de 80 diputados se reunieron en el Hotel Pampas Palace, en São Bernardo do Campo, para debatir la propuesta del PT. Ninguno de ellos soportó asumir por más de una elección un partido clasista, con disciplina y democracia internas, y un programa socialista.

Lula recorrió Brasil para convencer a la clase trabajadora de que era inútil esperar que un Congreso Nacional repleto de empresarios hiciera leyes favorables a los asalariados.

En 1982, el PT, que ya congregaba a 400 mil militantes en todo el país, lanzó a Lula como candidato a gobernador de São Paulo. A pesar de la falta de recursos de la campaña, Lula obtuvo un millón 200 mil votos. En 1986, fue elegido a la Asamblea Nacional constituyente con 652 mil votos, el mayor índice obtenido por un diputado federal en aquella elección. De los 572 municipios de São Paulo, él recibió votos en 568, sobre todo en las regiones industriales. En la Constituyente, su actuación a favor de los intereses de los trabajadores fue considerada ejemplar por la prensa especializada.

Presidente del partido, relecto desde su fundación, Lula dejó el cargo en 1987, reforzando el principio de rotación. Desde entonces es presidente honorífico del PT. Ayudó a fundar la Central Unica de Trabajadores, la Central de Movimientos Populares y el Instituto Ciudadanía, el cual dirige.

Ahora, se prepara para tomar posesión de la presidencia brasileña a partir del 1 de enero de 2003 si las tendencias electorales continúan como hasta ahora.

Frei Betto es escritor brasileño, religioso dominico, autor de Alfabeto-autobiografía escolar (editorial Atica), entre otros libros. El artículo fue tomado del servicio informativo ALAI-AMLATINA.