La Jornada Semanal 6 de octubre  del 2002                           396

 C U E N T O


ENTRE CASADOS TE VEAS

 
A. REARDON
Marcelo Birmajer,
Historias de hombres casados,
Alfaguara,
Buenos Aires, 1999
(tercera reimpresión), 2001.

Historias de hombres casados es un libro de cuentos que relatan las infinitas posibilidades del amor, el deseo, la infidelidad, el desamor y la crueldad dentro de las relaciones afectivas. Su autor, el argentino Marcelo Birmajer, elige narrar muchos de estos cuentos en primera persona, este narrador es una suerte de antihéroe de origen judío que con una mezcla de cinismo y compasión reflexiona sobre la condición humana para mostrar los sentimientos contradictorios que nos invaden al tener que elegir entre nuestros deseos y lo que consideramos justo.

En este libro Birmajer demuestra que puede contar con claridad, fluidez y agilidad historias cotidianas mientras explora diversos géneros. En "Una decisión al respecto", cuyo personaje principal decide transformarse en perro, se interna con ironía las posibilidades del absurdo, en "De allí provienen todas vuestras desdichas" incluye elementos de ciencia ficción para cuestionar nuestra búsqueda de la felicidad y en "El conserje" presenta un complejo argumento para sumergirnos en un mundo de horror fantástico.

Entre los mejores cuentos de este libro: "La gente está viva", "A cajón cerrado" y "El conserje", pero algunos son más previsibles o menos elaborados, como "En la isla", típica historia de una pareja de náufragos, o "El suegro y el yerno" parecida a esas historias de horror que solemos oír alrededor de una fogata pero que se queda en el esqueleto de un buen cuento, tal vez porque falte un lenguaje certero y profundizar en el corazón de sus personajes.

En los diecisiete cuentos de Historias de hombres casados las reflexiones sobre la conducta humana, poéticamente pesimistas o francamente sarcásticas, son la llama fluctuante que hace brillar las tramas y despoja a los secretos de la penumbra que los guarda. Allí, al calor de ese fuego, podemos vernos reflejados todos •