NAIEFYEHYA
LA
DOCTRINA BUSH (I)
Bravuconería en inglés
llano y simple
Al comenzar esta entrega siento
la tentación de escribir sobre los recientes descubrimientos acerca
de la naturaleza de la antimateria o bien sobre la revelación del
fraude cometido por los laboratorios Bell, los cuales provocaron un escándalo
tremendo pues falsificaron resultados en varios estudios en el campo de
la física. Pero me es imposible pensar en algo más que la
triste situación por la que pasa el mundo. Vivimos tiempos extraños
y violentos, la era de la Doctrina Bush, en la que Estados Unidos se encuentra
estancado en un estado de alerta permanente, en que las autoridades quieren
que los ciudadanos se conviertan en informantes y que nadie cuestione la
infalibilidad presidencial ni la legitimidad de los tribunales secretos
ni la constitucionalidad de las cárceles improvisadas, repletas
de gente culpable solamente de pertenecer al grupo racial equivocado o
de practicar la religión inapropiada. El 20 de septiembre, Bush
Jr. hizo pública su nueva estrategia de acción preventiva
en
contra de Estados hostiles y grupos terroristas que desarrollen armas de
destrucción masiva. Hasta ahora la idea de un ataque preventivo
se ha considerado, bajo cualquier estándar, como una agresión.
El documento argumenta que Estados Unidos usará su poder militar
y económico para fomentar sociedades libres y abiertas. Esta
doctrina pretende justificar los esfuerzos de cambio de régimen
que el gabinete de Bush piensa llevar a cabo en Irak, con el modelo de
lo hecho en Afganistán. También este documento hace a un
lado los tratados internacionales contra la proliferación de armas,
para imponer su propia versión: la contra proliferación,
la cual en esencia consiste en asumir que las armas de destrucción
masiva que tienen Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Israel, Pakistán,
India, China y Rusia no cuentan, pero que cualquier otro que se sospeche
que pretenda tenerlas pueda ser blanco de los misiles Cruise. Sin
duda el elemento de la doctrina que ha sacudido a medio planeta es la afirmación
nerónica de que no se permitirá a ninguna potencia alcanzar
a Estados Unidos en términos armamentistas. De acuerdo con la Casa
Blanca, Bush quería que el documento estuviera escrito en "inglés
simple", lo cual explica a medias el patético puerilismo del texto
que pretende que olvidemos décadas de intervencionismo (internacionalismo,
diría Condoleezza Rice, la asesora de seguridad nacional), guerra
sucia, cambios violentos de regímenes y depredación-extorsión
económica llevada a cabo por el fmi y el Banco Mundial, los mismos
organismos que supuestamente se dedicarán a promover las mieles
de capitalismo.
A nivel doméstico
El
pasado 12 de septiembre, tres hombres de origen árabe estaban comiendo
en un restaurante en Calhoun, Georgia, cuando una mujer, Eunice Stone,
los escuchó decir que si los americanos creían que el 11
de septiembre había sido un golpe duro, no tenían idea de
los que les esperaba el 13 de septiembre. Stone oyó que hablaban
de tirar algo (bringing it down) y que se burlaban de las víctimas
de los ataques del año pasado, por lo que los denunció a
las autoridades. Los sujetos fueron arrestados y mientras las cámaras
transmitían en vivo a la televisión, la policía revisó
cada centímetro de su auto. Los hombres resultaron ser estudiantes
de medicina en camino al Hospital Comunitario Larkin, en Florida, donde
comenzarían su residencia. Estos hombres tuvieron suerte de no terminar
en celdas aisladas como decenas de árabes, paquistaníes y
musulmanes, pero tras el incidente el hospital declaró que a pesar
de que los estudiantes eran inocentes le era imposible recibirlos debido
al escándalo causado. Este es sólo un ejemplo de la paranoia
que se ha intensificado a más de un año de los ataques del
11 de septiembre, con los incesantes anuncios del departamento de defensa
de que se prepara un inminente ataque (muy probablemente con armas biológicas
y en específico con viruela, por lo que ya se habla de una campaña
de vacunación masiva que promete que cada estado vacunará
hasta un millón de personas en los primeros diez días del
ataque) y los numerosos arrestos de presuntos terroristas vinculados con
Al Qaeda en Estados Unidos (en particular la "célula" de Búfalo)
y en el resto del mundo (de Singapur a Hamburgo). Las campañas de
denuncia civil son muy características de las sociedades fascistas
de izquierda y derecha; inevitablemente son inútiles y sólo
sirven para dividir, crear una atmósfera de persecución,
propiciar más prejuicios y dar lugar a incontables ajustes de cuentas
y venganzas.
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