Gary Cooper y el macartismo Gary Cooper avanza con paso lento y seguro por la calle que lo conducirá al precario triunfo en el tiroteo final y a su renuncia al puesto de sheriff de un pueblo de cobardes. De la misma manera, el autor del guión de High Noon, el escritor Carl Foreman, se encontró, al final de la calle, con el pistolero y senador McCarthy y su alicuije Richard Nixon. Este temible citatorio estuvo a punto de cancelar el proyecto de filmación de uno de los western fundamentales de la historia del cine. Zinnemann, Gary Cooper, Katy Jurado y Grace Kelly, la recién casada cuáquera, apoyaron en secreto a Foreman y High Noon se cumplió. H.A.T. nos cuenta estas aventuras con cherifes y pistoleros del Oeste o del senado imperial.
Otro resultado fue subrayar en High Noon la alegoría del tema, que pasó a ser una metáfora de su problema personal. En el argumento, el sheriff de la pequeña aldea, que está a punto de retirarse (Gary Cooper) recibe la noticia de que ochenta minutos después llegará en el tren un criminal a quien capturó hace cinco años y que ahora regresa buscando venganza. Esa mañana el sheriff se ha casado con una chica cuáquera (Grace Kelly) y se ha visto rodeado por el cariño de los personajes importantes de la aldea. Pero cuando recibe la amenaza y pide ayuda, todos ellos le dan la espalda. Se fuga el juez que condenó a aquel criminal (Otto Kruger), se esconde el amigo cobarde (Harry Morgan), se niega a colaborar el ayudante despechado que habría querido el puesto de sheriff (Lloyd Bridges). Hasta el amigo que parece más sensato (Thomas Mitchell) sólo propone que el sheriff también se vaya cuanto antes, para no poner en peligro a los pobladores. En una entrevista tras otra, el sheriff descubre su soledad, hasta que se resuelve a enfrentar la amenaza, sin ayuda alguna, en el tiroteo final. Triunfa en esa batalla, pero finalmente arroja al suelo la insignia de sheriff, como desprecio a un pueblo que no lo quiso ayudar. (En 1972, Clint Eastwood arrojaba al suelo su insignia de policía, al final de Dirty Harry.) Foreman estaba descubriendo en sí mismo una soledad similar a la que dibujaba en el sheriff. Desde el comienzo de las investigaciones parlamentarias en Hollywood (1947) ya sospechaba que también él caería entre los cineastas interrogados. Trasladaba esa sospecha cuando escribió en 1948 los primeros bocetos del tema, luego modificados y ampliados. En abril de 1951 la citación del Comité ratificaba esa idea. El ensayista Rudy Behlmer, que años después entrevistó a Foreman, cuenta la confirmación: "Mientras él escribía el libreto, comenzó a sentir que la vida reflejaba al arte y éste a la vida. Buena parte de lo que había en el libreto era comparable a lo que le ocurría en persona. Algunos amigos lo dejaron de lado o daban vuelta la cara si lo encontraban en la calle." LA CONSECUENCIA
Poco después del estreno, el profesor Howard A. Burton publicó un interesante ensayo sobre High Noon. Había encontrado el antecedente del tema en una obra medieval y anónima, llamada Everyman, fechada hacia 1500 y calificada de morality play, es decir, una pieza teatral con moraleja. El texto tiene novecientas líneas y cuenta cómo el Hombre Común es citado por Dios para enfrentar a la Muerte. El protagonista pide ayuda al Saber, a la Belleza, a Cinco Sentidos, a Buenas Obras, a la Discreción, a los Ingenios. Todos dicen querer ayudarle, pero todos terminan por abandonarle, con lo cual el protagonista enfrenta solo a la Muerte. En su artículo, el profesor Burton ve los paralelos entre la pieza medieval y la película, primero por el asunto y después por la similitud entre los personajes de una y otra obra. Ve algo más, porque una de las primeras líneas de la pieza teatral dice: "I will not forsake, thee..." (no te abandonaré) y la canción que se escucha desde el comienzo de la película, cantada por Tex Ritter y reiterada en el fondo musical, dice exactamente esas palabras ("Do not forsake me, oh my darlin"). Fue compuesta para el filme por Dimitri Tiomkin y Ned Washington, que con ella lograron su Oscar. La observación del profesor Burton, que parece muy documentada, no fue recogida por numerosos críticos e historiadores que se ocuparon de High Noon. Pero la película dejó su marca singular en la historia del cine del Oeste. Medio siglo después, una nueva versión de High Noon fue rodada en Canadá, con Tom Skerritt y María Conchita Alonso. Resultó más larga, más complicada y más conversada que la versión original, pero no deforma el asunto y luce una buena dirección por Rod Hardy. Fue exhibida en televisión por cable como Venganza a mediodía. UNA CARRERA
El exilio trajo problemas a Foreman, comenzando por un divorcio, luego por trabajos con seudónimo y aún después con su nombre borrado de los créditos de El puente sobre el río Kwai (1957). En 1958 consiguió salir de las Listas Negras y figuró oficialmente como libretista y productor en el cine inglés, con La llave, Los cañones de Navarone, Los vencedores (también director), El joven Winston. VIEJAS CUENTAS
Medio siglo después de los hechos,
con mucha gente fallecida en el medio, sería tan difícil
como inútil establecer la verdad. Igual que el Oscar a Kazan hace
tres años, esa nueva controversia prueba que las Listas Negras siguen
siendo un tema vigente y doloroso.
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