Soldados y marinos rescatan a los habitantes de Champotón
Incomunicados por las inundaciones, 26 mil campechanos; alcalde niega apoyo a panistas
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Champoton, Camp., 5 de octubre. La peor inundación que ha vivido este puerto campechano comienza a ser mitigada por la acción del Ejército y la Marina, que se han dado a la tarea de rescatar a los habitantes afectados por el desbordamiento del río Champotón. Entre las zonas dañadas están las rancherías Moquel, El Zapote, San Antonio del Río, Canasayab y Ulumal, mientras que en la colonia el Huanal, del puerto, más de 120 familias se encuentran desesperadas por la falta de ayuda del presidente municipal, Herculano Angulo, y por la pérdida de sus viviendas que fueron arrasadas por la creciente del río.
Cuatro días de lluvias intensas, después de que el huracán Isidore se convirtió en tormenta tropical y se estacionó en esta parte del Golfo de México, afectaron en forma significativa a Champotón. Informaciones revelan que alrededor de 26 mil campechanos de otros municipios se encuentran aislados por las inundaciones. En el Desengaño, la actitud de la gente frente al gobierno de José Antonio González Curi es como el nombre de esta comunidad, que no ha recibido ayuda ni los víveres prometidos.
"El agua que cayó no nos ofendió. Lo que nos ofendió fue la que se desbordó desde el río Champotón, que inundó todos los poblados", afirma Nicolás Escamilla Delgadillo, hombre de 70 años de edad que camina los 6 kilómetros que separan su comunidad, Moquel, de la carretera federal.
Como a la mayoría de las 150 familias afectadas por la creciente del río, a Nicolás el agua le dañó sus pastizales para las cerca de 40 cabezas de ganado que tiene. El es parte de los grupos, hasta de cinco personas, que cruzan diariamente el río para buscar provisiones en Champotón. Ahora atraviesa gratuitamente, gracias a las lanchas que habilitó ayer la Armada de México para transportar a estas personas. Antes, un habilidoso pescador cobraba 10 pesos por persona para "ayudar" a cruzar la zona anegada en una lancha acondicionada como taxi acuático. El negocio ya se vino abajo.
En esta zona la acción de los marineros ha mitigado el absoluto olvido del alcalde priísta Herculano Angulo. Según vecinos de la comunidad, el presidente municipal ha mantenido en el olvido a Moquel, "porque nos dice panistas" y ni siquiera ha hecho un recorrido de inspección.
En la zona de desastre fueron rescatadas en helicóptero y lanchas de la Marina 508 personas. Han habilitado un helicóptero Superpuma y un MI17, que han transportado hasta 30 toneladas de víveres.
En una lancha de la Marina cruzan hasta Moquel grupos de seis a 10 personas con sus bicicletas, que se han convertido en "transportes marinos" en los pasados 15 días. "Es algo increíble lo que estamos viviendo. Nunca había subido tanto el agua", dice el conductor de una camioneta que lleva a los habitantes de esta ranchería que cruzan hacia su comunidad. El principal problema, agrega, es la falta de drenaje y canales que eviten el desbordamiento del río.
"Cuando cayó el Roxana, el agua inundó 2 kilómetros, pero ahora son más de cinco. Todo el pasto se va a morir. Ya antes se habían tronado los maizales, con la llegada de las langostas. Ahora se va a afectar la ganadería", dice el chofer.
Más allá de Moquel, la comunidad de El Zapote se encuentra prácticamente cubierta por el agua. Sus habitantes fueron evacuados en helicóptero. Con la creciente del río, cerca de 200 cabezas de ganado huyeron hacia el
monte. Durante ocho días no hubo ningún tipo de ayuda, hasta que bajó un poco el agua y la Marina comenzó a evacuar a los habitantes.
El agua subió casi dos metros
En la periferia del puerto de Champotón, el río también inundó las colonias más pobres: el Huanal, el Aserradero y Las Brisas. En la primera, más de 30 familias abandonaron la zona, ante la creciente del agua, que subió a casi dos metros.
Jorge Yuri Quiñones Mejía, fundador de el Huanal, habla sobre las quejas que comparten los vecinos: el alcalde no ha visitado el área, los servicios de salud no han desinfectado la zona cubierta por las aguas negras, ya que la colonia no cuenta con sistema de drenaje, y faltan luz y agua potable desde hace 15 días.
Las despensas recibidas han sido proporcionadas por particulares. Estas llevan: un kilo de frijol, un litro de aceite, arroz, agua embotellada y refrescos.
La colonia simula un pueblo fantasma. Las casas se mantienen cerradas desde la llegada del huracán. Los moradores se fueron a vivir con familiares o amigos; los menos, se refugiaron en las instalaciones del Centro de Estudios Tecnológicos, Industriales y de Servicios, y de la escuela secundaria federal. Las mujeres dejaron sus enseres en las viviendas.
Quiñones Mejía informa que los recorridos del gobernador y el alcalde han sido sólo por helicóptero. Se califica de "trabajador social" y no quiere adjudicarse el mote de dirigente, pero critica a "esas lideresas" que los han empujado a que vayan a protestar a las afueras del palacio municipal. "Creo que es más efectivo que los medios vean el nivel de destrucción que vivimos", comenta en tono de jefe vecinal.
Esta colonia está habitada por pescadores, albañiles, trabajadores de los ranchos ganaderos y algunos soldados. Los vecinos, que observan desde algunos metros el desastre de sus calles y casas inundadas, esperan que el río se apiade o que, por lo menos, las infecciones provocadas por el agua estancada no perjudiquen a sus hijos.
