Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 24 de septiembre de 2002
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Espectáculos
La belleza del erotismo

El amor no tiene género, el alma tampoco. El ser amado no se elige, surge inesperadamente y la sexualidad es un universo inexplorado que descubrimos a través del reconocimiento de nuestro propio placer. A partir de estos principios de amor y sexualidad, la obra teatral Bellas atroces busca desestigmatizar el amor entre personas del mismo sexo y, de manera particular, entre mujeres.

Dirigida por Ana Francis Mor y escrita por Elena Guiochíns, Bellas Atroces se remonta a la época victoriana -en la que el lesbianismo era ignorado- y se transporta hasta nuestros días, en que el amor entre mujeres continúa siendo inaceptable por gran parte de la sociedad. A partir de cuatro personajes bíblicos, María (Vanessa Ciangherotti), Eva (María Renée Prudencio) y Lilit (Cecilia Sotres), la obra intenta romper con arquetipos femeninos erróneos que simplifican a la mujer. Estos tres personajes son observados por la Invitada del Clóset (Marisa Rubio), quien se encuentra encarcelada en el miedo de decidir entre lo que realmente es y lo que se permite ser. Entre estos personajes surgen amores y desamores que se irán resolviendo a través de rupturas existenciales, surgidas durante el proceso constructivo de la propia aceptación.

Uno se enamora del alma de las personas

La actriz Vanessa Ciangherotti opina: "Uno se enamora del alma de las personas, no del traje que traen puesto. Y si tienes el valor de enamorarte de esa persona, realmente te tiene que importar poco si es un hombre o una mujer, porque entonces te estás limitando en tu capacidad de amar".

Durante su estreno, la obra provocó comentarios muy diversos entre el público, así como risas desubicadas en escenas dramáticas. Elena Guiochíns comenta al respecto: "Esa risa es una catarsis interna que surge en ciertos momentos dramáticos y que tiene que ver con la incomodidad que produce lo que pasa en el escenario. Es algo que me resulta curioso pero que es totalmente válido".

En esta puesta, además de existir el interés por abordar un tema delicado a través de un lenguaje verbal y visual explícito, existe una intención estética que busca transmitir la belleza del erotismo. Un beso, una caricia, una mirada o la desnudez de un cuerpo son elementos poéticamente tratados que rodean la sublimidad del amor.

Espacios y atmósferas

La escenografía de Xóchitl González es muy interesante. A partir de la presencia y movimientos de cuatro biombos, decorados por Martín López Brié con base en motivos bíblicos, se crean diferentes espacios y atmósferas que enmarcan las escenas.

La propuesta de este montaje es sumamente atractiva, pero el resultado es mejorable. Las actuaciones pecan de poca naturalidad y, en ocasiones, de cierto acartonamiento corporal. Por otro lado, ninguna de las actrices representa el modelo estético que predomina en la comunidad lésbica de nuestro país, resultando una historia alejada de la realidad y poco creíble. El texto de Elena Guiochíns y la capacidad artística de Ana Francis Mor poseen suficiente talento y creatividad como para mejorar esta obra, la cual representa un valioso esfuerzo en la necesidad de ampliar los distintos puntos de vista de observar la realidad y lograr el respeto a la diferencia.

Bellas Atroces: Teatro Helénico. Av. Revolución 1500. Lunes y martes 20:30 horas. Entrada: cien pesos general y 80 para estudiantes, maestros e Insen.

MARIANA NORANDI (ESPECIAL)

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