A 30 años de la muerte de Joel y Enrique, la Fiscalía hace una "inspección ocular"
 

Claudia Lemuz q Después de 30 años de los asesinatos de los luchadores sociales Joel Arriaga Navarro y Enrique Cabrera Barroso, la representante de la Fiscalía Especial para la atención de delitos cometidos directa o indirectamente por servidores públicos en contra de personas vinculadas con movimientos sociales y políticos del pasado, Maricruz González Flores, llegó del Distrito Federal para realizar una "inspección ocular" y dar fe de los hechos del 20 de julio y 20 de diciembre de 1972, y de lo que sucedió el 1 de mayo de 1973 en el edificio Carolino de la ciudad de Puebla, donde murieron cuatro personas y al menos otras 40 resultaron lesionadas, según versiones de los familiares y amigos de los occisos.

González Flores, quien se presentó en el edificio Carolino con un retraso de dos horas, se negó a responder a los medios de comunicación cuál era la finalidad de realizar una inspección ocular a 30 años de los asesinatos; sólo dijo después de más de cinco horas de espera: "Lo único que quiero aclarar es que no vengo a hacer una reconstrucción de los hechos, sino una inspección ocular, que esto quede claro".
¿Quién mató a Joel Arriaga el 20 de julio? ¿Quién asesinó a Enrique Cabrera meses después? ¿Quién ordenó la matanza del 1 de mayo? ¿Quién desapareció las averiguaciones previas de estos hechos? ¿Quién impidió que se realizara las diligencias ministeriales para encontrar a los responsables de las muertes? ¿Quién protegía al Frente Universitario Anticomunista (FUA)? ıstas son algunas de las interrogantes planteadas por los familiares y amigos de las víctimas de la guerra sucia, quienes ayer por la tarde acompañaron a Maricruz González a los lugares de los hechos y le exigieron que se encuentre a los autores intelectuales de los asesinatos de los profesores y alumnos de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).

La PGJ aún no entrega el expediente de Arrriaga a la Fiscalía

Judith García Barrera, esposa de Joel Arriaga, manifestó su indignación porque la Procuraduría General de Justicia (PGJ) aún no entrega el expediente sobre la muerte de su cónyuge a la Fiscalía Especial, pese a que el gobernador, Melquiades Morales Flores se comprometió a colaborar y dar órdenes precisas al procurador Héctor Maldonado Villagomes, para que entregara la documentación relacionada con la averiguación previa 123/2130/ 1972/2001/DMS/IIII.
Por su parte, el abogado de Judith García, Samuel Porras Rugerio, informó que el próximo 20 de septiembre del año en curso se llevará a cabo la audiencia constitutiva para que el juez Segundo de Distrito determine si procede o no el juicio el amparo que promovió su cliente contra la resolución de la PGJ de enviar a archivo de reserva la averiguación previa relacionada con el asesinado de Joel Arriaga, sin haber realizado las diligencias ministeriales necesarias para encontrar al responsable del asesinato ya citado.
El abogado agregó que la audiencia se debió llevar a cabo el 6 de agosto de 2002, pero por la falta de colaboración de la autoridad estatal fue suspendida, por lo que se dio una segunda fecha, el 23 de agosto, día que tampoco se efectuó, y espera que ahora la PGJ sí presente la documentación necesaria para que el juez pueda valorar su actuar en este caso.
El amparo 788/2002 promovido el 16 de julio de 2002 apelaba la resolución de la PGJ de "dar carpetazo al caso de Joel", porque la manera como procedió la procuraduría fue incorrecta en forma y fondo, afirmó Porras Rugerio.
Sobre la forma, precisó que un dictamen para enviar un expediente a archivo de reserva debe ser firmado por el titular de la PGJ y no por el director Consultivo y de Asuntos Legislativos, Teodoro Guridi Murillo, como sucedió en el caso de Arriaga.
En cuanto al fondo, explicó que previo a que el consejo de la PGJ tomará la decisión de cerrar el caso de la muerte del profesor de la UAP, notificó a Judith García para que ésta pudiera apelar; sin embargo, "los argumentos de mi cliente nunca fueron escuchados y tomados en cuenta, en el pasado y ahora, por eso estamos en espera de que el juez segundo de distrito nos ampare ante la violación que hubo a su derecho de audiencia".

Hoy, el juez tercero de distrito podría otorgar amparo

Miguel Calderón Moreno, hermano de Alfonso, quien fue asesinado el 1 de mayo de 1973 de un balazo en la garganta, en la calle Juan de Palafox y Mendoza esquina con la calle 4 Sur, dio a conocer que hoy a las diez de la mañana el juez Tercero de Distrito podría otorgarle un amparo contra la negligencia de la PGJ, la cual, "misteriosamente desapareció los expedientes del 20 de diciembre de 1972 sobre la muerte de Enrique Cabrera y el del 1 de mayo de 1973, cuando francotiradores mataron a unas ocho personas en el Carolino e hirieron a otras 40".
La PGJ de ese tiempo emitió un boletín de prensa -recordó- donde decía que algunos policías habían resultado heridos por el tiroteo del 1 de mayo, y nosotros preguntábamos quién los hirió, porque los alumnos no tenían armas en las manos, fueron los francotiradores que estaban trepados en el edificio del periódico El Sol de Puebla, en el hotel Colonial, en el edificio María, en los que había hombres armados por todos lados y nos acorralaron, pero eso las autoridades de ese tiempo y las de ahora no lo recuerdan".
Una vez más, Calderón Moreno acusó a las autoridades de encubrir a los asesinos intelectuales de su hermano y del resto de los integrantes del movimiento estudiantil que pugnaba por la reforma universitaria.
"Quieren nombres, pues los damos y siempre lo hemos dicho, el primero es el ex gobernador Gonzalo Bautista O«Farril, sólo un hombre con el poder que él tenía en ese tiempo pudo dar cabida a tanta impunidad, él protegió a los Paredes, a los Díaz Cid; ¿por qué nadie le hizo nada al actual edil de Puebla, Luis Paredes Moctezuma, cuando quemó la puerta del Carolino? Porque gozaba de la protección de los altos mandos, él era FUA y no debemos olvidar que en los años sesentas Gonzalo Bautista fue miembro del consejo de honor del Frente Universitario Anticomunista".

Cinco meses después, Cabrera es asesinado

Con lágrimas en los ojos, Jorge Cabrera Barroso describe a los representantes de la Fiscalía Especial lo que vio el 20 de diciembre de 1972.
"Yo llegaba con un amigo a la casa, estaba a unos metros, observé cuando mi hermano -Enrique- descendía del carro, se aproximaba a abrir la puerta cuando un hombre alto le habló, antes de que pudiera voltear le vacío la carga de su arma, mientras otro sujeto chaparro le cuidaba la espalda".
Jorge Cabrera explicó que al ver lo que le hacían a su hermano intentó abalanzarse sobre el que lo había asesinado, pero su compañero se lo impidió. Los sujetos se dieron a la fuga y fue tras ellos; sin embargo, para evitar que siguiera la persecución, otros individuos que no logró identificar empezaron a balacear la fachada de su casa.
Miguel Cabrera, otro hermano del occiso, manifestó que existe confianza en el trabajo de la Fiscalía Especial, por lo que espera que ante la "negligencia e incompetencia de las autoridades locales, ellos sí procedan contra los responsables, es muy lógico, todos sabemos quiénes eran, cómo es posible que la PGJ diga que los testigos oculares que declararon no sirven, es un verdadero absurdo".
Por su parte, Arturo Loyola, líder estudiantil, consideró que la inspección ocular que realizó el personal de la Fiscalía Especial está a destiempo "pero existe confianza en ellos, si sólo es para cumplir con una formalidad lo entendemos, pero también queremos que ellos sepan que nos interesa que lleguen al fondo del asunto, que demuestren que el tan mentado cambio es una realidad, con hechos, ya estamos cansados de las palabras".
La inspección ocular que realizó personal de la Fiscalía Especial duró unas cinco horas. González Flores recorrió el salón Paraninfo de la UAP, la parte superior del Carolino, donde asesinaron a tres estudiantes. Dos horas después se trasladó a la calle 24 Norte esquina con 2 Poniente, donde fue acribillado Joel Arriaga, y más tarde arribó a la calle 57 Poniente número 125 de la colonia El Cerrito, donde asesinaron a Enrique Cabrera.