Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 2 de septiembre de 2002
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Política

ASTILLERO

Julio Hernández López

Como un hijo no deseado

La ruleta de la política se detuvo en la distensión
Gordillo y Murat: extraña solidaridad

FUE COMO UN HIJO no deseado: un informe en tono de fuga. Como si nadie quisiera cumplir con un rol obligado, repudiado, confuso. El presidente Fox con voz apagada y con una concepción discursiva de bajo perfil (un mero informe gerencial sin ganas de molestar a ninguno de los accionistas), la presidenta de la mesa directiva cumpliendo a medio gas la rutina a sabiendas de que su silla flotaba en el aire de los desacuerdos partidistas, el PRD protestando mediante esa salida desangelada del escenario (casi ya nada más para que nadie dijera que habían sido infieles a su tradición rijosa), el PRI desahogándose con institucionalidad desbordada (trazando en el escenario descompuesto la interrogación sobre el camino que realmente desean transitar José Murat y Elba Esther Gordillo, que ayer abandonaron el salón de sesiones luego del Informe presidencial, en protesta por el "cochinero" de las negociaciones para presidir esa cámara, y en una enigmática solidaridad con el PRD) y en el aire, finalmente, la sensación de que todo este ritual desgastado forma parte del mobiliario de una vieja casa al que nadie se atreve a llevar a un depósito de antigüedades para que repose en santa paz.

UN INFORME SIN FORMA, sin sustancia, sin propuesta, sin sentido. (Dos imágenes dicen más que mil columnas: el desfile de las sombrillas para guarecerse de la realidad -lluviosa-; un bastón para sostener a la cónyuge -que es puntal.) "Honorable consejo de administración: con la novedad de que no hay novedades", podría haber sido el inicio y el epílogo de lo que de otra manera se llevó más de una hora de lectura de un texto infinitamente menos emocionante y descriptivo que cualquier entrevista presidencial banquetera o cualquier ocurrencia a medio discurso de cualquier otro día.

PERO NO TODO fue apabullantemente precario. La ruleta política de ayer se detuvo en el casillero de la distensión. Gracias a ese falso golpe de azar (a sabiendas de que en política nada es casual), la ceremonia del Informe presidencial le sirvió a Vicente Fox para ensayar un nuevo papel teatral (Rambo busca ganar el Premio Nobel de la Paz). Concesionario destacadísimo a nivel nacional de La chispa del escándalo, el ex gobernador de Guanajuato convocó ayer a la colaboración, el acuerdo y la corresponsabilidad y, obviamente, a evitar las confrontaciones.

"DEMOS OPORTUNIDAD a la democracia", fue el estribillo central de su representación en San Lázaro, pero no reveló que, a su entender, él y sus proyectos estratégicos son tal democracia, y que la petición de oportunidades no era publicidad disfrazada en favor de su programa asistencial favorito, sino un reconocimiento obligado de que su forma de gobernar no ha logrado establecer los pactos necesarios para dejar de ser una anécdota histórica y convertirse en realidad política. El, el político que hizo de la estridencia, el ataque y el exceso sus vías para llegar al poder, ahora pide "cambio silencioso", convenios de coexistencia pacífica e, šironías de la historia!, mesura, consideración, prudencia.

TAL CAMBIO DE PIEL tiene, desde luego, explicación plena. Vicente Fox ha llegado a su segundo intento de Informe presidencial profundamente condicionado por la falta de acuerdos políticos. Quiso dar un golpe de mano al reunir al PRI con el PAN y tratar de instaurar un bipartidismo supuestamente manejable conforme a la agenda de Los Pinos. No pudo porque, luego, el PRD logró reunir a todos los partidos, con excepción explicable del PAN, y bosquejar la posibilidad de una alianza que hiciera contrapeso a las pretensiones excluyentes del foxismo. El propio Presidente juntó luego a todos los partidos y, en apariencia, logró acuerdos notables, pero no debe olvidarse que su primera intención había sido atrincherarse en la alianza PAN-PRI y dejar a todo mundo fuera, así que el supuesto logro de la reunión plural en Los Pinos sería equivalente al gusto de ver que un escolapio terminó muy bien las cien planas de castigo que le hicieron escribir con la leyenda "No debo intentar bipartidismos... No debo intentar..."

EL INFORME NO DESEADO tenía sabor a nostalgia prematura, a brazos caídos en el segundo round de la pelea, a ganas de irse corriendo a Africa a recibir los honores que aquí tanto le escamotean. El cielo de la ciudad de México parecía, por lo demás, señalar con increíble precisión el destino de sus violencias líquidas: nubes y amenaza de lluvia había en toda la urbe, pero la densidad oscura bajaba como índice sobre la zona de San Lázaro. Por ello había de llegar el presidente a la sede legislativa entre paraguas negros, extraña procesión a la defensa, peregrinos encaminados a una basílica donde nadie parecía esperar nada que no fuera pasar lo más rápido posible el trago de una ceremonia oficiada por un sacerdote cansado que pronunciaría una homilía sin acentos.

LAS LLAMADAS A LA MISA de los acuerdos políticos para sacar adelante los grandes proyectos foxistas parecieran estar destinadas a ser desatendidas de inmediato. Entonces la ruleta de la política se detendrá en otro casillero, el de la vuelta a las caras pintadas y al desenterramiento de las hachas. Pero hoy, por lo pronto, lo que le conviene al Presidente es recorrer la senda de la búsqueda de acuerdos mínimos. Por eso rindió un segundo Informe de utilería, sin autocrítica pero tampoco disparando contra sus adversarios naturales, sin muchas ganas de forzar nada, como entre nubes, entre sueños, entre aguas conjurables a golpe de sombrillas.

(NO DEBEN PREOCUPARSE demasiado quienes crean que el sabor de boca dejado por el Informe presidencial vaya a durar mucho. Ya se encargará el viaje por Africa de dar materia para que los díceres encuentren nuevos destinos. Beatriz Paredes, mientras tanto, tendrá sus cinco días de gloria posdatada, a reserva de que el pleno camaral siga deshojando la margarita hasta que decida quién quedará por un año más al frente de San Lázaro. Los panistas, por lo demás, no deberían darse por mal servidos; la tlaxcalteca limó adecuadamente su discurso de mini respuesta para darle al Presidente un tratamiento más o menos como se lo podría haber dado el mismo Felipe Calderón.)

Fax: 55 45 04 73 [email protected]

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