Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 12 de agosto de 2002
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Política

Narran cómo el Ministerio Público quería deshacerse del cadáver de José López Santiz

Tras amenazas y acosos, ahora comienzan los asesinatos, denuncian zapatistas de 17 de Noviembre

Se dicen dispuestos a seguir luchando; "no queremos dinero ni ataúdes de lujo, sino justicia"

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de Las Casas, Chis. 11 de agosto. "Hemos sufrido amenazas, hostigamiento y ahora han empezado los asesinatos", declararon las autoridades del municipio autónomo 17 de Noviembre, al dar a conocer su versión de los hechos que produjeron el asesinato de José López Santiz, miembro de las autoridades autónomas, ocurrido a pocos kilómetros de la cabecera municipal de Altamirano, en la comunidad 6 de Agosto.

"El nuevo centro de población 6 de Agosto fue fundado por compañeros nuestros en tierra recuperada que antes ocupaba el rancho de Jorge Constantino Kanter. Los compañeros viven allí y trabajan la tierra para milpas", refiere el concejo autónomo, en el ejido Morelia.

A las 7 de la noche del pasado miércoles, López Santiz dijo a su esposa, Julia Gómez Encino: "Preparas algo de comer y haces atol de arroz; voy a ver la milpa a ver si no está entrando el jabalí; no tardo, voy rápido y regreso a las 8 o 9 de la noche a más tardar". Tomó su machete y con sus dos hijos se dirigió a la milpa, describe el comunicado.

"La compañera Julia preparó lo que su esposo pidió, pero como estaba enferma y cansada se puso a descansar y le entró sueño. El grito de uno de sus hijos la despertó. A medida que se acercaban, se escuchaba mejor el grito de auxilio de sus dos hijos, que decían que los estaban persiguiendo para matarlos y que a su papá ya lo habían matado."

Cuando los niños llegaron a la casa, "le dijeron a su madre que el asesino era Baltazar Alfonso Utrilla y que vieron dos a personas más. La compañera Julia llamó a gritos a su compadre y le dijo que José había muerto". En ese momento vieron la camioneta Toyota, propiedad de Utrilla, estacionada cerca de la casa.

"Rápido lo llevaron al panteón"

Según la relación del municipio rebelde, la mujer no había escuchado llegar el vehículo, ya que dormía "y estaba lloviendo mucho". Ella se dirigió entonces a Altamirano, "ya que ahí vive un hermano de José. Este llamó a la policía municipal y a Seguridad Pública, ya que pertenece al PRI".

Los policías, junto con los familiares, acudieron al lugar de los hechos para levantar el cuerpo (y al parecer recuperar un arma, quizá la usada para el homicidio, pero esto lo omite el comunicado). Los agentes "actuaron cumpliendo lo que les decía el Ministerio Público por medio de la radio". Los familiares, "hundidos en el dolor y la desesperación, hacían lo que los policías les decían". Cuando los familiares dijeron a la policía quién era el asesino, los agentes "no hicieron nada y lo dejaron escapar".

Los policías, la judicial y el presidente municipal priísta Armando Pinto Kanter "tenían mucha prisa por enterrar el cuerpo", dicen los indígenas zapatistas. "Rápido lo llevaron al panteón. Ya estaba programado que el presidente municipal iba a dar el cemento, y la caja funeraria la trajeron en camiones de la policía municipal.

"Todo esto estaba pasando en el cementerio, cuando hombres y mujeres de todos los pueblos de nuestro municipio autónomo llegaron para investigar los hechos, velar el cuerpo de nuestro compañero asesinado y darle una cristiana sepultura", dicen los zapatistas.

"Según el testimonio de los hijos que fueron con su padre a la milpa, como a las 9:30 de la noche vieron dos luces de lámpara de mano acercándose hacia ellos, e identificaron a uno de los hombres como Baltazar Alfonso Utrilla, que era un conocido de su papá. En el momento de los disparos su papa se había separado unos metros de sus hijos.

"El hijo del compañero José vio que fue Baltazar quien, desde un poco más arriba del cerro, disparó. Cuando los hijos escucharon los disparos y oyeron a su padre gritar corrieron hacia él y lo encontraron tendido en el suelo con dos tiros en el cuerpo. El se despidió todavía de sus hijos. Los niños empezaron a gritar y Baltazar les gritó amenazándolos de que si llegaban a decir lo que vieron también los iba a matar. El cuerpo quedó con su hombro sobre la tierra o sea de lado, con sólo dos disparos."

A las tres de la mañana del día 8, los familiares y la policía municipal se dirigieron al lugar de los hechos. "El cuerpo ya no se encontraba en el mismo lugar, sino que lo habían arrastrado. Estaba boca abajo y con ocho disparos en lugar de dos, sobre pecho, cara y abdomen."

El concejo autónomo apunta que "la comisión de honor y justicia de nuestro municipio acudió a la casa de Baltazar y pidió a su esposa que entregara a su marido. La señora no puso resistencia, dijo que su esposo no estaba. Abrió la puerta de su casa para que viéramos que no estaba, reconoció que la camioneta Toyota era de su esposo y nos entregó las llaves". (Esta debe ser la "turba furiosa" que según los medios oficialistas, "buscaba casa por casa" en Altamirano a los responsables del homicidio.)

La esposa de Baltazar Utrilla consideró "increíble" lo ocurrido, "porque su esposo se llevaba bien con el finado". Ella contó que el día anterior "su esposo salió a las tres de la tarde con Benjamín Montoya, pues iban de cacería, pero que Baltazar no llevó arma porque no tenía". Por su parte Hilda, hermana de Benjamín Oceguera, dijo que éste salió de su casa "con una escopeta calibre 16".

No fue uno, sino ocho disparos

El concejo autónomo culpa por la muerte de López Santiz a Baltazar Alfonso Utrilla, Benjamín Montoya Oceguera y Humberto Castellanos Gómez, "ya que los tres huyeron después del crimen".

Según los representantes del municipio 17 de Noviembre, Montoya Oceguera, miembro del PRD y dirigente de la organización Yach'il At'el, y Humberto Castellanos, "se sabe que son muy amigos" del anterior dueño de las tierras donde se localiza 6 de Agosto.

Los zapatistas hicieron un llamado "a los derechos humanos y a la sociedad civil, para que juntos con el pueblo y con nuestra comisión de honor y justicia luchemos y exijamos justicia. Ahí está nuestra confianza".

Para el concejo de 17 de Noviembre, "el gobierno federal y estatal, la presidencia municipal, la fuerza armada, los paramilitares y los ganaderos son responsables de los hechos. Les exigimos que entreguen a los asesinos y a todos los que tuvieron que ver con este crimen. No es cierto lo que dicen los medios de comunicación oficiales, que intentan hacernos creer que fue un accidente y que sólo recibió un disparo. José López Santiz fue encontrado con ocho disparos en el cuerpo".

El documento recuerda los asesinatos, en febrero de 1994 de tres campesinos zapatistas del ejido Morelia, los cuales, "más la muerte de este compañero, son pendientes que el gobierno tiene con nuestro pueblo". Concluye: "Nos preocupa la situación y estamos dispuestos a seguir luchando. No queremos dinero ni ataúdes de lujo. Queremos justicia".

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