Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 11 de agosto de 2002
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Cultura
El artista festeja el onomástico con la edición de un compilado de dibujos

En sus 50 años, Bellon ratifica su progresismo

Repasa en su trabajo la situación del país y problemas actuales, como la bulimia y la anorexia

ANGEL VARGAS

El humor y el erotismo son esenciales en la vida del pintor Alberto Bellon, como lo son también la conciencia política y el compromiso social. Por eso no resulta nada extraño encontrar esos elementos de manera muy evidente en su quehacer artístico.

El más reciente trabajo, un libro de dibujos, no es la excepción, pues en él pone el dedo en llagas tan dolorosas como procurar mostrar que, a casi un siglo de la Revolución, el país no sólo ha presentado pocos avances en términos políticos, económicos y sociales, sino incluso "grandes retrocesos".

De igual forma, analiza algunos de los rasgos de la época actual y, mediante el uso indistinto de la ironía o el buen humor, describe cuánto y cómo la globalización ha trastocado la estética y el erotismo femeninos e impuesto patrones que incluso atentan contra la integridad y la salud físicas. El mismo análisis dedica a las músicas popular y tradicional, así como al estado en que la humanidad mantiene al planeta en términos ecológicos.

Ni las "altas facturas" que ha debido pagar durante largo tiempo, como "estar congelado durante casi dos sexenios", han logrado minar un ápice el pensamiento progresista de Bellon, quien aprovecha que este 2002 cumple medio siglo de vida y 35 años de trayectoria para reafirmarse como un "artista contracorriente".

Reaprendizaje y retorno

El mencionado libro, que lleva por título Alberto Bellon. Dibujos, es, de hecho, parte de los trabajos que el pintor ha contemplado para celebrar ambas efemérides. Sin embargo, cabe aclarar que ése no era el propósito preestablecido cuando comenzó las carpetas que integran el volumen.

El hecho de dedicarse exclusivamente a dibujar durante parte del año pasado y el reciente fue más bien, dice, para "reaprender" y poder regresar así al realismo, luego de que consideró finalizada su etapa dentro del abstraccionismo.

Bellon se asume comprometido con la forma y el fondo, así es que le preocupa tanto el mensaje final como los valores estéticos de la obra. De allí que se desligue de lo meramente político y enfatice que su quehacer siempre ha evitado caer en lo panfletario o en lo propagandístico.

Se define más como un cronista o relator de los sucesos de su tiempo que como un analista o estudioso, y agrega: "pinto o dibujo lo que me inquieta, lo que me gusta o disgusta, lo que me llega a provocar; lo mismo la belleza que la tragedia. Siempre he estado pendiente de la actualidad, de lo que de ella me conmueve".

Esencial en su trabajo es la presencia de la denuncia y la sátira, pero sobre todo del erotismo y el humor, acerca de los cuales guarda la convicción de que al ser dos de los pocos elementos que nos reafirman como humanos, son asimismo poderosas herramientas que ayudan a la persona a enfrentar toda locura y cualquier tipo de crisis.

En la carpeta de desnudos femeninos que integra el libro --que fue presentado hace unos días en el Palacio de Bellas Artes y que se encuentra disponible, entre otros lugares, en la galería López Quiroga y en las librerias El péndulo y la Torre de Lulio--, Bellon reitera su compromiso con el erotismo, así como con el aspecto crítico.

"En los desnudos resalto toda esa parafernalia que se vende a la mujer dizque para verse mas sexy, el universo del fetichismo. Ejemplifico también cómo los países industrializados nos quieren imponer el paradigma de que sólo las delgadas son bellas y aceptables, lo cual está generando una globalización de la anorexia y la bulimia", señala.

"Me parece absurdo y denigrante que en un mundo donde hay un sinfín de pueblos con hambruna, las niñas ricas también mueran de hambre, pero en su caso sólo por no querer perder la línea. Por eso es que dibujé una gordotota hasta el final, para que las gordas vean que también tienen cabida en este mundo y no se acongojen tanto porque no tienen un cuerpo de fideo. Esas imágenes llevan, entonces, mucho un trasfondo que hay que leer entre líneas".

El escaso reconocimiento del dibujo como arte en sí mismo y como herramienta esencial de las demás artes visuales, es uno de los aspectos que también causan gran intranquilidad en Alberto Bellon.

"Desde hace décadas un número considerable de jóvenes artistas no se preocupa por aprender a dibujar; no es una actividad que se considere necesaria más aún con esta moda de querer utilizar sólo la fotografía, el video o la instalación para crear arte", opina.

"Para cualquier artista visual no saber dibujar es como si a los chavitos de primaria, en lugar de enseñarles el proceso de las operaciones matemáticas básicas, les pidieran calculadoras como parte de los útiles. Es claro que, con estas leyes del menor esfuerzo, el sistema busca construir una sociedad cada vez más inútil, para así impedir el desarrollo de la gente".

Antes de centrarse de manera definitiva en el realismo, el pintor se despide del abstraccionismo con la exposición de su última serie en el género, Abstracto matérico, integrada por 35 piezas. La muestra podrá ser apreciada a partir de este lunes y hasta la primera semana de septiembre en la estación Auditorio del Metro. 

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