miércoles 7 de agosto de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Editorial

Antonio Zaraín tiene la razón

Ha habido una confusión en el uso de términos entre funcionarios del gobierno del estado y en un sector de la opinión pública al considerar que en Huejotzingo se podía construir el nuevo aeropuerto, que sustituiría al de la ciudad de México, luego de que fracasó el proyecto de Texcoco.
De ninguna manera la terminal aérea de Huejotzingo puede ocupar el lugar del aeropuerto Benito Juárez, por dos razones fundamentales. Primero: por la proximidad que tendría con la zona de riesgo del Popocatépetl, lo cual implicaría a cancelar el tráfico de aviones cada vez que se presente una contingencia en el volcán.
En segundo lugar, porque la zona de Huejotzingo en los próximos años será uno de los últimos reductos que habrá para la producción de agua y oxígeno en el Valle de Puebla, si es que se aplica el programa de reordenamiento ecológico que se diseñó para esa región. El construir un aeropuerto de las dimensiones que tiene el Benito Juárez impediría la preservación del medio ambiente.
Por esa razón, seguimos considerando que es improcedente la construcción de la ciudad textil en la misma zona del aeropuerto de Huejotzingo, al constituir un atentado contra el equilibrio ecológico.
El secretario de Desarrollo Económico del gobierno estatal, Antonio Zaraín García, desde el viernes pasado aclaró -contrario a la versión que dieron otros servidores públicos y legisladores locales y federales- que en Huejotzingo únicamente puede haber una terminal de carga alterna al aeropuerto de la ciudad de México o de cualquier otra parte del país.