Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 5 de agosto de 2002
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Rompen ataduras homosexuales cubanos

Una investigación abre el tema para que se revisen intolerancias y tabúes

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 4 de agosto. El Salón de Graduados Ernesto González Puig de la Facultad de Psicología estalla en un aplauso. Sería uno más de los exámenes profesionales de la Universidad de La Habana, pero este es distinto: la tesis de licenciatura es la primera investigación de su tipo sobre familias homosexuales en Cuba.

El estudio de Aldnay Maqueira González es una novedad científica y un rayo en el cielo sereno de la homofobia. En sus conclusiones, la directora de tesis y especialista en problemas de la familia, la doctora Patricia Arés, dice que en Cuba "se desconoce el sufrimiento existencial que nuestra sociedad, aún homofóbica y patriarcal, depara al homosexual".

Más allá del género: seis historias de la familia contracultural es la investigación que le valió el grado universitario, pero Aldnay tiene años trabajando el tema, uno de los más espinosos e intocables, en un país que durante décadas hostilizó, reprimió y penalizó la homosexualidad, pero que ha iniciado tímida y lentamente el reconocimiento de las diferencias sexuales.

"En nuestro país el arte, la literatura y el cine han sido espacios más de avanzada en el tratamiento del tema y su desocultamiento", dice Arés. Por el auditorio se pasean los fantasmas de Paradiso y Fresa y chocolate. "Sin embargo, no existen publicaciones científicas de autores cubanos que respondan a investigaciones serias en el tema. Es latin_pride_gay_izvpor ello que considero que esta tesis constituirá un referente obligado para cualquier investigador cubano que pretenda trabajar sobre la homosexualidad y la familia."

"Desde un punto de vista social, considero que estudios de este tipo permitirán una revisión de mitos, tabúes, atribuciones amorales a las personas gays y lesbianas, criterios errados de perversión sexual e incluso la aceptación de la diversidad dentro de la identidad en las formas de vivir la homosexualidad", agrega la tutora. Dice que el trabajo de su alumna "ha roto muchas de mis ataduras mentales".

Emocionada por su calificación de "excelente" y las felicitaciones de profesores, amigos y compañeros de curso, la nueva psicóloga dice a La Jornada que no fue muy difícil convencer a tres parejas de gays y tres de lesbianas de esta ciudad que aceptaran compartir con ella sus experiencias vitales. "Son gente que necesita expresarse." Acogieron la idea de buen grado, se fue creando confianza y las entrevistas a profundidad se convirtieron en largas sesiones de reflexión. Sólo una persona fue reticente hasta el último momento.

El punto de partida, dice Aldnay, fue definir a una familia homosexual: una pareja de personas del mismo sexo, unidas por un vínculo afectivo y sexual, que comparten un espacio habitacional, un presupuesto de gastos y un proyecto de largo plazo. Los entrevistados debían tener, además, una convivencia mayor de dos años y un grado de instrucción mínimo de secundaria.

La joven universitaria planteó a las seis parejas una pregunta de arranque: "ƑQué son ustedes el uno para el otro?"

Sus conclusiones: No hay resultados uniformes. Cada caso fue distinto y hubo gran diversidad de maneras de definirse y relacionarse.

Sin embargo, aparecieron algunas tendencias. Estas parejas reproducen en parte los papeles tradicionales de la unión heterosexual. Por ejemplo, cuando hay diferencias económicas, culturales o de edad, la jerarquía y la responsabilidad recaen, respectivamente, en el de mayor ingreso, el de nivel intelectual superior y el más viejo. El individuo que en la pareja asume un rol femenino, suele identificarse más con el afecto, mientras que el personaje masculino lo hace con el sexo. El varón, educado para no expresar afecto y estar siempre dispuesto al sexo, también tiene esa identidad en la pareja homosexual. Hasta en el medio lésbico se aceptan los sobrenombres (bombero, tuerca) que denotan fuerza en el caso del individuo de la pareja que tiene el papel masculino.

Se mostraron distintos de la mayoría de las familias en su necesidad de mayor cohesión y vida interior, como mecanismo de defensa ante un entorno social homófobo. Tienen conductas individuales parecidas a las del medio social, por ejemplo en el centro de trabajo, pero se resguardan de la amenaza externa al constituir familias cerradas, sin intercambio alguno con el mundo exterior, en agudo contraste con la norma de la familia cubana, típicamente abierta y de gran interacción social. Son ajenos a patrones de sexualidad no convencional, como promiscuidad, exhibicionismo e inclusión de terceros, y muy defensores de la fidelidad y el respeto. Sus relaciones con las familias de origen son, en general, conflictivas. Van del rechazo parcial a la ruptura total, lo cual es una fuente de sufrimiento permanente. Todos recuerdan como doloroso el momento de reconocer su opción sexual, todavía considerada socialmente como "anormalidad". La necesidad de cada miembro de la pareja de asumirse en un papel (marido/mujer) diluye el sentimiento de pertenencia a un género y provoca un conflicto.

La doctora Carolina de la Torre, a cargo de la réplica a la tesis, recordó que hay un boom internacional en la investigación sobre la homosexualidad, por lo cual calificó el trabajo de Aldnay de importante aportación a esa corriente. Lo consideró una meritoria defensa del derecho a la diferencia, realizada con ética y respeto. La tesis facilitará "la modernización" de las concepciones sexuales en Cuba y "la destrucción de estereotipos" en el camino de admitir una realidad "menos machista y más desprejuiciada", añadió la académica.

El jurado del examen estuvo integrado por las doctoras Lourdes Herrera y Laura Domínguez, así como por el maestro Reinaldo Rojas.

Aldnay encontró sólo un caso de una pareja con hijos. Supo que el principal problema, común a las seis familias, es el de la función sexual de cada individuo. El encasillamiento de uno siempre como el masculino y el otro como el femenino genera conflicto.

Los descubrimientos

Entre sus hallazgos están:

Caso 1. Dos graduadas universitarias. Marcada tendencia a la imitación del modelo heterosexual, aunque hay una flexible distribución de tareas domésticas. La identidad es conflictiva. Parte de la familia de una las hostiliza por motivos triviales. No asisten a fiestas de sus compañeros de trabajo cuando son extensivas a las parejas.

Caso 2. Dos graduadas universitarias en la misma especialidad y casi la misma edad. Identificación y trato igualitario. Una dice: "Si volviera a nacer sería mujer nuevamente y me volverían a gustar las mujeres". Sin embargo, tampoco hacen vida social. "Siempre hay un extremista con el que uno choca; aquí (su casa) todo es más democrático, estamos más tranquilas." No hay elemento dominante.

Caso 3. Casi la misma edad, ambas llegaron sólo a secundaria. Diez años de relación. Imitación del modelo patriarcal. El miembro que se asume masculino viste típicamente con ese perfil, trabaja y sostiene la casa; asigna y espera que su pareja, ama de casa, desahogue las tareas domésticas. Va de frente: "Ella sabe que cuando llego me gusta tomar un baño y descansar, porque trabajo mucho. Me gusta ver la casa limpia y la comida hecha. Para algo yo busco el dinero. Lucho desde las seis de la mañana". La pareja consiente: "Ese es mi deber, lo hago porque quiero, porque me gusta y porque ella se lo merece. Es verdad que trabaja hasta partirse". Ruptura total, aunque angustiosa, con las respectivas familias. Sin vínculos sociales, excepto con medios homosexuales.

Caso 4. Los dos, técnicos medios. Casi la misma edad. Modelo heterosexual. Se asumen explícitamente como marido y mujer. Uno trabaja, el otro cocina y limpia. Dice el primero: "A veces le he tenido que dar un piñazo (golpe) para que reaccione. Dice el segundo: "Yo he sido tremendona; ahora estoy enamorada y tranquila".

Caso 5. Uno graduado universitario y el otro con secundaria. Diferencia de edad de 21 años. Trato equitativo. Se definen como "una pareja de hombres que nos gustamos y amamos". Sexualmente: "Activo y pasivo son términos muertos; el sexo es actividad y pasividad, dar y recibir todo el tiempo". Pero se advierte un liderazgo en el de mayor edad y escolaridad. Como pareja, ningún vínculo exterior.

Caso 6. Uno mayor, con secundaria; el menor, graduado universitario. Tendencia al trato equitativo, que se rompe con el ingreso económico. Aunque con menor instrucción, el de más edad tiene mejores ingresos. Llama a su pareja "mi niño". Presionado por la familia, el mayor tuvo tres hijos de dos matrimonios heterosexuales previos, quienes aceptan su nueva situación, no así su familia de origen, que lo rechaza.

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