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Félix Mendelssohn,
el hermano incómodo de Fanny

MARTA DURAN DE HUERTA

Esta es la historia de la talentosa compositora y pianista Fanny Mendelssohn, hermana de Félix, quien, por ser mujer, tuvo que luchar contra una familia que la quería en la cocina y no frente a un piano

DE LA MUSICA alemana del siglo XIX destaca la obra de Félix Mendelssohn, pero la de su hermana Fanny es casi desconocida. Desde pequeños compartieron el gusto por la música, mostraron un extraordinario talento y fueron considerados niños prodigio. Fanny, a los 13 años, se sabía el Piano bien temperado, de Bach, de memoria y como regalo de cumpleaños le compuso a su papá un lied. Los niños tuvieron los mejores tutores, debido a la holgada situación económica de la familia.

En la juventud, Félix leía y pulía las obras de su querida hermana de una manera amena y despreocupada pues sabía que ella nunca daría un concierto, nunca publicaría sus obras, nunca saldría de la cocina más que para ir a la iglesia, pues esos eran los deberes acordes a su sexo.

Al madurar, sobre todo en lo musical, el conflicto entre los inseparables hermanos estalló cuando Félix (y el resto de la familia) se opuso a que Fanny se dedicara a la música tal como él lo había hecho. Poco después vino otro dolor para la joven; sus padres, en especial su mamá, estaban en contra de que se casara con un pintor y retratista de la corte prusiana, Wilhelm Hensel. Pasaron años hasta que finalmente la familia accedió al matrimonio.

Wilhelm comprendió y respaldó a su joven esposa, dándole la oportunidad y libertad de componer. Fanny sólo tocaba en fiestas de sus padres o los domingos después de la comida. En 1937 desobedeció a su hermano y publicó algunas de sus canciones, lo que produjo la furia de Félix, quien le prohibió que lo volviera a hacer, pero Fanny volvió a desobedecer, y salieron a la luz dos libros de canciones y un libro de composiciones para piano. Las obras fueron todo un éxito.

En 1840, la joven familia Hensel –Fanny tenía 35 años y un hijito de nueve, Sebastián– hizo un viaje a Italia. Fanny admiraba la obra de Johann Wolfgang von Goethe, y visitó los lugares que había recorrido el poeta, quien había sido huésped de la familia Mendelssohn en sus famosas tertulias dominicales frecuentadas también por Georg Wilhelm Friedrich Hegel y por Alexander von Humboldt (Fanny asistía a sus clases de geografía).

Los Hensel llegaron a Florencia y se quedaron en casa de amigos, todos ellos pintores, músicos y escritores, a quienes Fanny deleitó e impresionó con su talento; rápidamente corrió la voz y las invitaciones a tertulias le llovieron. Visitaron las principales ciudades italianas y el pintor Ingres organizó conciertos dominicales de Fanny en la Villa Medici. La crema y nata de la intelectualidad que se había dado cita en Roma quedó impresionada. La joven compositora y pianista floreció al tiempo que aprendió y se desenvolvió libremente. Fanny disfrutó intensamente la vida, como nunca antes.

Esta alegría le trajo mucha inspiración. Llevó un diario donde escribió sus vivencias; además compuso una suite titulada Das Jahr (El Año), que es un diario musical donde cada parte corresponde a un mes y es el relato en piano de su estancia en Italia.

Tras la muerte de su madre, Fanny se animó a dar conciertos dominicales en Berlín. Poco después, en 1847, Fanny murió de una embolia, a los 42 años de edad.

Das Jahr nunca fue publicada y hasta hace poco salió a la luz. Todo este tiempo estuvo en el archivo de la Biblioteca Estatal de Berlín.

Poco antes de la muerte de su hermana, Félix dio un concierto privado a la reina de Inglaterra, Victoria, que quedó encantada con una canción. La Reina lo felicitó y Félix reconoció que la pieza era de Fanny.

Fanny escribió principalmente canciones, aunque también oratorios y conciertos; su fuerte era el lied; su pasión, el piano.