Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 28 de julio de 2002
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Cultura

Bárbara Jacobs

Hablando de títulos

Para entrar directamente al tema, diré que poner el título adecuado a una obra literaria es tan difícil como nombrar a un hijo. Por más que sepan si éste va a ser varón o hembra de antemano, no es hasta que nace cuando los padres deciden cuál nombre, de una lista que meditaron durante nueve meses, ponerle. Tienen que verlo, para saber. Aun así, es un riesgo. Tendrían que verlo desarrollarse para estar "seguros" de si le dieron un nombre adecuado, de si la vida que lleva llena ese nombre, o de si incluso lo deja atrás. Un nombre es capaz de beneficiar o de dañar a quien lo lleve puesto.

Pero tal vez resulte más arriesgado aún titular con adecuación una obra literaria, a pesar de que existan los tentativos títulos de trabajo. Se recomienda usarlos desde el germen de una obra, como si el título ayudara a que la idea original cobrara forma más definida desde su arranque. Los manuales sobre técnica literaria suelen incluir un capítulo sobre la titulación; pero, si el autor lo lee cuando esté buscando orientarse, probablemente no le resulte aleccionador. A un autor le parece claro cuanto se le recomiende siempre y cuando, en el momento en el que se le recomiende, él tenga resueltos sus problemas; pues, cuando éstos lo mantienen despierto, no hay consejo que le sirva para nada. ƑQué título poner a mi trabajo en proceso? En su insomnio, hace y deshace listas interminables; la duda lo atraganta.

Alguna vez quise tomar la frase de Santa Teresa, "La loca de la casa", a manera de título de un libro que preparaba. Desistí. Temí que mi trabajo se quedara corto con ese título fantástico.

Aunque cada trabajo en proceso presente sus propios atolladeros, y cada uno salga de ellos por vías diferentes, saltar del título de trabajo al definitvo es invariablemente traumático. Es como la transición de pasar de un par de zapatos viejos a uno de nuevos; pierdes, o lo que ganas no es otra cosa que inseguridad.

Pero, Ƒhay autor que honestamente crea que tituló bien una obra determinada? Como lectora, la prueba a la que someto los títulos de lo que leo es infalible. Si una obra específica me parece que no podía haberse llamado sino como se llama, opino que el suyo es un título adecuado. Aplicado a los objetos, mi razonamiento se entenderá mejor. ƑDe qué otro modo podía llamarse, por ejemplo, un paraguas, por lo menos en español? En cambio, piénsese en una taza. ƑVerdad que ésta podría llamarse, digamos, "sorbedero" y parecernos un nombre más adecuado que el de "taza"?

Nada de esto tiene relación con que un libro nos guste o no, ni con que se abra paso y perdure, o se empantane y desaparezca. Habrá sido un título convencional en su época, pero, completo, el de Don Quijote me parece demasiado largo; de buenas a primeras, ni siquiera lo recuerdo. Para mí es, y siempre ha sido, Don Quijote y punto. ƑPor qué no lo tituló así su autor?

Un título para una obra literaria ha de ser llamativo, más que nada. Si, por añadidura, resulta alusivo al libro, tanto mejor; pero no necesariamente. A mí un título cursi me repele más que uno soso; pero éste tampoco me lleva abrir el libro y leerlo. Cuando veo títulos-serie en un autor, sé que este autor está acabado. Un título no debería recordar otros del mismo autor. ƑO es prejuicio mío? En todo caso, la sensación de que, a juzgar por el título, el libro nuevo es igual que el anterior, me hace restar puntos de interés a ambos. Lo mismo sucede si el título que un autor da a su libro me recuerda el que otro autor ya hizo famoso. O los títulos que incluyen un nombre famoso. O un verso. O una frase. O los que son títulos de poemas, o de canciones populares.

No digo que uno mismo no haya caído en este recurso o tentación, intencionalmente o no; y es cosa que en principio debería hacernos tolerantes. Pues hay que reconocer que el aturdimiento con que un autor escribe, aumenta en lugar de disminuir cuando titula. De ahí que él tampoco llegue a saber nunca con certeza si tituló con adecuación o no su obra, ni si fue el título lo que determinó que ésta fuera, como sin duda habrá de ser, uno más de sus fracasos.

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