Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 27 de julio de 2002
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Cultura
El intelectual visita México por vez primera para impartir una serie de conferencias

La conciencia moral decae frente al auge de la tecnología bélica: Berman

La empatía es mi principal valor; lo pongo por encima de la razón, dice

Los zapatistas sorprenden al pensador porque ostentan una seria conciencia global

TANIA MOLINA RAMIREZ

Lo primero que impresiona de este neoyorquino de 60 años es su desarreglada barba y su cabellera gris. Marshall Berman parece una mezcla entre Karl Marx y Allen Ginsberg. Mueve su gran cuerpo con lentitud, arrastra los pies al caminar. Lleva puesta una playera negra con la imagen del disco El circo, de La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, unos desgastados pantalones vaqueros, tenis negros y una chamarra roja, en cuya solapa trae un pin del movimiento israelí por la paz.

Marshall Berman es uno de los grandes pensadores críticos de la actualidad, urbanista, profesor de tiempo completo de ciencia política en el City College of New York y autor de Todo lo sólido se desvanece en el aire, un clásico sobre la modernidad, y del recién publicado Adventures in Marxism (todavía sin traducción al español).

Una de sus grandes pasiones es la música, es fan de Bruce Springsteen (''pondría mi vida en sus manos", ha llegado a decir) y Bob Dylan, y recurre a fragmentos de canciones suyas en sus explicaciones.

Berman está por vez primera en México para dar una serie de charlas sobre la modernidad, el marxismo, el arte y los signos de la calle en la Universidad Nacional Autónoma de México y la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Viene con su esposa Shelley y Dani, su hijo de ocho años.

''Optimista, soy optimista por naturaleza", dice Berman con una gran sonrisa. ''En eso me identifico con Marx".

Sentimiento vengador

-¿Cómo llegó al marxismo?

-Después de que murió mi padre, a quien sentí que la sociedad comercial destruyó (durante la mayor parte de su vida fue trabajador en una fábrica de ropa), me entró un sentimiento vengador, sentí que debía haber algo mejor, pero la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) no parecía ser el camino. Un maestro (en Columbia University) me dijo que si leía los Manuscritos de 1844 podría tener una perspectiva marxista mejor que la que ofrecían los partidos comunistas locales, y ahí comenzó mi camino de estos 40 años.

-Otro tema importante para usted es la música.

-Definitivamente. Es un tema importante en mi vida. Nunca he podido tocar un instrumento, lo cual me entristece, pero trato de escribir sobre la música, y me conmueve que los que tocan en bandas (en específico se refiere a Pacho Paredes, baterista de La Maldita Vecindad) puedan encontrar que les ayude algo en lo que escribo.

-¿Cuál es su opinión sobre los movimientos musicales en la actualidad?

-Lo más interesante es la globalización, que gente en todo el mundo puede oír a gente de todo el mundo. Pero, ¿encuentro algún mensaje maravilloso? No, o quizá sea que estoy fuera de onda. Desde que nacieron mis hijos salgo poco a escuchar música. Elloy, mi hijo de 17 años, oye rap.

-¿Qué opina Elloy sobre el marxismo?

-Sus padres son intelectuales, así que ha optado por no leer; quizá cuando se aleje de nosotros podrá hablar de este tipo de cosas. Por ahora, el gangster rap es con lo que se siente más cómodo. Yo antes escuchaba mucho gangster rap, pero terminó abrumándome.

-¿Qué música escucha ahora?

-Traje cuatro cd: Bob Dylan, Neil Young, Elvis Costello y Lucinda Williams, y un casete de Bruce Springsteen.

''Bob Dylan creó un ambiente en el que nada era ajeno al rock, se podía expresar cualquier cosa, cambió el juego en el mundo, lo hizo más profundo, más universal. La primera generación de rock tenía un nivel muy bajo de alfabetismo, era música de fiesta, muy primitiva. Con Dylan, el rock ya no era sólo algo para consumir, sino algo que podía producir.

''¡Ah! Y también traje un cd de Mozart.''

Valores y razón

-Usted ha trabajado a profundidad la experiencia de la modernidad. Después del 11 de septiembre, el terrorismo se puso en el centro de la agenda mundial. ¿Qué relación encuentra entre terrorismo y modernidad?

-El terrorismo viene de muy atrás, es totalmente premoderno. La diferencia es que ahora hay mejores bombas, la tecnología de guerra ha mejorado muchísimo más que la conciencia moral.

El terrorismo que involucra bombardear a muchas personas, crea una situación de, ''bueno, ellos nos matan, nosotros los matamos", algo así está pasando ahora en Medio Oriente. El gobierno israelí es manejado por alguien que piensa exactamente al mismo nivel de los terroristas islámicos, se siente cómodo bombardeando pueblos.

-¿Qué relación encuentra entre fundamentalismo y modernidad?

-Se dice que el fundamentalismo es antimoderno, pero la palabra fue acuñada en el siglo XX por los protestantes estadunidenses. Tomaron toda la Biblia y la redujeron a unos cinco puntos; le quitaron la complejidad humana, redujeron la religión a las matemáticas.

''Irónicamente, muchos fundamentalistas son muy versados en manejar la tecnología moderna. Se quejan de la vida moderna, pero son capaces de usar las fuerzas de la modernidad que encuentro más problemáticas para destruir la fuerza de la modernidad que para mí es la más importante: la empatía universal.''

-¿Qué lugar ocupan los valores de la Ilustración hoy día?

-No creo que los valores principales se puedan establecer mediante la razón. Mi valor principal es la empatía, me parece mucho más valioso que la razón. No quiero decir que la razón no sirva, sino que la razón es universal y puede ayudar a transmitir la empatía a todo el mundo. ''La razón es la esclava de las pasiones", dijo Hume, así que creo que la razón puede ser la esclava de la empatía o de la misantropía. No es la razón en sí la que junta a la gente o la destruye, sino el corazón, pero ¿cómo miras dentro de las profundidades del corazón para hacer que la gente quiera amarse? No lo sé. A través de la historia, gente completamente diferente logró tener empatía. Ha pasado suficientes veces como para que crea que pueda volver a suceder.

Obsesión por Estados Unidos

-¿Cuál es su opinión sobre el movimiento contra el neoliberalismo?

-El movimiento tiene valores completamente contradictorios en su seno. Un valor es lograr la justicia global; el otro, abolir el horizonte global, erradicar la posibilidad de comunicarte con otras personas que no sean con quienes creciste. Simpatizo inmensamente con una parte del movimiento, la que de nuevo encontró el horizonte global. Mi generación, los radicales de los años 60, no lo pudo hacer. Quizá hubiéramos podido si no hubiera estado presente la guerra de Vietnam, que absorbió toda nuestra energía, nos obsesionó con nuestro propio país, nos hizo sentir que había otros países que tenían una esencia humana que era mejor que la nuestra (yo nunca creí en eso, pero sí estaba obsesionado con mi país), nos hizo sentir que Estados Unidos era el problema, cuando en realidad sólo era un síntoma del problema.

''Ya que ganamos estábamos tan exhaustos, de cierta manera tan amargados, que era difícil retomar el camino anterior. American tune, de Paul Simon, trata sobre esto (Berman canta la canción): 'y no conozco un alma que no esté golpeada... no conozco un sueño que no se haya roto...' Refleja tan bien la desesperanza de la gente, justo cuando estaban ganando la lucha por la que entregaron su vida. Muchas veces, los que ganan pierden.''

Rehacer las cosas injustas

-Tras el 11 de septiembre, muchos estadunidenses se preguntaron por qué los odian tanto, ¿por qué cree que sea?

-Mucha gente nos odia porque somos grandes y ricos. Y no hay mucho que se pueda hacer al respecto. Hemos hecho un montón de cosas malas en política exterior, pero también cosas buenas. El odio es tan estructural, que no creo que debamos de rehacer las cosas para que nos odien menos. Debemos rehacer las cosas injustas, pero no rehacer las cosas para ser queridos.

-¿Cuál es la vigencia del marxismo como herramienta emancipatoria?

-Su horizonte global. El marxismo es un discurso global que habla de manera universal sobre las necesidades humanas. Marx dijo que el mercado mundial era el mayor logro de la burguesía moderna, con eso lo que quiso decir, entre otras cosas, es que su grandeza estaba precisamente en su alcance global.

''El creía que se podía crear un movimiento a partir de ese alcance global, pero con un sentido más empático con lo que la gente necesita. Y yo creo que es posible. ¿Sé cuándo sucederá? No, pero creo que mucha gente retomó el sentido global de Marx.

''La sorpresa, para mí, de los zapatistas, es que parecen tener una seria conciencia global, eso es buena onda.''

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