Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 3 de julio de 2002
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Espectáculos

Sus arreglos, distintivo ambiental de cientos de hoteles, comercios y líneas aéreas

Murió el músico Juan Torres, creador del concepto "órgano melódico"

Los grandes bailes con el sonido de ese instrumento, su aportación, expresa Carlos Avila

El guanajuatense grabó 79 discos con sus famosos órganos Yamaha y Hammond X-66

MARIANA CHAVEZ CORRESPONSAL

Queretaro, 2 de julio. Ayer, a los 72 años, falleció el músico Juan Torres, y con ello se silenció su famoso órgano melódico. El deceso ocurrió en la madrugada, en su casa de esta capital estatal, a consecuencia de un cáncer de páncreas.

Aunque no fue el primero en el estilo, sí fue uno de los más reconocidos, pues acompañó a muchos famosos, de ayer y años recientes. "Todavía hace cuatro días se paró de la cama y tocó cuatro piezas al piano, pero ya estaba muy débil como para poder tomar alimentos que no fueran líquidos."

Originario de Guanajuato, estudió en la Escuela Superior de Música Sagrada de León y Morelia, para posteriormente iniciar la carrera musical de pianista y organista en áreas clásicas. Se dedicó a la interpretación de la música popular e impuso un estilo original en el órgano electrónico, con el que se dio a conocer internacionalmente.

Recientemente se presentaba en conciertos clásicos y populares; su talento lo llevó a componer algunas piezas, inclusive de música coral. El último de sus conciertos lo dio en Querétaro, el 10 de mayo, acompañado por las Arpas Clásicas de los hermanos Duarte y la Filarmónica estatal, ante más de cuatro mil personas. Su producción musical está grabada en 79 discos de larga duración, algunos de los cuales ya fueron remasterizados y colocados como cidís. Un rincón de su casa en Juriquilla, Querétaro, resguarda sus numerosos reconocimientos, entre ellos varios discos de oro y de platino.

Reacciones

Carlos Avila, uno de los dos integrantes del grupo Los Baby's, recuerda: "El comenzó en el 68-70. Tocaba un órgano Hammond X-66. Con él logró el sonido que lleva su nombre. Fue innovador también porque ponía un motor debajo del escenario, para que diera vueltas. Tenía un ángulo deJUAN TORRESportada 360 grados. Tocaba y giraba. Su aportación fue hacer bailes con sonido de órgano.

"Antes que Torres, el pionero en el mundo en hacer hablar el órgano fue Ernesto Hill Olvera, por el año 60. Ya falleció y alternamos con él en el Teatro Lírico. Pienso que Juan Torres recibió la influencia de Hill Olvera. Torres tocaba muy bonito La Bikina, Aquellos ojos verdes."

Filemón Arcos Monchi, titular del Sindicato Unico de Trabajadores de la Música del DF, se dijo consternado. "Recuerdo unos bailazos en Pachuca, no'mbre, qué bailazos, tremendos. Tenía buenas ideas; de él tomamos la idea de comprar un autobús para transportarnos. El de él era muy bonito y se llamaba como uno de sus arreglos, Gaviota. La gente se quedaba muy noche y él decía que mientras hubiera público estaría hasta el amanecer".

La última canción que compuso fue Ven, Jesús, la cual dedicó a su hijo menor, Juan Pablo. Le sobreviven su viuda María Elena de Torres y sus hijos Juan Pablo, Juan Tomás, Susana, Pilar y Guadalupe, así como 14 nietos y uno que viene en camino. Sus deudos esperan que Juan Torres sea homenajeado en su ciudad natal, Ocampo, Guanajuato.

Sus restos serán cremados a las 18 horas de hoy, y las cenizas serán depositadas en la parroquia Perpetua Socorro, en el fraccionamiento Carreta.

Músico reconocido por su abundante producción discográfica, popularizó el uso del órgano Yamaha al grado de que en los años setenta muchas familias compraron uno para imitar el estilo aparentemente sencillo de Juan Torres, quien fue reconocido como maestro en Japón por su técnica y virtuosismo para el arreglo de melodías de todo tipo. Desde las más repasadas piezas de baile hasta los ritmos más candentes. Se hacía acompañar sólo por dos músicos (bajo y batería) y a veces incluía coros femeninos.

Se distinguía en sus presentaciones por la elegancia de sus trajes, que por lo general eran semejantes al color de su instrumento.

Su popularidad sin duda se reflejó en la provincia mexicana, donde sus conciertos-bailes-cenas eran el evento social más importante del año. Mención aparte merece el famoso camión en el que transportaba su instrumento y el equipo de sonido; fue diseñado por él y marcó un punto de envidia en el gremio.

Precursor de una escuela

Su escuela musical podría establecerse a partir de la cantidad de organistas ambientadores de fiestas que florecieron luego del éxito del guanaguatense. Podríamos citar a Chico Che y la Crisis, Karmito y sus Supremos, Chicken y sus Comandos, en el sureste, así como Los Baby's, Los Freddy's y, por supuesto, las decenas de músicos contratados en los bares de Samborns hasta los años 80. Las interpretaciones de Juan Torres, hasta la fecha, son el distintivo ambiental en cientos de hoteles, centros comerciales, líneas aéreas, consultorios médicos y lobbies de casas de citas. Su música es considerada por muchos como un símbolo kitsch nacional.

A Juan Torres siempre se le tildó de ser un músico limitado y populachero, y él para demostrar lo contrario se atrevía a tocar a la mitad de un baile algún fragmento de la música de Bach para deleite de un público que siempre vitoreaba al organista.

El maestro fue uno de los primeros músicos que se distinguieron por el cuidado de la producción en sus presentaciones, en las que el juego de luces, hielo seco y la famosa tarima giratoria eran el toque singular que, junto a su sonido, siempre atraía a sus fans.

Fue reconocido en Estados Unidos y Latinoamérica y, luego de Los Panchos, es el músico mexicano más distinguido en Japón.

Para exaltar su peculiar sonido, el maestro Torres fijaba unas pequeñas laminillas entre las teclas, para mantener de forma permanente esos sonidos, mientras se explayaba digitando otras partes de sus múltiples teclados, procurando el ambiente musical que requerían las sesiones de baile.

Se decía que en las casas mexicanas no podía faltar una guitarra y un elepé del maestro Juan Torres y su órgano melódico, y se ha dicho bien.

Juan Torres merece un homenaje nacional, y bien podría ser en Guanajuato, en el marco del Festival Internacional Cervantino.

(CON INFORMACION DE ARTURO CRUZ, ERNESTO MARQUEZ Y FABRIZIO LEON)

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