Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 3 de julio de 2002
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Política

José Steinsleger

Documento sospechoso

Desde algún lugar de América Latina y el Caribe un grupo de personas, que ameritarían ser calificadas de populistas, nostálgicas del pasado o terroristas, nos envió un documento que dice:

"Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario que un pueblo rompa los lazos políticos que lo han unido a otro, para ocupar entre las naciones de la tierra el puesto de independencia e igualdad a que le dan derecho las leyes de la naturaleza, el respeto decoroso al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo han llevado a su separación".

En alegato contra el racismo, la exclusión y la discriminación social señala:

"Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales; que todos deben gozar de ciertos derechos inalienables entre los cuales están la vida, la libertad y la busca de la felicidad".

Ante la situación que atraviesan los pueblos latinoamericanos precisa:

"Que para garantizar estos derechos, los hombres instituyen gobiernos que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tiende a destruir estos fines el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, a instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en aquella forma que a su juicio garantice mejor su seguridad y su felicidad".

Sobre el caso de Cuba propone:

"La prudencia aconseja, en verdad, que no se cambien por motivos leves y transitorios gobiernos largamente establecidos; y en efecto, es de común conocimiento que la humanidad está más dispuesta a sufrir, mientras sean tolerables sus males, que a hacerse justicia aboliendo las prácticas a que está acostumbrada".

Sobre el derecho a la rebelión sostiene:

"Sin embargo, cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente hacia el mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantías para la futura seguridad".

Y concluye:

"Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno. La historia del actual gobierno de Washington es una historia de repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tiranía absoluta sobre estos estados".

En el apartado "Querellas Específicas" indica la usurpación de los derechos legislativos de los colonos y el cierre de sus legislaturas, inclusive; las trabas impuestas a la justicia por su dominio absoluto de los tribunales y su denegación del derecho a juicio por jurado; el mantenimiento de un ejército permanente entre los colonos, en tiempos de paz y sin su consentimiento; el ejercicio de la autoridad militar por encima de la civil; la imposición de tributos sin el consentimiento de los colonos y otros actos hostiles que provocan la insurrección en las colonias.

Se incluye también una declaración de la actitud de los colonos "hacia sus hermanos del norte que, junto a su gobierno, han permanecido sordos a las voces de la justicia y de la sangre". Seguidamente someten a opinión la Declaración de Independencia:

"Por todo lo expuesto, nosotros, los representantes de los pueblos de la América indígena, africana, hispana, ibérico latina y anglo-franca, reunidos en Congreso General, apelando a la rectitud de nuestras intenciones, y en nombre y por autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnemente proclamamos y declaramos:

"Que estas Colonias Unidas son, y por derecho deben ser, Estados Libres e Independientes; que quedan exentas de toda fidelidad al estado sin nombre que a orillas del río Potomac usurpa el de 'América', y que todo lazo político entre ellas y el dicho estado queda y debe quedar completamente roto;

"Para sostener esta Declaración con firme confianza en la protección de nuestros pueblos, empeñamos mutuamente nuestras vidas, nuestras haciendas, y nuestro más sagrado honor."

Indiscutiblemente subversivo, el grupo asegura que el texto de marras nació del original que un equipo de bibliófilos encontró en un altillo residencial de Filadelfia cuando estaba a punto de ser devorado por las ratas. Por lo demás, salvo el sujeto que cuestiona y el cuestionado, el documento es copia fiel y completa del original.

Asimismo, aclara que para no incurrir en apostasía (como los firmantes del original), fueron desechadas las expresiones "...y el Dios de esta Naturaleza" (primer párrafo entre comillas), "Creador" (segundo, ídem), "Juez Supremo del Universo" (primero de la Declaración) y "Divina Providencia" (tercero, ídem).

El documento encontrado en Filadelfia lleva fecha de emisión: 4 de julio de 1776.

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