La Jornada Semanal,   domingo 30 de junio del 2002               núm. 382
 Cangrejos al compás

EN 2002 DEBEMOS REFLEXIONAR SOBRE ESTOS
TEMAS Y ASECHANZAS:

Ilustración de Antonio Helguera1. El racismo creciente. Como dijo Sevilla: "Todos somos ilegales". Como dice Calgary: "Todos somos extranjeros indeseables". La derecha española expulsa a "moros" y "sudacas", LePen saca un diecisiete por ciento de votos delirantes, Bush decreta un nuevo orden geopolítico en el que no caben los indocumentados, y las naciones indígenas siguen siendo extranjeras en sus tierras.

2. Los empresarios y sus capataces tomaron ya el poder en muchos países y se aprestan a tomarlo en otros. Carecen de una visión de Estado y "degradan a operaciones de tendero el ejercicio del poder para procurar el bien común" (Augusto Isla dixit). En el caso de México corremos el peligro de que la mendacidad, la incompetencia y la frivolidad del "gobierno del cambio" nos hagan olvidar la mendacidad y la corrupción del viejo régimen.

3. El antiintelectualismo característico de los regímenes y movimientos totalitarios del siglo xx regresa con renovada virulencia. En México, el secretario de Hacienda y el presidente del Senado han llamado a los intelectuales "terroncitos de azúcar", deshonestos y pornógrafos. Nunca en la historia de nuestro país había sido tan insidioso el antiintelectualismo. Se nos ocurre pensar en algunos aspectos de los gobiernos de Huerta y de Díaz Ordaz. Al servicio de este último se pusieron algunos "periodistas viriles" que usaban términos como "poetisos" o "rositas de pitimini", pero ninguno de ellos era funcionario importante del régimen. Los actuales ataques verbales y tributarios nos colocan frente a formas inéditas de censura y de control cultural, pues los fuertes impuestos a la creación literaria y artística, la eliminación de la tasa cero a la industria editorial y la propuesta de establecer nuevas formas de ayuda y de exención implican una intervención mayor en la vida literaria y editorial. Ante tamaños despropósitos tecnocráticos, puritanos y autoritarios, es indispensable la unión y la acción concertada de toda la comunidad artística e intelectual.
 

LA REDACCIÓN