Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 23 de junio de 2002
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Política
Laura Alicia Garza Galindo

De que son peligrosas

De que las comparecencias de los servidores públicos de alto nivel ante el Congreso son peligrosas, lo son. Cualquier descuido en las palabras, premeditado o no, puede ser riesgoso, no sólo para el servidor público en cuestión, sino también para el pueblo de México. Me refiero en lo general a las largas aseveraciones, pero sobre todo impactos en la economía, que nos regalara ayer el secretario de Hacienda, al comparecer ante el Congreso.

¿Cuál es el contexto en que se da la presentación del secretario Gil? Recién, como están enterados, el presidente Fox, acompañado por el titular de Hacienda, presentó su Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafide), en el que establece el imperativo para el Congreso de resolver de inmediato 10 reformas estructurales a la economía nacional, que implican otros tantos cambios a leyes federales y en ocasiones a la Constitución. Y el reto, dice el Presidente, es para ya, por supuesto, empezar a crecer también a una tasa de 7 por ciento anual, en el entendido de que si el Congreso no hace su tarea, entonces no creceremos al 7 por ciento anual y por supuesto, la culpa será del Legislativo.

El pequeño problema es que ninguna de las propuestas presidenciales sobre energía, telecomunicaciones, laboral, fiscal, presupuestal, judicial, educación, federalismo y pensiones, se acompaña de una iniciativa de ley del Ejecutivo federal, salvo la financiera, en la que ahora trabajamos. La primera pregunta, es, ¿dónde están las iniciativas? independientemente de que los legisladores consideramos que la mayoría de las propuestas no inciden en el crecimiento económico de corto plazo.

Más bien nuestra percepción sobre estas reformas -si pasan, y ello depende del beneficio al pueblo de México- generarán resultados en el mediano y largo plazos, excepto la financiera, que pretende otorgar en el corto plazo seguridad jurídica a los ahorradores, a los inversionistas y a los propios bancos, y dependiendo de que los bancos suelten los créditos productivos, en lugar de estar "sudando" los ahorros de los mexicanos -cada vez más escasos por cierto-, y de estar repartiéndose las ganancias con el gobierno.

Prevalecen en la realidad de la economía nacional las previsiones de crecimiento calculadas en 1.7 por ciento anual, los recortes presupuestales a diversos programas, incluso al sector educación y salud, y a proyectos de los estados, con todo y la caída (recorte abusivo) en sus participaciones; llantos por la caída del precio del petróleo, cuando éste se reposicionó fuerte desde mediados de febrero y nunca estuvo por debajo del precio por barril calculado en el presupuesto; el dólar, que se ha ido apreciando a partir de abril, cuando costaba 9.10 pesos, hasta 9.70 en junio, aunque los criterios económicos del Ejecutivo programaron un precio para 2002 de 10.10 pesos por divisa.

Y existe la gran disputa por abrir en exclusiva al capital extranjero la energía eléctrica y el gas, mediante los contratos de servicios múltiples (CSM), esquema que de aprobarse, abriría la explotación petrolera a los extranjeros, también por la venta de activos de Aseguradora Hidalgo, a la mitad de su precio real y en moneda nacional, no obstante su venta al extranjero. Anteayer se vendieron en más de 800 millones de dólares -y no tenemos idea si también fue a mitad de precio-, las acciones que el gobierno poseía en Bancomer.

Y dijo Gil: es en este sentido, al entregar los activos nacionales, que nos estamos pareciendo a Argentina, que vendió para cubrir sus gastos excesivos y financiar el servicio (pago) de su deuda. El gobierno vende y luego protesta.

Fueron palabras suficientes para que el peso se desplomara. Más tarde, se le pregunta al presidente Fox, en su gira por Chiapas, si avalaba la afirmación de Gil, lo que negó, diciendo que nuestra economía es sólida, que lo es. La caída del peso se frenó de inmediato, pero difícilmente el dólar se colocará de nuevo en 9.70. Y es que la protesta de los exportadores nacionales es intensa; no les conviene que la divisa se compre en menos pesos. No así para el pueblo de México: a mayor precio del dólar, mayor inflación, precios y tasas de interés. Bueno para pocos, malo para muchos.

Y de paso, dejar la nota en el Congreso, similar a la del propio Gil Díaz el 22 de abril pasado en Cancún, y publicada en El Universal: "la economía mexicana se puede argentinizar, si no hay armonía entre partidos políticos, gobiernos locales y el Ejecutivo federal"; refiriéndose entonces a la necesidad de que el Congreso aprobara, ¿qué creen?, las reformas energética, fiscal y de telecomunicaciones. Peligrosa estrategia. Sí creo que la comparecencia de ayer fue diseñada para varias bandas, como exigir al Congreso la aprobación de sus propuestas, con el argumento-amenaza de la argentinización, y para que el peso se deslizara un poquito más, pues qué tanto es tantito.

Considero que fue una comparecencia peligrosa y una estrategia de alto riesgo y muy mal calculada por el presidente Fox y el secretario Gil Díaz, al poner en tela de juicio la solidez de la economía mexicana. Con eso no se juega.

( ) Senadora del PRI, economista y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para Europa y Africa del Senado de la República

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