miércoles 19 de junio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 

La SSA sólo ha regularizado 17

Sin control, la apertura de las clínicas para bajar de peso

n El incremento de la obesidad las convierte en un negocio muy redituable
n Algunas cobran hasta 4 mil pesos por tratamientos de dos semanas
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La mayoría opera al margen de las normas de salud y sin personal médico capacitado
n La última Escuesta Nacional de Nutrición revela que casi 52 por ciento de las mujeres mexicanas en edad fértil tiene problemas de obesidad

Mónica Azcárate n Ante la falta de inspección de las autoridades de salud, en la última década se ha registrado un alarmante crecimiento de las clínicas de control de peso en la ciudad de Puebla, que en su mayoría no brindan atención médica adecuada y no ofrecen soluciones integrales a los problemas de obesidad y de sobrepeso, por lo que, lejos de dar resultados satisfactorios, ponen en riesgo la vida de los pacientes. La Secretaría de Salud admitió que a partir de la presente administración estatal la dependencia ha comenzado a vigilar estos establecimientos, aunque en lo que va de su gestión sólo ha regularizado 17.
A pesar de que la Dirección de Regulación y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud empezó a vigilarlos, la dependencia carece de un padrón completo y, por ende, desconoce cuántos operan en el municipio de Puebla en estas condiciones, aunque el titular de dicha área, Paul Alberto Mendieta Hernández, admitió que "han aumentado considerablemente, que la mayoría trabaja en la clandestinidad y que son manejados por charlatanes, quienes proporcionan el servicio de reducción de peso al margen de las normas oficiales y sin personal médico".
Este tipo de negocio es tan redituable que algunas empresas cuentan con dos y hasta tres sucursales en la capital poblana para atender la creciente demanda. Tal es el caso de las Clínicas Teo, firma que cuenta con tres sucursales en la ciudad de Puebla, según la Ssa. La compañía es una de las más cuestionadas por los nutriólogos, debido a que recurre al empleo de medicamentos para bajar de peso. A pesar de funcionar desde hace 10 años, hace apenas algunos meses fue regularizada por la Ssa, por lo que ni siquiera contaba con su aviso de funcionamiento, según reconoció Mendieta Hernández. El costo de la consulta en esta clínica es de 115 pesos por semana.
Slim Center, uno de los establecimientos más publicitados por la radio local, ofrece a los clientes "métodos naturales" para bajar de peso y medidas, utilizando "termoterapia americana" tres veces por semana. La empresa garantiza a sus clientes que bajarán cuatro kilos y dos tallas en dos semanas con dicho tratamiento, cuyo costo asciende a 4 mil pesos.
La Clínica Médica Integral ofrece disminuir medio kilo diario sin la ayuda de anfetaminas, pero con la aplicación semanal de una dosis de pirofosfato de tiamina; asegura contar con atención médica y psicológica, y su tarifa es de 450 pesos por semana.
Otras compañías, como Nutrimet y Baje de Peso Naturalmente, tienen tres y dos sucursales, respectivamente. El comercio denominado Clínica Dietética y otros dos consultorios particulares forman parte de los 17 establecimientos regularizados recientemente por la Ssa, los cuales operaban también con deficiencias y sin el aviso de funcionamiento.
La jefe de la Unidad de Verificación Médico Sanitaria de la Ssa, Celia Luz León García, apuntó que se detectó otros 10 establecimientos irregulares en la ciudad, entre ellos tiendas naturistas que anuncian el control de peso sin siquiera contar con un médico. Según la funcionaria, éstos ya fueron inspeccionados, por lo que tienen entre 10 y 20 días para regularizarse, de lo contrario se procederá a la suspensión de actividades. La funcionaria dijo a La Jornada de Oriente que la Ssa sólo ha clausurado un comercio dedicado al control de peso en lo que va de la presente administración estatal.
León García agregó que la dependencia únicamente ha recibido dos denuncias de ciudadanos que no obtuvieron resultados tras acudir a este tipo de lugares, aunque se negó a revelar el nombre de las empresas.

El aumento del sobrepeso

La aparición indiscriminada de clínicas de control de peso es una realidad que no sólo ocurre en la ciudad sino en todos los centros urbanos del país y que obedece al incremento de la obesidad entre la población adulta, producto de los malos hábitos alimenticios extendidos a toda la población gracias a la influencia de la publicidad y de los medios de comunicación, puntualizó María Eugenia Mena Sánchez, vocal del Colegio Mexicano de Nutriólogos.
Al respecto, la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 concluyó que el sobrepeso, la obesidad y la anemia son los principales problemas de nutrición de las mujeres mexicanas en edad fértil.
"En opinión de María del Carmen Villagómez Amezcua, coordinadora de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Iberoamericana (UIA), el riesgo que corren los pacientes al acudir a este tipo de establecimientos es muy alto.
Al carecer del personal adecuado, subrayó, tales negocios no logran reeducar al paciente ni lo orientan para resolver el problema de fondo: cambiar sus malos hábitos alimenticios; tampoco lo atienden emocionalmente, ya que la obesidad puede ser provocada por factores emocionales y psicológicos. En vez de ello, les proporcionan dietas milagrosas o medicamentos tan peligrosos como las anfetaminas -sustancias que pueden afectar el sistema nervioso central- que sólo juegan con su metabolismo y que al final les provocan "rebote" y más obesidad, apuntó la académica.
Villagómez Amezcua alertó sobre los pseudotratamientos y dietas diseñadas por el personal poco capacitado que regularmente maneja la mayoría de estos negocios, ya que pueden provocar serias lesiones al organismo, además de enfermedades como la anemia, e incluso causar la muerte. Una de las causas por las que los pacientes prefieren acudir a las pseudoclínicas en vez de visitar a un especialista, comentó, es la falta de reconocimiento al trabajo de los nutriólogos, a la escasez de profesionistas y a la poca orientación alimenticia.
Al respecto, María Eugenia Mena Sánchez, vocal del Colegio Mexicano de Nutriólogos, sostuvo que hay cierto rechazo de los médicos generales a colaborar con los nutriólgos en el manejo del control del sobrepeso y la obesidad, a pesar de que los primeros carecen de la formación académica para atender dichos males. Y aunque el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla cuenta con nutriólogos en sus hospitales para atender a los derechohabientes, el personal es desaprovechado porque el instituto carece de plazas específicas para estos especialistas, puntualizó.
Mena Sánchez agregó que si bien existen en la ciudad de Puebla unos 130 nutriólogos, sólo la mitad se dedica a la consulta, por lo que son insuficientes para atender la creciente demanda.

De la desnutrición a la obesidad

Desde siempre, las deficiencias de alimentación, sobre todo en localidades rurales, han sido uno de los principales problemas de salud pública en nuestro país. Sin embargo, en poco tiempo los mexicanos hemos pasado de la desnutrición a la obesidad.
La vocal del Colegio de Mexicano de Nutriólogos apuntó que en los últimos congresos nacionales de la especialidad este fenómeno ha sido objeto de discusión y análisis.
En 1988, la Primera Encuesta Nacional de Nutrición mostró 35 por ciento de mujeres con sobrepeso u obesidad. Años después, la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas de 1993 y la Encuesta Urbana de Alimentación y Nutrición de 1995 reportaron la prevalencia de 59 y 54 por ciento de sobrepeso y obesidad, respectivamente, lo que sin duda muestra el grave problema de salud pública que representa para nuestro país, debido a la relación entre obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes y los padecimientos cardiovasculares.
La encuesta arrojó que el 1.7 por ciento de mujeres presentó desnutrición, 46.6 por ciento tenían un peso adecuado, el 30.6 por ciento registró sobrepeso y el 21.2 por ciento obesidad, es decir, casi el 52 por ciento tiene problemas con la báscula. Además, la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 encontró que el sobrepeso es un problema de salud pública en la edad adulta que inicia a partir de los 18 años y que se convierte en preocupante a los 21.
Mena Sánchez abundó que los malos patrones alimenticios de los adultos son reproducidos por los niños, lo que ha provocado un aumento de los índices de obesidad en este sector de la población. De ahí la urgencia de que las autoridades de salud promuevan y refuercen los programas de orientación alimenticia entre la población para frenar el avance del mal, pues de no hacerlo, en breve tiempo se convertirá en un problema grave de salud pública, advirtió.
La académica agregó que para llenar los vacíos de información y difusión sobre cómo debemos alimentarnos, en la actualidad un grupo de especialistas nacionales trabaja en la elaboración de la Norma Oficial para la Orientación Alimentaria, que pronto se publicará.