Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 19 de junio de 2002
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Política

Luis Linares Zapata

A la sombra del Mundial

A los estrategas presidenciales no los arredró el Mundial como fenómeno acaparador de la atención pública. Más todavía, al amparo de su gigantesca sombrilla difusiva, reordenaron sus lí-neas de manejo político y se lanzaron a la ofensiva para recomponer posiciones en un juego iniciado hace ya casi dos largos años. Nada les asegura, empero, un buen desempeño. Vaya, ni siquiera que logren una parte disminuida de lo pensado como deseable.

El caso es que ajustaron su antigua palanca de empuje, basada en la lucha contra la corrupción, para alinear fichas y apurar la pendiente negociación con los partidos y el Congreso. En ella se divisa la ecuación Pemex-STPRM-PRI. Y, por el otro lado de la cancha, reformularon todo un esquema encadenado de reformas estructurales. En el centro de éstas, y de manera privilegiada, la eléctrica, acompañada por la energética (petróleo y gas), que aún no han sido formalmente presentadas, pero de las que han trascendido detalles, compromisos e intenciones. Conservan en la retaguardia la laboral, de telecomunicaciones, un refrito de la fiscal y, como aderezo, secciones de la incompleta y un tanto confusa reforma del Estado. Nada despreciable elenco conceptual de programas, bastante bien jerarquizado y con aceptables desplazamientos temporales.

En esta ruta apareció, filtrada y de improviso, una encuesta por encargo desde la misma Presidencia que ha sustentado severas versiones críticas ahí donde duele y se resiente la cúpula decisoria: en la capacidad de gobierno por parte de Fox y de su gabinete.

La percepción ciudadana de que los asuntos del país se encuentran fuera de control y del adecuado manejo presidencial (siete de cada 10 mexicanos) ha dado pábulo para bordar sobre un terreno ya explorado hasta el cansancio: el desarreglo que se observa en el equipo de trabajo estelar, sus contradicciones y pleitos, las serias omisiones y las múltiples derrapadas que ha tenido desde que arribó al poder. Lo que no queda claro es su utilidad para los ajustes internos o para guiar las acciones recientes que de ahí podrían derivar. Cuestiones de la modernidad informativa. Pero no todo depende del mundo de las percepciones públicas para afirmar una marcha equívoca, lenta, desorganizada y hasta inconexa de los asuntos de gobierno. Tampoco se concentran todos los errores de Fox en el área de las promesas incumplidas, muy a pesar de que ese reclamo está a flor de labio en los encuestados. La marcha de la economía es un factor discordante, quizá el fundamental, interpuesto entre las habilidades empresariales, entrevistas por el electorado que respaldó a Fox y a su gabinetazo, respecto de los resultados que cada quien resiente en su bolsillo y oportunidades de desarrollo.

Las expectativas despertadas de adentrarse en una época inaugural, pero abierta, tranquila y que diera cabida a todos, todavía esperan para ser rescatadas y que sean una realidad asequible. Aunque la desilusión colectiva al respecto llama con insistencia cotidiana a la puerta de un conjunto de hombres y mujeres que han abusado de presentarse como los iniciadores del cambio, sus técnicos, guardianes y celosos promotores. Pero de ahí, a decir que se les acabó el tiempo, que se pasó la oportunidad de llevar a cabo la transición o de consolidar el cambio de régimen, se atraviesa por un gran trecho.

Hay administraciones cuyos mejores, estelares momentos, toman meses y hasta varios años en llegar. O cuando, en fin, el electorado les renueva su confianza o se cuenta con un entorno más o menos favorable que haga factible cumplir lo ofrecido y rellenar las ambiciones colectivas.

Los avances en las investigaciones sobre los fondos públicos de Pemex, presuntamente desviados mediante el STPRM hacia el PRI, ha dado indudables dividendos en la lucha por apropiarse de la verdad pública. Faltan muchas incógnitas jurídicas, de organización técnica y voluntad política para despejar el panorama y se ha empleado la filtración en demasía. Mas sus consecuencias ya son notables aunque dañinas para prestigios personales o de grupo, que quizá no son parte interesada, al menos de manera directa. Pero de que el caso ha ensanchado ciertos márgenes de maniobra para la administración, no cabe la menor duda.

Los recientes retazos informativos se han deslizado sin pudor ni mesura en los días postreros. Tanto las asociaciones formadas por algunos conspicuos priístas durante la campaña de Francisco Labastida Ochoa, como la revelación de nombres concretos (del senador Bartlett y la diputada Paredes), como recipendiarios del dinero manoseado de la paraestatal, son los más destacados.

Curiosamente, son estos últimos personajes clave para la negociación en curso entre el Ejecutivo y el Congreso en lo tocante a las reformas, eléctrica y energética en preciso para la aceptación de los Convenios de Servicios Múltiples con los que se planea impulsar la explotación del gas no asociado que tanto necesita asegurar la hambrienta economía americana.

Ya se verá si la palanca, así diseñada para empujar la negociación, cumple el cometido esperado.

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