Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 11 de junio de 2002
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Política

Prevalecen en el tricolor viejos vicios políticos, autoritarismo y cacicazgos

El PRI, ante el dilema de cambiar su imagen o sufrir otra derrota en el estado de México

SILVIA CHAVEZ, ISRAEL DAVILA, JAVIER SALINAS, RENE RAMON ALVARADO Y RENATO DAVALOS /II CORRESPONSALES Y REPORTERO

Entrampado por viejos vicios políticos, autoritarismo y cacicazgos, el priísmo mexiquense no ha logrado recuperar credibilidad entre la población, pero se ve forzado a cambiar de imagen en busca de recuperar lo perdido o ver amenazada su existencia. La estrategia electoral para 2003, cuando se efectuarán los comicios locales en el estado de México, se basa en la capitalización de los errores panistas y de los escándalos en los que se han visto involucrados y la corrupción en que han incurrido alcaldes y funcionarios públicos de Acción Nacional. El objetivo del PRI: pasar de 70 a 100 alcaldías, incluida la recuperación de algunas del corredor azul, en el próspero poniente estatal.

Pero los tricolores, encabezados por el gobernador Arturo Montiel -uno de los "precandidatos naturales" a la Presidencia, si el proceso de marzo sale bien- no han podido erradicar las prácticas que en buena medida explicaron su derrota en 2000: autoritarismo, corrupción y caciquismo.

En palabras de Edel Cadena, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, la falta de credibilidad de los partidos políticos y los malos gobiernos municipales serán responsables de que en 2003 se imponga el abstencionismo, que podría llegar a 60 o 65 por ciento.

El PRI, explica el académico, se esfuerza por cambiar de imagen para recuperar credibilidad y ha recurrido a la triste campaña de "aquí sí hay huevos", sin grandes ideas, para tratar de identificarse con la gente. Pese a ello, Cadena prevé que el PRI recuperará espacios "no tanto por lo que haya hecho para conseguirlos, sino por los yerros panistas".

El rancio estilo priísta

En los municipios del oriente y en los territorios primordialmente rurales que comprenden las 70 alcaldías priístas, se repiten los añejos vicios que han dañado la imagen del PRI. En Chimalhuacán, en Chalco, en San Felipe del Progreso, por ejemplo, aparece siempre la mítica estirpe de Isidro Fabela y de Carlos Hank: el Grupo Atlacomulco.

En Chimalhuacán todavía no se olvidan los diez muertos en aquel enfrentamiento de agosto de 2000 provocado por Guadalupe Buendía La Loba, quien purga una condena de 50 años.

El alcalde, Jesús Tolentino Román Bojórquez, quien asumió el poder en medio de la violencia, ha sido demandado por amenazas contra la población que se le opone. Antorcha Campesina recluta poco a poco voluntades con el método de la intimidación, en el más rancio estilo priísta.

Tolentino, afirma uno de los líderes políticos en la zona, se ha dedicado a favorecer a simpatizantes de su agrupación de choque con regularizaciones de tierras e introducción de servicios públicos en las colonias antorchistas.

En Atlacomulco no se ha roto con la tradición vertical, hija del cacicazgo. Durante el pasado proceso de selección de candidatos, en este municipio se vivió una fuerte lucha entre el grupo de Marisol Arias, alcaldesa saliente, y Noé Becerril Colín, entonces diputado.

El gobernador Montiel impuso a un tercero en discordia: el actual presidente municipal, Juan Antonio Guzmán Sánchez, de gris administración. Hoy, a diferencia de otras épocas, Acción Nacional avanza y el PRI ha encendido los focos rojos.

En El Oro, San Felipe del Progreso y Temascalcingo los funcionarios ha hecho suya la costumbre panista de otorgarse salarios exorbitantes, mientras la obra pública es escasa o de plano nula.

En San Antonio la Isla, el edil Rafaelarturo_montiel_3uu Cano González está acusado por sus propios correligionarios de utilizar el erario para beneficio personal.

Sus compañeros de partido argumentan que compró un rancho de 6.5 millones de pesos con recursos públicos, además de de que sus dos hijos estudian en el extranjero con cargo a las partidas municipales.

En Chalco, el alcalde, Eulalio Esparza Nieto, -prófugo de la justicia-, continuó con la tradición que explicó en buena medida la derrota del 2000: extorsionó a quienes acudieron a pedirle ayuda. A una inmobiliaria extranjera le pidió 4 millones de pesos a cambio de autorizar un estudio de factibilidad para construir un desarrollo habitacional.

En San Felipe del Progreso el alcalde percibía mensualmente 187 mil pesos, "pero lo obligamos a reducirse el salario y regresar al erario la diferencia", dice Isidro Pastor. En Chalco "nosotros fuimos los que pedimos que se denunciarán las arbitrariedades, y en San Antonio La Isla no sólo denunciamos, sino pedimos que se aplicará una auditoría", añade.

El brazo ejecutor

El instrumento de la estrategia electoral priísta para 2003 es Pastor Medrano, un cuadro que también ha elevado la voz contra Roberto Madrazo, líder nacional del tricolor, en el contexto de la contienda entre Montiel y el tabasqueño como aspirantes a convertirse en candidatos a la Presidencia de la República en 2006.

Montiel no necesita alfiles, argumenta Pastor ante la pregunta de si es un instrumento del mandatario estatal. Se habla mucho de él y eso es lo que "ha provocado celos". Es un precandidato natural a la Presidencia, afirma. Pastor sostiene que Montiel está catalogado así no sólo por los mexiquenses, sino por priístas de "al menos diez estados".

Gente de distintos sectores, añade, ha reconocido lo que el gobernador ha hecho por el priísmo, además de que ncabeza el estado más poblado y electoralmente más importante del país y, por otra parte, mantiene una relación con ex presidentes y un vínculo de respeto con Vicente Fox.

"Lo que haga bien Roberto Madrazo lo voy a reconocer, pero si no es así lo voy a criticar", señala.

-ƑEn qué punto se encuentra la rivalidad entre Madrazo y Montiel?

-Les preocupa a ellos. El discurso de Montiel ha sido conciliador. El PRI tiene que recuperar la credibilidad. Los comicios que se avecinan serán muy difíciles, a pesar de la imagen deteriorada del PAN. Debe haber una acción conjunta entre el gobierno estatal, los diputados, los ayuntamientos, los seccionales... Si falla uno no hay armonía en el resto. Si hacemos a un lado a caciques, grupos de poder, chantajes políticos y presiones económicas, se habrá un dado paso fundamental.

"Pero a Pastor -asevera- no lo van a poder disociar de Montiel. Somos paisanos, de Atlacomulco, somos amigos y soy colaborador suyo desde hace diez años. Estoy en el partido con su confianza; que la gente vea que en este esfuerzo está la voluntad del gobernador Montiel."

La tarea de Pastor comenzó en septiembre de 2000, cuando en el Congreso local tuvo a su cargo la negociación y acuerdos con el PRD y el PVEM para la nueva configuración de la Legislatura. También capitalizó la escisión de 13 de los 29 legisladores panistas que se declararon independientes. Convenció a cinco de ellos para que tomaran un curso de marketing político en Estados Unidos, solventado con recursos del Congreso local.

Esto derivó en la expulsión de los panistas en rebeldía, lo que a su vez propició la renuncia de otros siete a la fracción legislativa del blanquiazul. Estos hechos hicierobn que el PAN, de ser la primera fuerza legislativa, se convirtiera en la tercera, detrás de PRI y PRD.

Pastor también influyó en el debilitamiento del PRD -de por sí dividido- en el Congreso local. Ocho de los 16 diputados perredistas se manifestaban de acuerdo en establecer una alianza con el PRI, mientras la otra mitad estaba en contra. Sólo seis meses le bastaron a Pastor para tener completamente dominado el Congreso local.

Esas negociaciones permitieron desempolvar varios expedientes como los de los ex alcaldes Julián Angulo, de Cuautiltlán, y Alejandro Gamiño, de Coacalco. En cambio se congelaron auditorías contra municipios priístas y perredistas, como el caso de Valentín González Bautista, ex presidente municipal de Neza.

Otro logro de Pastor fue la reforma de la ley electoral. El objetivo: adelantar los comicios locales para evitar que se efectuaran en la misma fecha que los federales y desvincularlos así del efecto Fox en 2000. Además se impulsaron cambios legislativos que permitieron las candidaturas comunes y las alianzas, vitales para el PRI en muchos municipios. Tendrá que haberlas en Naucalpan, Tultitlán, Atizapán, Cuautitlán, Tlalnepantla, Coacalco, Neza y Texcoco, estos dos últimos en manos del PRD, señala Pastor.

Paralelamente, desde la procuraduría estatal se dio vía libre para que prosperaran las múltiples denuncias contra ediles y ex ediles panistas. La ofensiva en el territorio mexiquense incluyó el rescate de ex candidatos priístas perdedores en las elecciones de 2000, quienes fueron nombrados subsecretarios de Gobierno y han dividido el trabajo prelectoral en 12 regiones del estado.

Estas acciones se combinan con movilizaciones y manifestaciones en municipios panistas. Asimismo se ha abierto la selección de candidatos para que "todos los militantes, simpatizantes y ciudadanos se puedan registrar". Los interesados tomarán un curso de cuatro meses para después "someterse a encuestas de opinión".

La disputa por la candidatura

La derrota de Beatriz Paredes en las elecciones priístas por la presidencia del partido provocó que el gobernador Montiel se apresurara a impulsar la figura de Pastor como líder político en el estado. La idea fue también que fuera una voz de contrapeso a Madrazo. Así, Pastor "pintó su raya" por la "tibieza de Madrazo hacia Fox". Se convirtió en ácido crítico del madracismo y se declaró en "sana rebeldía".

Después del consejo político nacional Pastor fue incluido en la comisión del proceso interno nacional y logró que los estados ejercieran sus derechos en la selección de candidatos, dejando a la comisión nacional el papel de órgano de "coadyuvancia". Muchos interpretaron que su insubordinación se atemperó con el nombramiento, aunque Pastor rechaza esto.

El priísmo mexiquense sabe que de la elección de marzo dependerá que prospere la precandidatura presidencial de Montiel en 2006. "Debemos ganar las elecciones de 2003 en la entidad, porque de lo contrario las circunstancias se pondrían difíciles para alcanzar lo que sigue. Y no es que estemos empecinados en un proyecto a la Presidencia, sino que lo uno trae a lo otro", plantea Pastor.

La expectativa generada por la alternancia y los conflictos y escándalos panistas han producido un gran desencanto entre la población hacia los partidos, señala por su lado el catedrático mexiquense Edel Cadena. El priísmo afrontará los comicios de 2003 con la expectativa de recuperar algunas alcaldías, aunque sin haber recuperado credibilidad ante la ciudadanía, concluye.

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