La Jornada Semanal,  26 de mayo del 2002                         núm. 377
Miguel León-Portilla

Recordando a Ángel María Garibay K. (1892-1967)

Mucho debo, y muchas veces lo he reconocido, a Ángel María Garibay que fue mi maestro en la Universidad Nacional. Su obra fue inspiración en mi trabajo y su sabia dirección me guió en la preparación de la tesis para la obtención del doctorado.

Quiero evocar aquí su memoria. Hace cerca de cincuenta años le di a leer la obra de teatro que titulé La huida de Quetzalcóatl. Percibió él en ella la angustia existencial, que compartió conmigo, de transitar en la fugacidad del tiempo. Después de leer ese texto, y teniendo poco de conocernos, aceptó escribir el prólogo que hasta ahora se ha publicado junto con la obra de teatro que también había permanecido inédita.

En un intento por describir la persona del padre y doctor Garibay diré que fue hombre con fama de duro y adusto pero que en realidad tenía las puertas del corazón abiertas de par en par. Fue trabajador incansable y, por ello, no dispuesto a perder el tiempo con quienes iban a importunarlo. Si descubría interés genuino y capacidad en aquellos que acudían a pedirle ayuda, la proporcionaba sin reservas.

Fue él un sabio. Se acercó a las culturas clásicas: latina, griega y hebraica. También al pensamiento y literatura de España e Iberoamérica, Francia, Italia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. Todo cuanto hurgó a lo largo de su vida, no lo atesoró para su solo disfrute. Asimilándolo, lo convirtió en inspiración y acicate. En su copiosa obra escrita, que incluye sus traducciones de los grandes dramaturgos griegos, así como del texto hebreo del libro del Eclesiastés y, por supuesto, de muchos poemas y otras composiciones en náhuatl, y en sus lecciones y conferencias, hizo aportación valiosa para bien de la cultura patria. Su Historia de la literatura náhuatl abrió el camino para incontables investigaciones. Mucho es lo que los mexicanos le debemos. El recuerdo de su persona y obra son ya parte integrante y muy apreciada de nuestro patrimonio cultural. 


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