Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 25 de mayo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Cultura
¿Quién ha visto a mi pequeño niño? se presenta en el Helénico

Montaje sobre el nexo padres-hijos

CARLOS PAUL

Para que los niños conozcan y se diviertan con lo que sus papás piensan de ellos y al mismo tiempo se estimule a los padres a tener otro tipo de relación con sus hijos, Luis Martín Solís pone en escena ¿Quién ha visto a mi pequeño niño?, de la dramaturga holandesa Suzanne van Lohuizen. Una ''comedia de humor negro" que aborda la conflictiva relación padres-hijos, de una ''manera poco convencional".

En los años 80, expresa Solís, el teatro para niños tuvo en el norte de Europa lo que se llamó la ruptura temática, etapa en la que las puestas en escena -sin un objetivo pedagógico-, se abrieron a temas tabúes como sexualidad, alcoholismo o relaciones con los padres, además de incorporar una estructura escénica poco usual.

Esa ruptura ''la vivimos en México en los años 90". Sin embargo, señala Solís que ''todavía la manera de resolver esos textos en escena se realiza de forma tradicional, lineal".

En obras europeas, explica, ''encontramos textos fragmentados, lenguajes simultáneos; una teatralidad más cercana al lenguaje de adultos, mientras que en el teatro mexicano para niños no hay esas estructuras. Y aun cuando ya se tocan otros temas, se ponen en escena desde un esquema convencional".

¿Quién ha visto a mi pequeño niño? comprende ''24 microescenas que no cuentan una historia lineal, nada que ver con los cuentos de hadas, sino que tienen un desarrollo temático de diferentes asuntos sobre las relaciones padres-hijos".

Recurrir al humor negro

Con las actuaciones de Carlos Cobos y Arturo Reyes, la obra, dice Solís, ''es un homenaje a Esperando a Godot; es una especie de Beckett para niños con tintes de Ionesco, donde los papeles masculino y femenino se representan por dos hombres. Su estructura es contemporánea y minimalista ".

Lo atractivo, añade, ''es esa manera diferente de la propuesta escénica, que como dice Fernando de Ita, si los niños no tienen un pensamiento lineal, por qué se les ofrecen obras lineales. Por lo que creo que la estructura de este montaje está más cerca del pensamiento simultáneo y fragmentado de los niños".

En este ''divertimento se habla, entre otros temas, de lo que los padres piensan de los hijos y de lo que nunca expresan. De cómo la llegada de un hijo desestabiliza la vida de una pareja y cómo ese pequeño representa la invasión de un espacio vital. De cómo se termina siendo esclavo de los caprichos, exigencias y necesidades de ese tercer personaje, sin menospreciar que tener un hijo es un hecho maravilloso.

''Los niños de nuevo a 13 años se divierten con lo que los padres piensan de ellos y éstos pueden expresar lo que muchas veces no se atreven a decir de manera pública respecto de los hijos; de una persona que olvidan va a ser independiente, pues muchos padres se clavan en lo que les gustaría que fueran sus hijos y se les olvida que por más esfuerzos que hagan siempre habrá en sus descendientes un carácter y una circunstancia social que influyen en sus decisiones para hacer lo que se les antoje."

Esta obra de ''humor negro, traducida por Maja Schnellmann, es un teatro para niños de siete años en adelante, para padres y sobre todo para los que algún día quisieran serlo".

(Quién ha visto a mi pequeño niño? se escenifica a las 13 horas, sábados y domingos, en el Teatro Hélenico, en avenida Revolución 1500, San Angel.)

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año