jueves 16 de mayo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n "¡Actúen, cabrones!", les gritaba a sus allegados para que bloquearan la votación
Villa Escalera impide por quinta ocasión el recuento sindical en Industrias Victoria

Ignacio Juárez Galindo n

Apoyado por un grupo de choque del Barzón Poblano y unos cuantos trabajadores incondicionales, el ex dirigente nacional de la Coparmex, Ricardo Villa Escalera, logró suspender por quinta ocasión el recuento sindical para determinar la titularidad del contrato colectivo de trabajo en Industrias Victoria de Tlaxcalancingo, empresa de su propiedad. Durante el suceso, el ex militante panista, encolerizado y fuera de sí, agredió verbal y físicamente a algunos de sus allegados e incitó en varias ocasiones a los obreros para que hubiera enfrentamientos entre los grupos en conflicto.
"¡Actúen, cabrones!", "¡Ya estuvo suave de tantas chingaderas!", gritaba furioso el también ex candidato del PRD a la gubernatura de Puebla al tiempo que empujaba con fuerza a varios de los obreros de su confianza para que impidieran la votación. A unos metros, unos ocho policías municipales de San Andrés Cholula, que acudieron a la fábrica para salvaguardar la integridad de los trabajadores, miraban atónitos.
El político poblano -señalado como presunto vínculo para la transferencia de recursos económicos a los contras de Nicaragua- advirtió que los trabajadores independientes no podrán regresar a trabajar a la compañía, debido a que un sector importante de obreros no lo iba a permitir. "Resultaría como el dicho: dormir con alacranes en la misma cama está difícil", justificó.
Por su parte, dirigentes del Sindicato Independiente de Obreros Textiles 7 de Mayo dieron a conocer que durante el recuento sólo pudieron votar 10 trabajadores, pero las autoridades laborales deberán valorar la situación, y en su caso determinar lo procedente. Sin embargo, indicaron que quedó plenamente demostrado que cuentan con el apoyo de la mayoría, y para enfrentarlos fue necesario que Villa Escalera recurriera a grupos de golpeadores.
De paso, exigieron al IMSS, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y al Infonavit que tomen cartas en el asunto e investiguen las anomalías cometidas por el empresario textilero: incumplimiento de pago de prestaciones laborales; en las últimas cuatro semanas les han pagado sólo el 60 por ciento de sus salarios; no cuentan con aguinaldo, incrementos salariales o vales de despensa, y trabajan en condiciones que califican de "infrahumanas".
"Villa Escalera ha sometido a los trabajadores a un nuevo tipo de esclavitud, al pagarles sólo una parte proporcional de sus salarios y no otorgarles prestaciones. Ya hemos pedido la intervención de las autoridades, pero no ven ni oyen los problemas que aquí tienen lugar. La pregunta es de qué privilegios goza o qué influencias tiene (el empresario) para que no procedan contra él; ¿cuáles son los compromisos que tiene con los funcionarios?", preguntó Abelardo Cuéllar Delgado, apoderado legal del sindicato independiente.

El conflicto

Conforme con lo establecido por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, ayer a las 11 horas afuera de Industrias Victoria se presentaron dos actuarios para llevar a cabo el recuento sindical que definiría si la agrupación 7 de mayo detentaba la titularidad del CCT, ya que actualmente no existe sindicato en la empresa. En lo que respecta a la FROC-CROC, algunos disidentes dijeron que había sido contratada por Villa Escalera para romper el movimiento opositor; los mismos obreros se opusieron a su presencia, y la central ya no continuó insistiendo.
Los funcionarios fueron recibidos por unos 100 trabajadores independientes, quienes arribaron horas antes, así como por un grupo de personas encabezado por Javier Herrera, Ruth Castro Corona y Esperanza Sánchez Pérez, dirigentes del Barzón Poblano, quienes ex profeso colocaron mantas en la entrada de la fábrica con leyendas como "Suntuap/ No más cierres de empresas" o "Barzón apoyando a la empresa nacional".
Empero, Rogelio Carvajal Lozano, dirigente estatal del Barzón Poblano, dio a conocer que Herrera, Castro Corona y Sánchez Pérez sí pertenecen a su organización, pero no tienen ninguna facultad para encabezar ningún tipo de movilización. De hecho, dijo en una entrevista telefónica estar sorprendido por esta situación, pero aclaró que entre las políticas de la agrupación están no involucrarse en conflictos entre trabajadores.
A decir de Andrés Potrero Xolaltengo, secretario general del sindicato 7 de Mayo, los problemas comenzaron desde hace unos días, ya que Ricardo Villa Escalera se dedicó a amenazar de muerte a los trabajadores de los diferentes turnos para que votaran en contra de la organización independiente. A otros más, dijo, les hizo una comida y les pagó 300 pesos por su voto, y si no aceptaban su proposición los despedía.
Ayer, minutos antes de que llegaran los actuarios de la JFCA, explicó, Villa Escalera, apoyado por los integrantes del Barzón Poblano y algunos trabajadores, trató de impedir la salida del personal del primer turno para que participara en la votación, pero los obreros independientes decidieron apagar las máquinas y salir por la fuerza de la compañía.
La reacción de los trabajadores, dijo, provocó tal desconcierto que el empresario decidió salir de sus oficinas y enfrentar a los disidentes. De inmediato se formaron dos grupos: el indepediente, a favor del recuento, y otro encabezado por el ex panista, que se oponía a la votación.
-¿Así querías ser presidente municipal y gobernador? -le gritó un obrero a Villa Escalera, y éste contestó: "Y lo voy a ser".
Después de varios minutos de discusión y reclamos entre los independientes y el grupo de Ricardo Villa, los actuarios decidieron hacer el recuento bajo la condición de que al primer indicio de violencia se suspendería. Tal decisión provocó la furia del dueño de Industrias Victoria, quien comenzó a gritar que no era posible continuar con la situación y darle juego a un grupo de trabajadores que no tenía la razón.
Mientras los servidores públicos preparaban la documentación, Villa Escalera se dirigió hacia la entrada principal de la compañía y de repente estalló su ira. Comenzó a empujar, zarandear y golpear al grupo de trabajadores que lo apoyaban, y les exigió hacer algo para impedir la votación. Gritaba furioso mientras caminaba de un lado para otro, lanzando manotazos y empujando a la gente.
Enrojecido por el coraje y la impotencia, llegó un momento en que se detuvo y empujó por la espalda a una de sus empleadas de confianza, quien no supo qué hacer. ¡"Actúa, actúa!", no dejaba de repetir, pero al ver que no conseguía nada, decidió meterse a la fábrica. "¡Que nos cargue la chingada, entonces!", espetó.
La actitud asumida por Villa Escalera dejó estupefactos a varios de sus seguidores, quienes reaccionaron minutos después y comenzaron a gritar, débilmente: "No queremos recuento". Los elementos de la Policía Municipal de San Andrés Cholula intervinieron únicamente hasta que apareció su comandante.
A pesar del incidente, los actuarios pidieron que se formara una fila de trabajadores para que comenzara la votación. A un costado, los integrantes del Barzón Poblano intentaban hacer todo lo posible para suspender el recuento, pero eran contenidos por varios gendarmes. Incluso, Ruth Castro intentó liarse a golpes con una obrera que le reclamó que por qué intervenía si ni siquiera era trabajadora. En ese mismo instante apareció Roberto Díaz Molina, abogado de Industrias Victoria, quien sin decir nada se introdujo en la fábrica.
Al filo de las 12:15 horas, cuando el décimo votante terminó de sufragar, Javier Herrera -quien minutos antes se había reunido con Díaz Molina en el interior de la fábrica- comenzó a azuzar a la gente para que rompiera la barrera formada por los policías y suspendieran el recuento. Enojados, barzonistas y obreros allegados a Villa encararon a los votantes, comenzaron a empujarlos y a provocarlos para que ocurriera un enfrentamiento, pero sólo consiguieron generar algunos conatos de golpes.
Esa situación fue suficiente para que los actuarios decidieran suspender el recuento y recogieron toda la documentación. Aunque hubo un intento por reiniciar el proceso, no tuvo ningún éxito. Los independientes fueron replegándose hacia el otro extremo de la fábrica y en sus caras se denotaba enojo y preocupación.
Al percatarse de que lograron su cometido, los barzonistas comenzaron a aplaudir y se congregaron a la entrada de la fábrica. A los pocos minutos reapareció Villa Escalera, acompañado por Díaz Molina, quien celebró la suspensión del conteo. Inclusive comenzó a festejar cada vez que alguno de los trabajadores le platicaba lo que había hecho para impedir el recuento.
Conforme los minutos pasaron, Villa Escalera comenzó a bromear con los líderes del Barzón, y permitió que algunos de los inconformes pudieran entrar a la empresa, escoltados por los policías, a recoger sus pertenencias. Hubo un momento, en que el perredista vio a varios fotógrafos y sólo alcanzó a exclamar: "La prensa se ha de haber dado un banquete".
Posteriormente, Ricardo Villa invitó a los reporteros a hacer un recorrido por la fábrica y trató de explicar su versión. Negó que los trabajadores no reciban prestaciones salariales o se incumpla en el pago de sus sueldos, dijo que su fábrica se encuentra inmersa en una crisis debido a las condiciones económicas del país y reconoció que hubo un intento de la FROCCROC por representar al sindicato de la compañía. En cuanto a los líderes del 7 de Mayo, los calificó de "obcecados y tontos".