jueves 2 de mayo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Editorial

Un 1 de mayo diferente

A pesar de las diferencias en intereses y filiaciones partidistas, la movilización obrera de este 1 de mayo -que en Puebla generó tres desfiles simultáneos- tuvo dos aspectos que la agruparon. En primer lugar el rechazo unánime e intenso que hubo de los obreros a las reformas que se avizoran al artículo 123 de la Constitución y diversas leyes reglamentarias con las que se pretende beneficiar a los patrones, especialmente a los extranjeros, afectando derechos que los trabajadores fueron conquistando a lo largo de un siglo.
Hasta ahora el gobierno federal ha intentado disimular la intención real de los cambios propuestos a la Ley Federal del Trabajo (LFT), pero los organismos empresariales han manifestado con toda nitidez cuáles son los objetivos, como es flexibilizar los procedimientos para despedir a los obreros de sus fuentes de empleo o aumentar la jornada laboral.
Un segundo aspecto que vale la pena resaltar es que la inconformidad no se redujo a lo que expresaron las dirigencias de las organizaciones sindicales, muchas de ellas corruptas o heredadas entre familiares, sino se percibió que las protestas salieron de los mismos trabajadores.
Esto que ha ocurrido en la marcha de este 1 de mayo debe ser una advertencia para el gobierno federal, los organismos empresariales y sobre todo las compañías transnacionales, de que se está perdiendo, para fortuna del país, la docilidad que en el pasado había de parte de la clase trabajadora para soportar embates contra sus derechos y niveles de vida.