Apenas 15 minutos
antes de las 9:00 de la mañana, los contingentes de los
diferentes gremios ya estaban preparados para iniciar su
marcha. Las pancartas multicolores con las consignas
todavía permanecían abajo, entre las piernas de la
clase trabajadora
A la voz de "ya llegó Melquiades", la
pasividad con la que esperaron por casi 30 minutos se
transformó. Así, comenzaron los reclamos, las
peticiones y las silbatinas. "¡Ni PRI, ni PAN,
todos son igual!", "¡Ya llega más temprano
Melquiades!" y "¡Melquiades, o cumples o te
sales!", fueron las consignas más socorridas entre
los presentes, aunque con más fuerza pronunciadas por
los empleados de la armadora alemana Volkswagen.
Después, Leticia Jasso, secretaria general de la
sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), tomó la palabra. "Para nadie es
secreto...", intentó elaborar su frase ante la
interrupción, a gritos, de sus compañeros del Sindicato
Estatal de Trabajadores de la Educación en Puebla
(SETEP), quienes no dejaron de pedir su salida de la
ceremonia conmemorativa: "¡Fuera!, ¡fuera!,
¡fuera!"
Consignas contra todos
Ya durante el desfile, las consignas
fueron diversas. Los trabajadores del Sindicato
Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz,
Similares y Conexos de la Volkswagen (SITIAVW) exigieron
al gobierno de Vicente Fox Quesada condiciones
económicas propicias para beneficiar la estabilidad
económica de los poblanos; reprobaron sus propuestas de
reforma laboral, y también, a decir de ellos,
"¡PRI y PAN son lo mismo; ya no se chinguen más mi
salario ni mis ahorros de las afores!"
Un hombre vestido con playera blanca, pantalón azul y
zapatos negros, tapado del rostro con una máscara de
Vicente Fox, a su paso se burlaba de los participantes,
simulaba que cometía robos a los bolsillos de éstos y
agitaba las manos en señal de triunfo. La respuesta no
tardó: "¡Fox ratero!, ¡Fox mentiroso!,
¡transa!"
Mientras, los empleados del Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS) exigieron al panista Francisco Fraile
"que saque las manos de la vida interna de nuestro
sindicato, ya basta de intromisiones".
Y los miembros del magisterio poblano se olvidaron por un
rato de la vida nacional y enfocaron sus quejas en contra
del gobierno del Melquiades Morales. "¡Melquiades,
o cumples o te sales!; ¡Huerta Carrera no te vendas al
gobernador!; ¡Melquiades queremos mayor presupuesto para
la educación!", pregonaban al caminar.
Y lo mismo fue para Carlos Alberto Julián y Nacer, a
quien le reprocharon la suspensión de pagos del Programa
de Carrera Magisterial; sin embargo, algunas pancartas
prometían perdón a cambio de la homologación de
salarios, del pago de 90 días de aguinaldo en una sola
emisión y de la liberación de plazas en escuelas de
comunidades como Huaquechula, Cuyoaco y algunas
localidades de San Pedro Cholula.
Más adelante, un contingente de la sección 23 del SNTE
y trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e
Historia se manifestaron en contra de la construcción
del estacionamiento subterráneo en el zócalo de la
Angelópolis. "¡No a la privatización del
patrimonio cultural!", rezaba una manta con frases
en contra Luis Paredes.
Entre empujones y manotazos
A la mitad del desfile, cuando todavía
marchaban los maestros de la sección 23 del SNTE, un
grupo de docentes de la sección 51 decidió irrumpir en
el trayecto para no esperar su turno, planeado con
anticipación, para cerrar la ceremonia del Día del
Trabajo.
De inmediato, los mentores comenzaron a empujarse y a
jalonearse por mantenerse en el recorrido. Uno de los
maestros de ceremonias instó a Leticia Jasso que pusiera
orden, pero la líder ya no estaba en el lugar. Los
gritos entre ambas agrupaciones se incrementaron hasta
que, para desahogar la "circulación", la
sección 23 optó por bajar por los carriles de lado
izquierdo; la sección 51 se mantuvo de lado derecho.
El segundo conato de violencia también lo protagonizaron
los maestros del SNTE. Al encontrarse de nuevo sobre la
avenida Juárez y el Paseo Bravo, regresaron los
empujones por ingresar primero a la avenida Reforma. El
saldo: manotazos, gritos con palabras altisonantes,
mismas que en cinco minutos terminaron al otorgar el paso
a la sección 23.
Casi al final, los afiliados al Sindicato Unitario de
Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla
(SUNTUAP), quienes marchaban con los independientes,
decidieron salir de la fila para esperar al contingente
proveniente del Mercado Hidalgo. Durante su espera, se
encontraron en el camino con los miembros del Sindicato
Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma
de Puebla (SITUAP) y con los de la Asociación de
Personal Académico de la máxima casa de estudios
(ASPAUAP).
Los primeros llamaron "¡charros!, ¡apatronados! y
¡vendidos!" a quienes ostentan la titularidad del
contrato colectivo. Enojados, los de SITUAP y ASPAUAP
reaccionaron con consignas de "¡rateros!,
¡corruptos!, ¡alcohólicos!", lo que motivó que
se calentaran los ánimos, y de no ser por un grupo de
docentes que se interpuso entre ambos gremios, poco
faltó para que dejaran la guerra verbal por los golpes.
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