Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 2 de mayo de 2002
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Política

PRIMERO DE MAYO

Juntos por primera vez, la UNT y el FSM exigen la renuncia de Carlos Abascal

Sindicalistas independientes rechazan la contrarreforma laboral foxista

La defensa de la jornada de 8 horas y el derecho de huelga unificó a los manifestantes

FABIOLA MARTINEZ Y JOSE ANTONIO ROMAN

Miles de trabajadores marcharon ayer al Zócalo capitalino para manifestar su repudio a la "contrarreforma" laboral que promueve el gobierno foxista, consigna única que marcó la advertencia: "Los cambios al artículo 123 constitucional, no pasarán."

La conmemoración del Día Internacional del Trabajo que encabezaron sindicatos independientes se convirtió, por primera vez en cinco años, en un mitin conjunto que rebasó las expectativas de los propios organizadores y sorteó las antiguas diferencias de sus dirigentes.

La Plaza de la Constitución fue ocupada por contingentes de sindicatos afiliados a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y al Frente Sindical Mexicano (FSM), así como diversos grupos de obreros del campo y de la ciudad.

La defensa de la Ley Federal del Trabajo (LFT) y el cumplimiento de ésta, en especial de la jornada laboral de ocho horas y el derecho de huelga, unificó a todos los manifestantes, que se unieron en una sola voz para exigir la renuncia del secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza, porque "la relación está muy deteriorada; está muy lastimada la confianza hacia el gobierno", manifestó Francisco Hernández Juárez, dirigente colegiado de la UNT.

Desde la tribuna principal del acto y en voz de los dirigentes sindicales, los trabajadores definieron al gobierno del presidente Vicente Fox: "Es una suma de individuos, sin cohesión interna y sin programa político; menos aún, sin visión política del proceso de transición (...) el país camina hacia un desarreglo institucional que producirá enfrentamiento entre los sectores de la sociedad civil, el Ejecutivo y el Congreso".

Jesús Torres Nuñó, dirigente de la llantera Euzkadi -cerrada "ilegalmente" desde hace cuatro meses y medio-, llamó a las organizaciones sindicales a no desperdiciar el acto unitario y convocar a la creación de "una nueva central sindical, unitaria, democrática y de lucha".

Primer acuerdo en cinco años

Desde la creación de la UNT, en 1997, las organizaciones que se desprendieron del Congreso del Trabajo no habían logrado ningún acuerdo que permitiera una marcha conjunta y que dejara atrás críticas y acusaciones mutuas de "charrismo y neocharrismo".

Ayer, cinco años después de aquellas diferencias, los sindicatos independientes comenzaron la conmemoración del primero de mayo en las inmediaciones del Eje Central Lázaro Cárdenas. De ahí, por las calles 16 de septiembre, Francisco I. Madero y 5 de mayo, electricistas, telefonistas, tranviarios, pilotos, sobrecargos, empleados del Seguro Social, de la UNAM, trabajadores de Volkswagen, Dina, del Frente Auténtico del Trabajo, de la industria nuclear y burócratas disidentes de la Federaciónn de Sinsdicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, entre otros, arribaron al Zócalo.

En la Plaza de la Constitución se unieron a la manifestación trabajadores de la Cooperativa Pascual -fundadores de la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo y sobrevivientes del casi extinto modelo cooperativista-, y antes marcharon miembros del Congreso Agrario Permanente, El Barzón, campesinos de San Salvador Atenco, indígenas de Oaxaca y muchos más.

Las columnas de trabajadores parecían interminables. La descubierta empezó el recorrido a las 10 de la mañana y dos horas después aún marchaban hacia el Zócalo miles de obreros con pancartas en las que reiteraban su repudio a la "contrarreforma laboral de la Secretaría del Trabajo" y exigían respeto a las conquistas laborales.

El ritmo de la caminata lo marcó música de banda; tambores que alternaban con elzocalo_protesta_m01jd mariachi que animó el acto con el que se recuerda a los mártires de Chicago, Cananea y Río Blanco. La jornada fue inusualmente pacífica. Ayer no hubo grafiteros, policías ni provocadores; sólo unos cuantos chavos punk y el alboroto que causaron dos personas desnudas que, a decir de los fotógrafos, "son el ajonjolí de todas las marchas". Al paso de los manifestantes, los comercios del Centro Histórico permanecieron abiertos, como en un día normal.

Los trabajadores de la UNT y del FSM acudieron gustosos, más allá de la sanción que establecen sus estatutos en caso de negarse a participar en la celebración (hasta ocho días sin salario, como en el caso de los telefonistas). Sin embargo, muchos apenas saludaban a sus líderes rompían filas y daban por concluida su asistencia. La estrategia funcionó; de otra forma, probablemente el Zócalo hubiese sido insuficiente para darles cabida.

Casi al final del contingente de la UNT y minutos antes de la participación de los oradores, arribó al Zócalo una aeronave de Aviaksa, simil de cartón que emulaba un gigantesco tiburón de cuya mandíbula y aletas colgaban varios muñecos vestidos de pilotos con la soga al cuello. Este gremio asegura que ha sido afectado por expresar su voluntad de cambiar de sindicato, "lastre de la política laboral de este sexenio".

A las 12:30 horas, el dirigente de los obreros de Euzkadi, Torres Nuñó, pidió la renuncia de Carlos Abascal, porque es "derechista y reaccionario", y manifestó que el gobierno es parcial y sólo se ha dedicado a golpear a los trabajadores.

Por la UNT, el dirigente del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, Agustín Rodríguez, dijo que los obreros no serán "simples observadores" de los cambios a la legislación laboral e insistió en promover la "alianza social para la transición democrática" con el propósito de hacer efectiva la transición hacia un nuevo régimen. "El nuevo gobierno se ha definido como gerencial y pro empresarial, incapaz de transformar democráticamente las formas discrecionales, autoritarias y corporativas del viejo régimen".

Rosendo Flores, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, promotor del FSM, defendió la jornada laboral: "Ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas para lo que se nos pegue la gana. Contra eso se lanzan los neoliberales modernos... Jornal por hora, jornada interminable. Discurso necio, pobreza obrera real".

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