Carreteras destruidas y minadas impiden el flujo de la ayuda humanitaria

Podría llegar a 3 mil la cifra de muertos en Afganistán; nuevo sismo de 5.8 grados

Está fuera del alcance del gobierno enfrentar esta tragedia, admite ministro del Interior

AFP, DPA Y REUTERS

Kabul, 27 de marzo. Un nuevo sismo de 5.8 grados en la escala de Richter sacudió este miércoles el norte de Afganistán, por lo que el número de muertos podría haber aumentado de 2 mil a cerca de 3 mil personas, según cifras oficiales, en momentos en que la ayuda internacional llegaba con dificultades por carreteras destruidas y bajo el riesgo de minas sembradas.

El presidente interino afgano, Hamid Karzai, decretó hoy un día de luto nacional ante los sacudimientos telúricos ocurridos consecutivamente lunes, martes y miércoles, aunados a algunas réplicas. Ante esta situación, el régimen afgano volvió a urgir a la comunidad internacional a brindarle ayuda al declararse incapacitada para afrontar el cuadro de catástrofe que vive el país.

El sismo de este día tuvo la misma fuerza de destrucción que el del lunes y su epicentro también fue localizado en el mismo lugar, cerca de la ciudad de Nahrin, en la norteña provincia de Banghlan, la más golpeada, de acuerdo con el instituto sismológico de Estrasburgo.

"El pueblo de Afganistán ha sufrido mucho y ésta es otra tragedia", señaló Karzai en el contexto de una visita a Nahrin, cuya ciudad vieja quedó prácticamente devastada y donde murieron al menos 700 personas. Karzai pidió a los habitantes que digan qué es lo que necesitan con mayor urgencia y prometió ayudarles.

Para el ministerio afgano de Defensa, "las víctimas han aumentado drásticamente después de nuevas réplicas esta mañana", pues además de Nahrin varias aldeas colindantes fueron arrasadas. Por ejemplo, dijo, hay nuevas víctimas en Burkah, que está unos 20 kilómetros más al norte de Nahrin y adonde no ha llegado ninguna ayuda sustancial.

Sin embargo, el balance sobre las víctimas seguía siendo incierto, pues mientras el gobierno afgano hablaba de unos 3 mil muertos, 4 mil heridos y 20 mil damnificados, la ONU, que inicialmente estimó casi mil muertos, bajó la cifra y la situó "entre 800 y mil".

El régimen interino de Afganistán, país devastado por 23 años de guerras y los más recientes bombardeos de la aviación estadunidense, se reunió esta mañana con representantes de Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales de ayuda y pacificadores internacionales para coordinar una respuesta.

"Enfrentar esta tragedia está fuera del alcance del gobierno interino. Hemos pedido a todas las agencias internacionales y países extranjeros nos ayuden en esta situación de emergencia", indicó el ministro del Interior, Yunus Qanudi.

A pesar de que las dependencias de la ONU no parecen haberse demorado en el envío de miles frazadas y carpas, alimentos y ropa hacia el área de desastre, los esfuerzos se han restrasado ante un deficiente sistema de carreteras y las difíciles condiciones en las zonas montañosas, sumado a las miles de minas sembradas en la región.

Mientras el presidente estadunidense George W. Bush enviaba un mensaje de condolencias al régimen afgano aliado por las consecuencias de los sismos, las fuerzas armadas estadunidenses destinaban equipos para evaluar y coordinar la ayuda.

También participan en los envíos de asistencia humanitaria el Comité Internacional de la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, la UNICEF, la fuerza multinacional de paz, entre otros organismos no gubernamentales.

Medios de prensa internacional que lograron llegar a la zona de los sismos, reportaron haber visto un cuadro "desolador" ante decenas de personas que han estado cavando y enterrando a sus muertos.