Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 20 de marzo de 2002
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Espectáculos

Hoy presenta su reciente producción discográfica, El baile alemán, en la Cumbre Tajín

Hay que incorporar, no copiar, lo que viene de afuera: El Señor Coconut

Promueve sets clásicos de ritmos latinos con marimba, percusiones, sintetizadores y samplers

JUAN JOSE OLIVARES

El Señor Coconut y su conjunto se presentarán hoy por la noche en la Cumbre Tajín, el viernes 22 en el Jardín Hidalgo de Coyoacán y el domingo 24, en el Zócalo de la ciudad de México (17 horas), donde promoverán su disco El baile alemán, con sets clásicos de música latina, jazz, con marimbas, vibráfonos, vientos percusiones, bajos, sintetizadores y samplers: todo un combo integrado por seis daneses, un cantante venezolano y uno germano.

ƑQuién es El Señor Coconut? Es Uve Schmidt, el germano radicado en Chile; también es Atom Heart, Lassigue Bendthaus, Mono TM, Coeur Atomique, Lisa Carbon Trio, The Beatniks, Urban Primitivism... por mencionar sólo algunos de los seudónimos que ha usado para realizar infinidad de proyectos musicales y discos, "imágenes" como él las llama.

Uve es más bien un experimentador sonoro amante de la música latina, que ha combinado la música electrónica (término que dice "entró al mainstream, es obsoleto y ya no existe") de Krafwerk con piezas cha cha chá, merengue, cumbia, son y guaguancó, a lo que llama "confusión cultural".

Schmidt prefiere no etiquetar los géneros musicales porque considera que "eso es parte de la comercialización y esas etiquetas son artificiales". Dice que en Latinoamérica los jóvenes que hacen música electrónica viven en el conflicto de no querer ser latinoamericanos, "quieren ser gringos o europeos", y eso se refleja en las copias de los patrones "de afuera".

En entrevista con La Jornada, el "mitad alemán y mitad chileno ("vivo entre las dos culturas"; su esposa e hija son chilenas) dice que el futuro de la música aún está abierto e inconcluso: "Es un lenguaje universal y hay muy pocas géneros que no tienen nada en común con otros. Al final hay conexión entre todos porque funcionan con los mismos parámetros. Cuando hablo de música latina, por ejemplo, o europea uso clasificaciones para jugar, para confrontar y provocar una fusión, una coalición de estilos".

Insiste en criticar las clasificaciones porque esto fue una necesidad del mercado y la prensa: "Hay etiquetas que existen por tradiciones o porque han crecido en ciertas culturas, pero, por decir algo, la música latina lo es porque nació en Latinoamérica, nada más. Pero en el momento que empezó a existir un mercado, hubo la necesidad de crear nuevas categorías. Cuando haces música no piensas en eso que viene cuando uno tiene que comunicarse con la prensa o con el sello discográfico".

El hiperactivo Uve tiene gran cantidad de discos y proyectos. Ha trabajado con Depeche Mode, Air, Towa Tei, Moreno Veloso (hijo de Caetano) entre otros, pero siempre bajo el principio de libertad de creación.

-Has hecho música bajo distintos seudónimos. ƑPretendes ser un creador sin un concepto definido?

-Para mí estos proyectos, a los que llamo imágenes, deben tener la característica de ser personas inventadas, las cuales tienen que inventar música, las letras de las canciones, el diseño del disco... la estética entera; ese es el juego. El chiste es crear un producto que parezca que es diferente a la de otro proyecto.

"Me perturban las cosas rígidas"

-ƑTe consideras un investigador musical?

-Esta realidad tiene varias fuentes, hay algo en mí: me perturban las cosas rígidas, definidas, las convencionales, pero eso no viene de algo rebelde de mi parte. Todo el tiempo me pregunto por qué, cómo quiénes o cómo funciona tal o cual cosa, y eso me pasa en todos los aspectos de la vida, no sólo en la música. En los conflictos que tengo, las soluciones muchas veces devienen trabajo musical.

Lo primero latino que conoció Uve fue a Antonio Machín, en Costa Rica, donde vivió. "Antes no me llamaba la atención, pero al escuchar a viejos compositores de son, convivir con la gente y aprender español, entendí la cultura latina desde un nivel mucho más emocional."

Agrega: "Escucho mucha música, puede ser jazz, salsa, son, artistas que me gustan pero olvido sus nombres, mas no sus conceptos; los títulos de los discos y de las rolas se van. Además, encuentro un injusto nombrar a unos y a otros no. De México he escuchado un poco al colectivo Nortec".

Acepta que el grupo Kraftwerk (banda de culto alemana de electro relacionada con su disco El baile alemán) no fue una influencia para él, pero comenta: "Al cambiar de cultura me percaté de que la gente que hace la música electrónica acá no tenía mucha historia de la música electrónica europea. Mucha gente de Chile no conoce a Kraftwerk. Yo sólo quería saber qué pasaba si alguien adaptaba las piezas de Kraftwerk y creaba una banda artificial para lograr esa combinación; es como imaginarse qué hubiera pasado si alguien hubiera ido allá y hubiese mezclado a cualquier grupo de salsa o cumbia, pero en tecno".

-ƑCómo ves la globalización de la música electrónica?

-Uno no tiene que introducir estéticas simplemente por repetir otras. Si una sola persona inventa un estilo, es un producto único, imposible clasificarlo. Esto pasó con el tecno, con el drum and bass, que por la simple repetición llegó al mainstream de forma mecánica. En el momento que esto pasa termina el acto productivo del estilo. En el momento en el que una sociedad puede clasificar algo, muere la innovación de ese género.

-ƑQué más te atrapó de lo latino, aparte de la música?

-Cuando empiezas a hablar otro idioma, empieza la cosa. No sé si ahora pienso diferente, pero el idioma cambia la visión de las cosas, la perspectiva, la onda en general. Lo que es cierto es que las cosas son más sueltas que en Alemania; a veces es rico y complicado vivir en dos países.

Coconut recomendó a los jóvenes que escuchan música electrónica que den una vuelta para analizar la riqueza de su cultura. "En Chile a veces odian la música tradicional y admiran lo que viene de afuera como el tecno. Cuando se inició la onda electrónica, los diyéis comenzaron a hacer copias de la música tecno de Europa, algo ridículo, pero lentamente han entendido que no se trata de copiar. Hay que ubicarse y ver como puedes incorporar a tu cultura lo que viene de afuera, en vez de copiar. Eso es valido en término de entretenimiento, pero no en términos profundos de creación."

Recientemente Coconut trabajó con el grupo chileno Los Prisioneros, pero sólo realizó 50 por ciento de la tarea, la mitad de un disco, porque "cuando mezclo un disco no sólo soy técnico, me gusta entregar algo más que el sonido, ese fue el conflicto de esa producción, por eso no la terminé; ellos nada más querían mi punto de vista y eso no me gusta".

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