Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 20 de marzo de 2002
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Política

MONTERREY 2002

Aunque aún no está definido todo, se presentaría un borrador del documento

México y Estados Unidos reabrirían las negociaciones sobre un acuerdo migratorio

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 19 de marzo. Los presidentes de México y Estados Unidos intentarán sorprender esta semana en Monterrey con el anuncio de que resucitarán la abandonada negociación de un acuerdo bilateral migratorio integral.

Ambos gobiernos han preparado un borrador que menciona específicamente propuestas para un nuevo programa de trabajadores huéspedes, y esfuerzos hacia la regularización de los indocumentados en Estados Unidos, iniciativa que fue congelada tras los atentados del 11 de septiembre.

Pero las discusiones bilaterales han sido un estira y afloja, con un intenso debate en el gobierno de George W. Bush sobre qué tanto ofrecer a México en este rubro, y negociaciones acerca de lo mínimo que ambos gobiernos pueden hacer para reanimar en Monterrey las negociaciones de un nuevo y comprensivo acuerdo migratorio.

Las discusiones han ido adelante y atrás en torno a la posibilidad de una fecha límite, la cual era inicialmente enunciada sólo como "en el verano", para establecer el marco político de un nuevo acuerdo migratorio y los temas específicos para ejecutar este acuerdo, según fuentes cercanas a las discusiones.

El gobierno de Estados Unidos rechazó la semana pasada todas las propuestas para una fecha límite, pero esta semana hubo indicios de que la Casa Blanca aceptaría la fecha de "el verano."

"Pienso que una fecha límite podría ser útil en el contexto de los principios que el presidente articulará", explicó Christopher Cannon, representante republicano de Utah, quien ha sido uno de los asesores más importantes del presidente en el tema de migración. Entrevistado por La Jornfox_migrantes_al9ada, Cannon advirtió que esta semana fue muy dura para quienes quieren una nueva política migratoria. En algunos medios locales la aprobación en la Cámara baja de un cambio técnico en la ley sobre migración fue interpretado como una amnistía -término que en el ámbito político actual es casi inaceptable.

Con todo, y a pesar de que por ahora no hay fecha límite, el borrador del comunicado sobre migración para el encuentro presidencial en Monterrey representa un logro para el gobierno mexicano. Hace sólo dos semanas, funcionarios de la Casa Blanca informaron a sus contrapartes en México que sería imposible anunciar una reanudación de las discusiones hacia un acuerdo del tema migratorio.

La Casa Blanca argumentaba que la reunión en Monterrey entre ambos mandatarios sólo debería enfocarse en la llamada legislación 245(i), que permite a un grupo limitado de indocumentados, que cumplen con ciertos requisitos, obtener una calidad migratoria legal sin tener que abandonar este país. Bajo una intensa presión de la Casa Blanca, la Cámara baja del Congreso aprobó la extensión de esta medida esta semana.

Sin embargo, el gobierno de Fox respondió que esto, por sí solo, no sería aceptable. "Le dijeron a Estados Unidos que México no aceptaría el 245(i), aun como punto de partida", comentó una fuente diplomática a La Jornada. Los funcionarios mexicanos insistieron en el punto de que ambos presidentes deberían centrarse en la agenda de un acuerdo migratorio que habían establecido en septiembre pasado en la Casa Blanca, sólo días antes de los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono, hechos que descarrilaron ese acuerdo. Dentro del gobierno estadunidense, según algunas fuentes, esta posición fue apoyada firmemente por el Departamento de Estado.

Además otras fuentes oficiales indicaron que la oposición a promover esta agenda más amplia por funcionarios de mediano rango de la Casa Blanca fue superada por gente más cercana a Bush, que aún otorgan importancia al objetivo de una reforma de la política migratoria, sobre todo con México.

El borrador todavía en discusión incluye una reafirmación de la declaración conjunta sobre migración adoptada por ambos gobiernos en la Casa Blanca en septiembre de 2001, referencias específicas a las sugerencias del gobierno mexicano sobre un acuerdo de seguridad para la región de América del Norte, y a la importancia de implementar un acuerdo sobre "fronteras inteligentes"

La clave de este nuevo documento, indicaron fuentes en esta capital, es el enfoque sobre el desarrollo de un nuevo acuerdo migratorio bilateral. Al respecto, ambos gobiernos ordenarán a sus gabinetes desarrollar propuestas para programas de trabajadores huéspedes y abordar "la condición de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos". Fueron precisamente estos dos asuntos los que formaron la parte fundamental de las discusiones bilaterales que culminaron en las declaraciones de ambos presidentes en septiembre de 2001.

El borrador del documento que se prepara para Monterrey incluye el concepto de "responsabilidad compartida" de los dos países en torno a la migración, referencias a la dignidad de los inmigrantes y nuevas iniciativas de seguridad. Con ello ambos gobiernos podrán retomar la agenda que quedó suspendida después del 11 de septiembre (a la cual se le bautizó como "toda la enchilada" en torno al tema migratorio).

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