Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 16 de marzo de 2002
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Política

Miguel Concha

Reclamo de expatriados

La Convención Internación sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios, ratificada por México, establece que "los trabajadores migratorios y sus familiares tendrán derecho a participar en los asuntos públicos de su Estado de origen, y a votar y ser elegidos en las elecciones celebradas en ese Estado, de conformidad con su legislación" (artículo 41). La Constitución Política de nuestro país señala que son prerrogativas del ciudadano votar en las elecciones populares, poder ser votado para todos los cargos de elección popular y asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los asuntos políticos del país (artículo 38).

Sin embargo, hoy día viven y trabajan en Estados Unidos alrededor de 20 millones de mexicanos, que están impedidos de votar y ser votados. Desde el momento en que cruzaron la frontera se les impidió participar en la elección de presidente de la República, senadores, diputados, diputados de congresos locales y autoridades de los ayuntamientos.

Si descorremos el velo de la demagogia emigrantista -Programa Paisano, preocupación por las familias que han quedado en México, "apadrinazgo" de los capitalistas mexicanos radicados en Estados Unidos, etc.-, lo único que descubrimos es que la quinta parte de la ciudadanía mexicana ha sido despojada de su soberanía, sin más razón que el propósito del partido de Estado de perpetuarse en el poder, eludiendo con ello el riesgo de la participación de quienes no están atados por el clientelismo manejado desde las alturas. Casualmente la demanda de voto para los mexicanos en el extranjero, y su rechazo consecuente, tiene la misma edad que el PRI.

Durante décadas el régimen pudo sofocar la demanda de nuestros compatriotas expatriados, pero precisamente su política o su falta de política hacia la emigración fue una de las causas del golpe que las elecciones le propinaron el 2 de julio. Si hay más de 15 millones de mexicanos en Estados Unidos, Ƒcuántos millones de familiares abandonados no habrán vuelto la espalda al símbolo tricolor, arbitrariamente impreso en las boletas electorales, acatando el lema "vota por mí", promovido por nuestros compatriotas en el extranjero?

Precisamente en 1988, ante el fraude que impuso a Salinas de Gortari, los mexicanos expatriados cobraron conciencia de su existencia como expresión política, y elevaron su organización a partir de demandas sociales, con la presencia cada vez mayor de una determinación: no aceptar como legítimo un poder basado en el engaño y la exclusión, y en la continuación de la política de empobrecimiento general.

A finales de los años 90 el debate entre las organizaciones mexicanas en Estados Unidos tuvo como resultado la elaboración de un anteproyecto de reformas a los artículos 52 al 60 de la Constitución, al centro de las cuales se planteó el establecimiento de una nueva circunscripción electoral, en la que los mexicanos en el extranjero podrían ejercer sus derechos políticos y elegir diputados al Congreso de la Unión. Desde mayo de 1988 se discutió en las organizaciones mexicanas (clubes, federaciones, agrupaciones laborales, etc.) un proyecto que se fue mejorando hasta llegar a la elaboración de una iniciativa que se envió al Congreso de la Unión y a numerosos legisladores. La iniciativa, finalmente acogida y mejorada por el grupo parlamentario del PRD, fue expuesta por su vicecoordinador el 4 de octubre del año pasado. Durante el mes de noviembre se realizaron reuniones de información en las ciudades estadunidenses con mayor concentración de ciudadanos y agrupaciones sociales de mexicanos. En esas asambleas se resolvió constituir un movimiento de respaldo, que a partir del 18 de marzo de este año se hiciera presente en esta ciudad, para reclamar su aprobación. El movimiento fue llamado "Migrantour", a semejanza del ejercicio político que hiciera en febrero de 2001 el EZLN. Este movimiento responde a que por primera vez se reclama el ejercicio pleno de los derechos políticos de los mexicanos en el extranjero, superando la limitación de que "sólo podrán votar para Presidente" contenida en las iniciativas presentadas antes. En lugar de proponer un paquete de leyes secundarias, postula algunas modificaciones constitucionales y establece una sexta circunscripción "para que los ciudadanos mexicanos en el extranjero puedan elegir sus representantes al Congreso".

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