Las promesas incumplidas y el continuismo económico deben ser aprovechados, dice

El PRD, ante la oportunidad de convertirse en la fuerza política mayoritaria: Rosario Robles

CIRO PEREZ SILVA

En la Plaza de las Tres Culturas Rosario Robles, candidata a la dirección nacional del PRD, definió el perfil del partido político que aspira a presidir: en lo exterior, "rumbo claro y definiciones precisas"; en lo interior, "rendición de cuentas políticas y económicas", para que los recursos se destinen a trabajos partidarios y los cargos no se decidan en razón de la pertenencia a grupos.

A Tlatelolco llegaron simpatizantes de todas las delegaciones políticas, organizaciones sindicales y sociales. La ex jefa de Gobierno del Distrito Federal les dijo que hoy más que nunca el mensaje del perredismo debe ser de optimismo y esperanza, porque ante el "incumplimiento" presidencial de las promesas de campaña, el "continuismo" en las líneas económicas y sociales y la "incapacidad" del régimen foxista, para el PRD "se abre una invaluable oportunidad" de convertirse en la fuerza política mayoritaria.

Robles llegó a la Plaza de las Tres Culturas para encabezar el acto proselitista más grande de su campaña. A su paso miles corearon su nombre, le estrecharon la mano y le confirmaron el amplio triunfo que las encuestas ya le dan: 70 por ciento sobre la principal fórmula competidora.

Y esas mismas voces que la acompañaron hasta la primera fila del sillerío, donde se ubicó al lado de Amalia Solórzano; del candidato a la dirección del PRD en el Distrito Federal, Agustín Guerrero; del coordinador de los diputados, Martí Batres. Estaban también Saúl Escobar, Ramón Sosamontes, Jesús Martín del Campo, Carlos Imaz, Higinio Martínez, Pablo Gómez y Miroslava García, quienes la acompañaron también en un minuto de silencio por los asesinados en esa misma plaza durante la matanza de 1968.

Juntos subieron a la plataforma desde la que se eleva el muro que recuerda a los caídos el 2 de octubre. El primer nombre en la lista de 19 es el de Cuitláhuac Gallegos, y debajo de ellos las mismas preguntas y los hechos de entonces que recogió Rosario Castellanos: "Ƒquién?, Ƒquiénes? Nadie. Al día siguiente la plaza amaneció barrida; los periódicos dieron como noticia principal el estado del tiempo, y en la televisión, en el radio, en el cine, no hubo ningún cambio en el programa, ningún anuncio intercalado, ni un momento de silencio en el banquete".

La "izquierda joven"

Y ese momento y ese lugar fueron el hilo conductor del discurso: "aquí está nuestro origen, esta es la izquierda que reivindicamos. La izquierda que ha abierto las puertas. La izquierda joven que desde hace años, desde hace décadas, ha hecho posible que hoy en México tengamos cambios y alternancia, pero que recoge lo mejor, y es que queremos una patria para todos; no sólo queremos democracia electoral, queremos democracia social, queremos democracia participativa, porque ninguna democracia puede sostenerse sobre la pobreza y la marginación de millones de mexicanos", aseveró, mientras por los cuatro costados de la plaza se escuchó de nuevo "š2 de octubre no se olvida!"

Les dijo entonces que la diferencia para la izquierda mexicana respecto de aquel momento es que hoy es gobierno, para empezar, enfatizó, en la capital de la República, además de Zacatecas, Baja California Sur, Tlaxcala "y de manera simbólica, como en un especie de renacer, hoy gobierna Michoacán. Todo indica, compañeras y compañeros, que el escenario está puesto, que si actuamos con inteligencia, con talento, con audacia; si levantamos la mira, nuestro partido será mayoría, ese es el rumbo de la historia y ese es el tamaño de la responsabilidad que tenemos hoy los perredistas".

Advirtió que sería absurdo apostarle "al fracaso y al desencanto", a la "cerrazón y al sectarismo". Aseguró que los perredistas quieren avanzar por la ruta de la transición democrática, como partidarios del diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales y con todos los actores económicos del país. Pero advirtió que quieren un diálogo de cara a la nación, que ponga en el centro los grandes problemas nacionales.

Robles insistió en que su partido debe vivir una profunda transformación: "si queremos una sociedad democrática, el PRD debe ser democrático. Si queremos un estado de derecho, el PRD debe aplicar sin discrecionalidad alguna su propia normatividad. Vamos por la aplicación irrestricta de nuestra legalidad, no habrá concesiones, no habrá una visión discrecional, nuestros estatutos y nuestras normas estarán por encima de intereses personales y de grupo, porque eso es hoy lo que estamos reclamando en el PRD", sostuvo.

La primera "gran tarea" que ofreció iniciar es la de una jornada nacional por la construcción de los comités de base para que sea ahí, "y sólo ahí", donde se tomen las decisiones, luego de ofrecer "respeto irrestricto" a los derechos de todos los militantes.

Planteó que los dirigentes deben rendir cuentas políticas y económicas, por lo que adelantó que habrá una revisión exhaustiva de todos aquellos que hoy prestan su apoyo al PRD. "Vamos a respetar los derechos de nuestros trabajadores de base, pero les decimos desde ahora con mucha claridad: nadie que no esté ligado a un proyecto de trabajo seguirá en la nómina del PRD, nadie que no esté vinculado con las grandes tareas de nuestro partido estará respaldado con recursos que deben utilizarse para el trabajo político".

Ofreció que en el PRD habrá "equidad en la diversidad", pero también equidad en la contienda interna, para que los más capaces ocupen cargos de representación, "independientemente de que pertenezcan o no a un grupo o corriente al interior del PRD".

Robles definió también la posición del PRD frente a un gobierno que, dijo, "ha privilegiado, sobre los intereses de los campesinos, los de las grandes trasnacionales".

De la misma manera, añadió, el PRD se opondrá a la pretensión de aumentar las tarifas de la energía eléctrica. "No vamos a permitir ninguna reforma constitucional que ponga en entredicho la soberanía nacional, expresó.

Ratificó su compromiso con las mujeres "que queremos igualdad, que queremos derechos". Se sumó a las voces que con preocupación señalan que el proyecto gubernamental atenta contra el carácter gratuito y laico de la educación pública, que, dijo, es una de las principales banderas del PRD.

"Es así, compañeras y compañeros, que queremos decir y probablemente ahí esté uno de nuestros principales matices, es que nosotros no vemos al proyecto que hoy nos gobierna en el ámbito federal como nuestro proyecto. Ahí no es donde debemos depositar nuestra mirada y nuestra esperanza".

Robles culminó así uno de los actos más concurridos de su campaña. En medio de vítores se alejó de la Plaza de las Tres Culturas, la de los caídos del 2 de octubre de 1968, "la que mueve nuestros corazones, nuestras conciencias".