Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 3 de marzo de 2002
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Espectáculos
ANDANZAS

Emotivo homenaje

Colombia Moya

CON UNA GALA de ballet interpretada por la Compañía Nacional de Danza, el martes 26 de febrero se rindió un homenaje a Felipe Segura, personaje indispensable en la historia del ballet clásico en México. Su labor como bailarín data de los inicios de este género en el país, ya que actuó con la primera compañía mexicana que desarrolló la danza clásica, con las hermanas Campobello en los años 30 y 40, el Ballet de la Ciudad de México, así como con Antón Dolín y Alicia Markova cuando fueron invitados por dicha agrupación a presentar algunas temporadas en conjunto como estrellas de obras del repertorio internacional y tradicional del ballet, como Las sílfides. Felipe Segura es conocido y bien querido por casi todos los que hemos desfilado por las trincheras de la danza mexicana y los salones donde impartían sus invaluables conocimientos la maestra madame Dambré, Sergio Unger y Fedor Lensky, artífices de conocidos bailarines de ballet mexicanos, como Lupe Serrano, Lara Urdapilleta, César Bordes, Anita Cardús, Gloria Contreras y su hermana Margarita, Jorge Cano y tantos otros cuyos nombres por el momento se me escapan.

SUS VIVENCIAS Y participación con artístas y compañías extranjeras de prestigio lo prepararon como regisseur y repositor de los ballets clásicos del repertorio del ballet como El lago de los cisnes, Giselle, El cascanueces, Coppelia, etcétera, mismos que fueron la columna vertebral del Ballet Concierto de México, luego de haber participado en el ballet de Nelsy Dambré tiempo atrás. Su lucha por el Ballet Concierto de México fue memorable junto a todos los elementos que en ello participaron, en una época en que la danza moderna mexicana vivía sus años dorados, tiempos en que reverdecía notablemente el nacionalismo fomentado por la Revolución mexicana, iniciado por las Campobello, el muralismo y los artístas, pintores y escritores como José Clemente Orozco y Martín Luis Guzmán, retomado posteriormente por Waldeen, Ana Sokolow, Miguel Covarrubias y todos los bailarines y coreógrafos que en los años 40 y 50 florecieron en aquella famosa época de oro de la danza mexicana.

A LA UNION del Ballet Concierto de México con el Ballet de Cámara encabezado por Nellie Happey, la danza clásica retoma la delantera, se fortalece e institucionaliza al recibir de manos de Ana Mérida el presupuesto del disuelto Ballet Contemporáneo de Bellas Artes ya en los años 60, convirtiéndose en lo que hoy se conoce como la Compañía Nacional de Danza; Felipe Segura, indiscutiblemente, es piedra nodal de su historia.

SUS APORTACIONES A la danza clásica en México son definitivas e invaluables, y su nombre y presencia siempre han figurado en todos los eventos y proyectos donde había que estar en nombre de la danza y el ballet en este país; así, su rostro familiar y querido también estaba presente en películas mexicanas, espectáculos y programas de televisión donde del mismo modo, Tomás Seijas, Telésforo Acosta, Edmundo Mendoza, Fidel González, Francisco Araiza y hasta Leoncito Escobar, sin faltar el inolvidable Ricardo Luna, Cora Flores y Dévora Velázquez, entre muchos más, ahí estaban; cuántos recuerdos.

FINALMENTE FELIPE SEGURA, instalado en el Cenidi Danza desde su fundación hace un par de décadas, aportó importantes trabajos como investigador, ya que su memoria guarda casi toda la vida de la danza en México, pues conoce a todo el mundo y casi todos, aun los jóvenes, deben referirse a sus libros para conocer el pasado del ballet en México.

ASI PUES, LUEGO de presentar la CND, en el Teatro de la Danza, diversos fragmentos de ballets como el Pas Deux del Lago de los Cisnes y obras de Alberto León, Carlos López Magallón y Agripina Vagánova, interpretados por Laura Morelos, Raúl Fernández, Slauka Ladewig y otros bailarines y bailarinas, el querido maestro Felipe Segura recibió de manos de Jaime Vázquez, director de Asuntos Académicos del Conaculta, la merecida medalla al mérito por su labor de investigador, en presencia de sus compañeros emocionados, investigadores del Cenidi Danza, y un público que también sumamente emocionado aplaudía con entusiasmo las palabras del propio Felipe Segura y su gentil presencia en el escenario de tan memorable teatro. De pronto, de entre el público surgió emocionada la maestra de kínder del homenajeado que, entre lágrimas y felicitaciones, celebraba con toda la audiencia tan hermoso homenaje, que finalmente concluyó con un cordial convivio y cocteles en el lobby del teatro compuesto por el fabuloso mundo de la danza.

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