Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 3 de marzo de 2002
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Espectáculos
Celia Cruz, Oscar de León y El Gran Combo, entre otros, en Santo Domingo

Celebrarán esta noche los 45 años de vida artística de Johnny Ventura

Modernizó y popularizó el merengue en los años 60 y abrió puertas a otros artistas del género

El actual alcalde de la capital dominicana no descarta postularse a la presidencia de su país

ERNESTO MARQUEZ

La gran leyenda musical dominicana, Johnny Ventura, celebrará hoy por la noche, en el Estadio Olímpico de Santo Domingo, su 45 aniversario de vida artística con un espectáculo en el que participarán 16 destacadas figuras de la salsa, el merengue y la bachata.

El actual alcalde de la ciudad capital de República Dominicana, considerado además un revolucionario dentro del género merenguero, dejará por un momento sus acciones de gobierno para, en compañía de la guarachera de Cuba: Celia Cruz; el sonero venezolano Oscar de León; el Gran Combo, de Puerto Rico; el grupo Niche, de Colombia, y los dominicanos Milly Quezada, Kinito Méndez, Fernando Villalona, Los Toros Band, Los Hermanos Rosarios y Cuco Valoy, entre otros, celebrar junto con su gente lo que considera 45 años de un ejercicio placentero.

El merenguero, quien ha grabado cien discos de larga duración, destacó la calidad de la oferta musical del espectáculo y de los artistas que intervendrán en el mismo, y señaló que su mayor aspiración es que "todos pasemos una jornada de alegría, que la gente recuerde con entusiasmo esta gran noche".

ventura-2La era trujillista

A Ventura se le reconoce la audacia de haber roto con esquemas musicales estancos muy acordes con el ambiente político que vivía la sociedad dominicana en los inicios de la década de los 60 bajo el regimen autoritario del general Leonidas Trujillo.

Johnny modernizó y popularizó el merengue, lo hizo parecerse a la gente, le dio conciencia social y lo llevó de manera amplia y profunda a la cotidianidad. Es con él que el merengue empieza a caminar la ruta de la verdadera popularidad y de la comercialización.

El artista, quien el 16 de agosto de este año culmina sus funciones como alcalde, recuerda aquellos momentos: "Cuando yo inicié, el merengue, siendo una expresión del pueblo, estaba completamente comprometido con la tiranía. Ahí se generó mi preocupación: recuperar el discurso popular del género musical nuestro, narrar la vida de los barrios populares, del cibao... imponerle un nuevo orden, un nuevo formato y otra dinámica estructural".

La excitante presencia de Johnny, quien por ese entonces tenía un porte atlético y un aurea entre ingenua y sensual, ayudó mucho a que el merengue de la era trujillista, quedara congelado en el tiempo como estación referente a una época incierta.

El caballo, como le empezaron a llamar sus seguidores, encarnaba el perfil ético musical que atraía los más altos niveles de adhesión o simpatía populares nunca antes vistos en otros intérpretes del género. El vino a remplazar la cultura de las grandes orquestas, o big band, por otra más práctica y sabrosa: la cultura del "combo", que proponía el patrón rítmico que trazaba la frontera, histórica e inviolable, entre el merengue con tufillo a dictadura, y el merengue del futuro.

Entre experimentos e innovaciones

"Hay cosas de la casualidad y otras que fueron predeterminadas. Por ejemplo, cuando empecé a hacer merengue lo que se estilaba eran las grandes orquestas, mientras mayor cantidad de músicos, más nombradía lograban. Casi todas las orquestas tenían su sustento en un trabajo fijo que garantizaba los ingresos a cada uno de los músicos. Yo salí sin pensar en acercarme a los patrocinios gubernamentales o alquilarme a tarifa fija, lo que me forzó a hacer un grupo pequeño; así es como surge mi primera agrupación, el Combo Show", precisa el maestro.

La novedad para aquellos que le miraban con desdén llegó con los arreglos musicales para menos instrumentos y la participación de coristas, que al tiempo que le acompañaban realizaban cadenciosos movimientos, los cuales en principio fueron mal vistos por "poco viriles".

Johnny nos dice que en esa época encontraron no sólo eso sino muchos escollos, ya que hasta ese momento la música dominicana no resistía ningún cambio y mucho menos movimientos escénicos. Pero que todo cuanto hizo era lo que sentía y no se arrepiente de eso, porque finalmente el pueblo consumió sus producciones musicales y le han dado el puesto que tiene hoy.

Asegura que tales experimentos fueron la base de la conquista del mercado local e internacional. Nunca se detuvo en las innovaciones, ya que cuando salió con su grupo a Puerto Rico, Miami y otras plazas internacionales, pegaron porque se propuso agregar otros elementos que a su juicio contribuyeron a enriquecer y fortalecer el merengue.

"Nosotros empezamos a viajar por diferentes países, se nos promocionaba mucho en Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Perú, Estados Unidos, Africa, Europa... Algo que me da mucha satisfacción es que todas las plazas que abrimos junto al Combo Show están abiertas para los merengueros de hoy", resalta el cantante.

''Cerón, mi mentor y guía''

El intérprete de ¿Pitaste? y otros éxitos, señala que la colaboración y soporte que recibió del desaparecido maestro José Dolores Cerón, quien fue su guía y a quien le agradece eternamente lo que es hoy, fue importante en el desarrollo de su concepto merenguero y de su carrera.

"Cerón fue mi mentor y guía. Cuando llegué a la escuela de música de la otrora Voz Dominicana él era director de esa institución, y en adición a esas funciones era quien daba las clases de armonía musical. El descubrió en mí la disposición de asimilar las teorías musicales y me tomó mucho cariño, tanto que parecía su hijo. Tenerlo como maestro fue motivo de mucho orgullo y de satisfacciones", precisa.

El laureado cantante señala que la carrera artística es de ciclo corto y que si él ha podido arribar a cuatro décadas y media en la música es gracias a que siempre ha creído en la disciplina y en el respeto al público.

Presidente, ''me entusiasma la idea''

Ahora, comenta, aun cuando no esté en los escenarios de manera activa, no prevé su retiro total de la música.

"El político se seguirá debiendo a su pueblo, al igual que el artista. Mis obligaciones como alcalde me absorben demasiado, pero siempre busco un tiempo para hacer música. La música es mi pasión y sólo la dejaré cuando esté muerto o cuando mis facultades mentales ya no me permitan continuar."

Y siguiendo con el tema de la política, Ventura no elude hablar sobre su posible candidatura a la presidencia de su país. "Esto dependerá de los programas y objetivos de mi partido (PRD). A mi me entusiasma la idea", dice rubricando lo anterior con una sonrisa.

Pero si de entusiasmos hablamos, lo que le tiene más contento es el homenaje que ahora le hacen sus amigos y seguidores en el Olímpico, para lo cual ha preparado un espectáculo en el que compendia su trayectoria musical desde el legendario Combo Show hasta sus más recientes propuestas.

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