Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 3 de marzo de 2002
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La nación sudamericana, conejillo de Indias del sistema financiero internacional

Recomienda economista de EU que extranjeros asuman el control de "áreas críticas" en Argentina

"Alguien tiene que manejar el país con mano firme", afirma Rudiger Dornbusch, del MIT

STELLA CALLONI CORRESPONSAL/I

Buenos Aires, 2 de marzo. Si existía alguna duda sobre la afirmación sostenida de varios sectores en el sentido de que Argentina es el "conejillo de Indias" del sistema financiero internacional, hoy se dio a conocer que el pasado 28 de febrero el economista estadunidense Rudiger Dornbusch habló de la po-sibilidad de que un equipo extranjero asu-ma el control de las "áreas críticas" en este país en materia económica.

"Alguien tiene que manejar el país con mano firme", sostiene el profesor del estadunidense Masachusetts Institute of Technology (MIT) y hombre clave para los avorazados financistas del sistema.

Aunque estima que una "dictadura no sería creíble ni deseable", alude a la necesidad de mano firme, una "intromisión profunda" de equipos extranjeros, como condición para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) entregue dinero a Argentina.

Una virtual invasión en suma, lo que abona las tesis locales sobre una maniobra pulcramente preparada, prácticamente des-de que José Alfredo Martínez de Hoz, mi-nistro de la dictadura militar (1976-1983), habló de su gran giro para devastar el Estado mientras los militares mataban a diestra y siniestra para contener toda posible resistencia al modelo económico.

En 1982, casi al final de la dictadura, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, entonces funcionario del Banco Central, dio jaque mate al estatizar la deuda privada.

Y luego desde 1991 no dejó empresa pú-blica con cabeza, en un largo y accidentado periplo que tenía que terminar con su regreso increíble en 2001 de la mano de aquellos políticos que había descalificado y contra los que había conspirado profusamente.

Al final, y mientras entretenía con planes alocados a la desesperada población, entre marzo y diciembre de 2001 Cavallo dejó sa-lir del país unos 26 mil millones de dólares.

Los luchadores contra el modelo siempre dijeron que Cavallo volvió para concretar el viejo plan y quebrar al país, abriendo las puertas a lo que Dornbusch llama la intromisión "profunda" y necesaria.

La propuesta "Argentina: un plan de rescate que funcione", hecha por Dornbusch y Ricardo Caballero, es desmenuzada por Ju-lio Nudler y Maximiliano Montenegro en la edición de hoy del diario Página/12.

"La verdad es que Argentina está quebrada económica, política y socialmente", dicen los economistas del MIT, y para aclarar cuánto es así añaden que el caso de este país no se asemeja al de otros con problemas de liquidez, como México, Corea y Brasil, sino que la situación se asemeja más a la "Europa de los años 20", que, advierte Montenegro, culminó en el nazismo.

Dornbusch, asesor de los halcones financieros internacionales, no se va por las ra-mas: "Los argentinos deben entender que sin una asistencia masiva e intromisión ex-terna no pueden salir de este desastre".

La otra advertencia también es clara: "El resto del mundo debe proveer de apoyo fi-nanciero a Argentina, pero lo debe hacer condicionado a la aceptación por parte de Argentina de reformas radicales y de que manos extranjeras asuman el control y su-pervisión del gasto público, la impresión de dinero y la administración tributaria".

Si alguien no entendía por qué se mantuvo la convertibilidad que desde 1991 asfixió al país, o por qué el FMI consintió en la ma-yor corrupción de la historia nacional durante el gobierno de Carlos Menem, o las argucias de Cavallo o el papel cómplice de algunos medios de prensa que vendían espejitos mientras se transformaba a una sociedad avanzada en un arrabal de pobreza y retroceso cultural, ahora todo parece claro.

Sin industrias, ni fábricas, ni empresas no existen trabajadores organizados, y sin todo eso, agregado al desmantelamiento general de la clase media, que también retrocedió acorralada, parecía completarse el plan de la dictadura. Como lo señalaron sociólogos locales, el desempleo fue usado como un perverso disciplinador social y el corralito acorraló lo poco que quedaba en pie.

Nudler titula su columna en Página /12 "Invádeme ya, condenado Rudi", y señala que también es posible entender las campañas de todo tipo que se entrecruzan en torno al problema financiero argentino como una acción de guerra de baja intensidad detrás de la cual asoma su nariz el fascismo.

La invasión, o "intromisión profunda", son estrategias que nada tienen que envidiar al esquema del Plan Colombia en lo militar.

Nudler sostiene en parte de su columna: "A las incógnitas que esconde el futuro argentino se agrega ahora una nueva hipótesis de conflicto: el peligro de sufrir la invasión de una fuerza multinacional que se instale en el país para controlar con mano dura la emisión de dinero, el gasto público y la recaudación de impuestos. Los ocupantes lubricarían su ingreso por las fronteras ofreciendo a los intervenidos el esperado paquete de ayuda del FMI".

Agrega que dicha "fuerza multinacional" se encargaría de implantar aquí el capitalismo popular de mercado, con una masiva privatización de lo poquísimo que queda, es decir, puertos y aduanas, y llevaría a cabo la desregulación general fiscalizada por un agente extranjero, entre otras cosas.

"El FMI y otras instituciones financieras internacionales decidirían entonces cuáles bancos merecerán sobrevivir", añade.

Recientemente comentamos en este periódico lo que se rumora en sectores de derecha sobre "la oferta" que se le habría hecho al presidente Eduardo Duhalde de traer fondos de regreso al país que permitirían levantar el corralito, a cambio de que algunos grandes bancos se tragaran a los pequeños.

Y la propuesta de que agentes externos asuman el control de la economía argentina ocurre justo cuando el FMI ha logrado que se apruebe aquí un presupuesto 2002 altamente recesivo, destinado a inflamar la ya incontrolable conflictividad social.

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