Objetan ley que permite al primer ministro conservar
el cargo y poseer canales de tv
Decenas de miles marchan contra Berlusconi e impugnan
a la "derecha que divide" Italia
Entre 130 mil y 300 mil personas abarrotaron las calles
del centro de Roma
DPA Y AFP
Roma, 2 de marzo. Bajo el lema "Contra la derecha
que divide al país", más de 130 mil manifestantes tomaron
este sábado las calles de esta capital para impugnar el gobierno
del primer ministro Silvio Berlusconi.
La
movilización, convocada por la oposición de izquierda, fue
la mayor desde que el magnate de los medios de comunicación asumió
la jefatura de gobierno, en junio del año pasado.
El detonante de la protesta fue la polémica ley
de conflicto de intereses recientemente aprobada en el Parlamento italiano,
que permite a Berlusconi permanecer en su cargo y seguir siendo propietario
de los tres principales canales de televisión.
El líder de la coalición opositora El Olivo,
Francisco Rutelli, habló de una "ley de estafa". "La derecha divide
al país, la izquierda quiere unir", afirmó.
Por su parte, el jefe de los socialistas de izquierda,
Piero Fassino, afirmó que la "derecha piensa que puede hacer lo
que le plazca sólo porque fue votada. Ocho meses de Berlusconi han
mostrado qué proyecto de sociedad tiene la derecha: aquélla
en la que el más fuerte gana y el más débil sucumbe",
afirmó.
Las imágenes de televisión mostraban las
calles abarrotadas de gente y algunas fuentes incluso llegaron a calcular
300 mil participantes en la concentración, que podría ser
una de las más grandes de tiempos recientes. En todo caso, la agencia
Afp expresó que posiblemente se trataba de la mayor manifestación
enfrentada por el gobierno de Berlusconi.
Más de mil 300 autobuses y trenes especiales transportaron
a miles de inconformes de todo el país para participar en la marcha,
que fue transmitida en directo por la televisión pública
RAI.
Todos los partidos moderados de izquierda estuvieron representados
en la marcha, que los analistas describieron como una verdadera marea de
banderas rojas, azules y verdes de las distintas formaciones, mezcladas
con miles de globos soltados al final de la movilización.
Muchos de los manifestantes llevaban una nariz de Pinocho,
símbolo de la mentira, y guantes blancos "contra las manos sucias
del gobierno". Algunos llevaban pancartas con un dibujo de la caricatura
de Berlusconi en una pantalla de televisión con el lema: "Sí
a la flexibilidad, despidámosla".
Casi 3 mil policías fueron desplegados para garantizar
la seguridad a lo largo de los cuatro kilómetros del trayecto.
También hubo protestas contra los planes de flexibilización
laboral del gobierno de centro-derecha, que incluyen facilitar los despidos,
y acusaciones contra Berlusconi por su presunta presión sobre el
sistema judicial italiano.
Sobre estas demandas, el jefe del gobierno italiano declaró
estar dispuesto a revisar el proyecto de ley destinado a flexibilizar los
procedimientos de despido.
Berlusconi está involucrado en varios procesos
judiciales, en los que está acusado de sobornar a jueces, y de financiación
ilegal de campañas políticas.
El gobierno del primer ministro reaccionó duramente
a la manifestación. "Quienes han salido a la calle muestran una
preocupante voluntad de no respetar las reglas democráticas", denunció
Berlusconi desde Foggia, donde participaba en un encuentro con empresarios.
Asimismo, varios dirigentes de su partido, Forza Italia, intentaron minimizar
la importancia de la movilización de este sábado.
Los analistas señalan que, con esta marcha, quienes
encabezan la oposición italiana intentan recobrar su credibilidad
ante los electores y ganarse la confianza de los numerosos movimientos
de protesta sin líderes que han aparecido en toda Italia para defender
la independencia de la justicia con ocasión de la conmemoración
del décimo aniversario de la operación Mani Pulite
(manos limpias).
El mayor sindicato italiano, la CGIL, convocó a
una manifestación nacional en Roma para el 23 de marzo, cuyo objetivo
será reclamar la retirada del proyecto de ley sobre los despidos.