Protestan campesinos frente a la catedral de
Ecatepec; niega Onésimo Cepeda señalamientos
Acusan a la Iglesia de pedir a ejidatarios de Atenco
que acepten la expropiación de tierras
RENE RAMON CORRESPONSAL
Ecatepec,
Mex., 2 de marzo. Campesinos de San Salvador Atenco acusaron a la Iglesia
católica de promover entre los feligreses la aceptación de
la construcción del nuevo aeropuerto en sus parcelas. Este sábado
los ejidatarios realizaron una protesta frente a la catedral de Ecatepec,
donde entregaron un documento al obispo Onésimo Cepeda y a otros
jerarcas católicos, en el que les piden que "no se presten al juego
del gobierno federal".
Los inconformes con el decreto presidencial de expropiación,
provenientes de Acuexcomac, Nexquipayac, Francisco I. Madero, Magdalena
Panoaya y Tocuila, partieron del centro de Atenco rumbo a la diócesis
de Ecatepec. A su paso obstruyeron los carriles de la carretera federal
Texcoco-Lechería, en el sentido oriente-poniente, y de manera parcial
las principales vialidades del centro de este municipio.
"Tal parece que encontramos (en la Iglesia) la misma actitud
que hemos hallado en el gobierno federal: cerrazón y desprecio a
nuestra gente", expresó Ignacio del Valle Miranda, dirigente del
movimiento de resistencia, durante el primer intercambio de palabras con
los responsables del recinto eclesiástico, quienes cerraron todos
los accesos para impedir el paso de los manifestantes.
Felipe Alvarez Hernández, de Nexquipayac, uno de
los 24 campesinos a quienes se les permitió el acceso, fue claro
con el canciller secretario de la diócesis, Vicente Guada y Gorgón:
"Nos inquieta que en la Iglesia los padrecitos se están encargando
de promover entre los feligreses resignación y que aceptemos la
construcción, en nuestras tierras, del nuevo aeropuerto".
Aseguró que en cada una de las parroquias de los
pueblos pertenecientes a San Salvador Atenco esa situación se repite.
Los curas le dicen a la gente que no les queda de otra más que aceptar
la decisión del gobierno, pues al fin y al cabo habrá empleo
para todos. Y esto, dijo con firmeza, "es pura demagogia".
La reunión se celebró en una pequeña
sala del secretariado. Ahí resaltan los detalles de muros, pisos
y ventanales. Además, aparecen fotografías del obispo Onésimo
Cepeda con el papa Juan Pablo II y con el presidente Vicente Fox. También,
con el ex mandatario Ernesto Zedillo Ponce de León, quien inauguró
al final de su gestión la nueva catedral de Ecatepec.
Justo debajo de un cuadro con el rostro de la virgen María,
el canciller secretario y el vicario Blas Heriberto Flores niegan cualquier
acusación. "Vayan con el obispo de Texcoco, Carlos Aguiar Retes,
pues a esa jurisdicción corresponden, y manifiesten su denuncia",
expresan.
"Lo único que podemos hacer por ustedes ?continuó?
es demostrarles, con planos en la mano, que en la visita de Juan Pablo
II, programada para los últimos días de julio próximo,
sólo se ocuparán 900 hectáreas; de éstas, 300
son de la inmobiliaria ARA. Tenemos documentos firmados por las autoridades
que demuestran que la jurisdicción pertenece a Ecatepec. Tras el
evento católico, el terreno quedará como se encuentra hasta
ahora."
El religioso aprovechó para invitar a los campesinos
"a la misa de canonización del beato Juan Diego, porque todos somos
hijos de Dios y ustedes están muy cerca de la zona del caracol".
Durante la discusión, Ignacio del Valle leyó
una carta firmada por el Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra,
dirigida al obispo Onésimo Cepeda, al cardenal Norberto Rivera y
con copia para el obispo de Texcoco, a quienes les piden que "no utilicen
la fe para avalar acciones que provoquen el descontento. Sabemos de antemano
que los gobiernos federal y estatal siempre estarán buscando las
formas para conseguir sus objetivos, a costa de la inconformidad del pueblo
que dicen representar".
A las 15 horas los campesinos abandonaron la catedral
de Ecatepec. Pese al cierre de puertas, se pudieron celebrar dos bodas.
En el exterior unos 50 elementos de la policía municipal, con equipo
antimotines, se mantuvieron sólo a la expectativa. Aunque la Iglesia
negó las acusaciones, los campesinos salieron contentos, pues consideraron
que era importante hacer una visita al obispo.