Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 28 de febrero de 2002
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Sociedad y Justicia

México, en posibilidad de obtener las pruebas

Familiar de los Arellano daría muestras de sangre a la DEA

En 10 días el gobierno mexicano revelaría resultados en torno a la muerte del presunto líder del cártel de Tijuana

GUSTAVO CASTILLO GARCIA, DAVID SOSA, IRENE SANCHEZ Y JORGE A. CORNEJOXXX

Un familiar de los líderes del cártel de Tijuana está dispuesto a entregar a la DEA muestras sanguíneas que sirvan para compararlas con las del material genético obtenido del cadáver de Jorge Pérez López -que presuntamente es Ramón Arellano Félix, y quien habría fallecido durante un enfrentamiento con policías ministeriales del estado de Sinaloa, en Mazatlán, el pasado 10 de febrero.

Fuentes oficiales revelaron que la DEA ha tenido problemas para determinar de forma plena que el cadáver de Jorge Pérez López es en realidad el de uno de los líderes del cártel de Tijuana, debido a que para que sea ciento por ciento segura la comparación se requiere que la muestra haya sido tomada de un padre, hermano, o hijo del sujeto al que se pretende identificar.

Los entrevistados indicaron que, pese a ese ofrecimiento, las únicas autoridades que tendrían la posibilidad de establecer de manera definitiva si las muestras obtenidas en el cadáver de Pérez López concuerdan a las de Ramón Arellano, son las mexicanas, dado que están en posibilidad de obtener dosis de sangre de un familiar directo.

Se trata de Francisco, uno de los 12 hermanos que componen la familia de los líderes del cártel de Tijuana, y quien fue detenido en 1985. Actualmente está preso en el penal de máxima seguridad de La Palma.

La Procuraduría General de la República (PGR) ha mantenido total hermetismo en las investigaciones del caso, sin embargo, trascendió que podría ser hasta dentro de 10 días cuando el gobierno mexicano pudiera dar a conocer el resultado de sus indagatorias.

Fuentes de esa dependencia federal mencionaron que en el expediente enviado por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sinaloa (PGJS), los tres detenidos luego del enfrentamiento en el cual supuestamente murió Ramón Arellano, declararon que a Jorge Pérez López sólo lo conocían con el nombre de Javier.

Asimismo, que el grupo de sicarios que presuntamente viajaron para "realizar un trabajo fuerte", recibían 5 mil pesos diarios para su manutención en Mazatlán, pero que al final de su labor, recibirían "una buena suma".

En dicho expediente se menciona que los cinco miembros de esa célula de sicarios, entre los cuales estaban dos agentes de la Policía Federal de Caminos que estaban comisionados en Sinaloa, se comunicaban con Javier o Jorge Pérez López, presuntamente Ramón Arellano, a través de claves en los teléfonos celulares que les fueron entregados.

Los sicarios, que fueron llegando a Mazatlán de manera separada días antes de la balacera, dijeron a las autoridades sinaloenses que ellos sabían que el objetivo sería una persona de nombre Epitacio Osuna, quien había engañado a Javier al no pagarle un cargamento de mariguana.

Sin embargo, Epitacio Luna fue un personaje importante de la época La Reforma, es decir, de los tiempos de Valentín Gómez Farías y Benito Juárez, es decir, ni ellos conocían el verdadero nombre de la persona a la que darían muerte.

En Sinaloa, en los dos primeros meses de este años se han registrado 16 asesinatos, el doble de los ocurridos en 2001, y según informó el procurador de la entidad, Oscar Fidel González Mendívil, 80 por ciento de ellas tienen relación con el narcotráfico.

El funcionario estatal mencionó en conferencia de prensa que el alto índice de crímenes que se cometieron en la entidad el año pasado -552-, tiene en su mayoría, como origen, enfrentamientos entre diferentes grupos de criminales.

Además, indicó que detrás de este tipo de homicidios existe un grupo dedicado a cometerlos, ya que en las investigaciones que se han realizado por parte de la Unidad Especializada en Homicidios Dolosos, siempre aparece la constante de que hay un grupo que apoya estos ilícitos, desde tiradores hasta conductores que les facilitan los trabajos.

Por otra parte, en Tijuana, se informó ayer que Roberto Vilchis Baeza, uno de los sicarios que participaron en la balacera del 10 de febrero en Mazatlán, fue rechazado para ingresar a la policía estatal de Baja California, por tener antecedentes penales.

Mientras tanto, en Cancún, Quintana Roo, agentes de la DEA y de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada arribaron a este destino turístico en busca de localizar a Clemente Soto Peña, supuesto integrante del cártel de Tijuana, y quien fue detenido accidentalmente el 31 de enero por agentes de tránsito, pero presuntamente dejado en libertad por el delegado de la PGR en esa localidad, Ricardo Romo Orozco, quien estaría bajo investigación.

Según información obtenida por la corresponsalía, los 13 agentes de la DEA que llegaron a Cancún la semana pasada en un avión de la Armada de Estados Unidos, estarían distribuidos en toda la ciudad, al igual que los policías federales mexicanos.

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