Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 28 de febrero de 2002
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Por ahora no se trata de un desembarco masivo de tropas, dice Washington

Considera Rusia "una afrenta" el posible envío de unidades de elite de EU a Georgia

La presencia de esos soldados sólo va a complicar la situación en la zona, afirma Moscú

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 27 de febrero. Como "una afrenta" tomó el Kremlin la posibilidad de que Estados Unidos envíe unidades de elite a la ex república soviética de Georgia, como parte de un acuerdo que se estaría negociando a espaldas de Rusia y que va más allá de la proclamada intención de "combatir el terrorismo".

En su desesperada búsqueda de nuevos aliados, el gobierno de Eduard Shevardnadze, con severas dificultades para enderezar el rumbo de Georgia, país ahogado económicamente, parece dispuesto a abrir las puertas del Cáucaso a la presencia militar de Estados Unidos.

"Cuando esta guerra comenzó dije al pueblo estadunidense que habría varios frentes en la guerra contra el terrorismo, algunos muy visibles, (y) otros que no veríamos demasiado", declaró hoy en Charlotte, Carolina del Norte, el presidente George W. Bush.

El titular de la Casa Blanca reveló uno de esos frentes medio ocultos, al afirmar que su administración ayuda a erradicar "la influencia de Al Qaeda", la red de Osama Bin Laden, en Georgia con "equipamiento y consejos técnicos".

Por ahora, según señaló este miércoles en Washington el jefe adjunto del estado ma-yor estadunidense, general Peter Pace, no se trata de un desembarco masivo de tropas ni de su participación directa en combates en el desfiladero de Pankisi.

En esta región del noroeste de Georgia, colindante con Rusia, se concentran los destacamentos de rebeldes chechenos que el gobierno de Shevardnadze pretendió usar kabul_clown_7hgcomo punta de lanza para contener a sus propios separatistas, los abjasios.

Ahora Estados Unidos y Georgia, sin pruebas contundentes, coinciden en sospechar que habría miembros de Al Qaeda o seguidores de Bin Laden mezclados con los cerca de 7 mil refugiados que huyeron de la guerra de Chechenia a Pankisi.

El Departamento de Estado estadunidense reconoció hoy que no puede confirmar formalmente la presencia de integrantes de Al Qaeda en Georgia.

No obstante, Estados Unidos, que a co-mienzos de año entregó a Georgia un primer paquete de ayuda financiera por 150 millones de dólares, asume el compromiso de proporcionar helicópteros de combate y de instruir en lucha antiterrorista a varios batallones georgianos.

Los asesores, no menos de 200, llegarán a Georgia en los próximos días, se anunció hoy en Tbilisi.

Para Rusia, que todavía no sabe cómo contrarrestar la red de bases estadunidenses en Asia central, la aparición de militares extranjeros en el Cáucaso, aunque por el momento sólo sean un par de cientos de asesores, marcaría el comienzo de la pérdida de influencia en otra zona considerada prioritaria para sus intereses de seguridad.

Además, esta vez tendría un doble agravante: sucedería en su frontera misma y en un país, como Georgia, clave en las rutas alternativas de transporte del petróleo y gas natural de la región.

Un tercer elemento, más de forma, molesta al gobierno ruso. El pretexto lo ofreció el propio Moscú al insistir en que el territorio georgiano se convirtió en refugio de rebeldes chechenos, entrenados por miembros de Al Qaeda.

Aparte del efecto propagandístico para reivindicar su campaña militar en Chechenia, al vincular a los separatistas con Bin Laden, Rusia buscaba involucrar en una operación militar conjunta al ejército georgiano y asegurar, de ese modo, la exclusión de tropas foráneas en la región. Pero la excluida fue Rusia.

Esto explica la dura reacción del Kremlin. El canciller, Igor Ivanov, afirmó que el envío de militares estadunidenses a Georgia "sólo va a complicar la situación en la región, que ya de por sí es muy grave".

Ivanov lamentó que el gobierno georgiano haya hecho oídos sordos al reiterado ofrecimiento de "emprender acciones conjuntas para acabar con la amenaza terrorista".

Hay elementos para suponer que, en este caso, Rusia no se va a limitar a la condena verbal y, por lo pronto, redoblará su apoyo a Abjasia y Osetia del Sur, regiones que desean separarse de Georgia.

Los dirigentes de estas dos regiones consideran que Shevardnadze se propone utilizar la ayuda militar de Estados Unidos, sobre todo la formación de batallones de elite, para acrecentar la represión interna.

Por lo mismo, pidieron hoy a Rusia que sopese la posibilidad de enviar tropas para protegerlos del ejército georgiano. Abjasia llegó incluso más lejos y propuso estudiar la forma como se le permita incorporarse a Rusia como "Estado asociado".

Cualquiera de estos escenarios extremos es posible, dependiendo de cómo evolucione la presencia militar de Estados Unidos en Georgia.

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