Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 24 de febrero de 2002
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Espectáculos

JAZZ

Sociedad Acústica de Capital Variable

Antonio Malacara

DESPUES DE QUE la Sociedad Acústica de Capital Variable tocó la última pieza que tenía programada, el público aplaudió con fuerza y emoción durante un buen rato, pero ya no pidió otra. Todos estábamos felices, pero también cansados. Habían sido más de tres horas en las incómodas gradas del Foro del Dinosaurio, así que todos empezamos a desfilar hacia la salida del Museo del Chopo con una reconfortante sensación de bienestar en el alma y un incómodo entumecimiento en las piernas y las nalgas.

BUENO... EN REALIDAD no fueron más de tres horas en las gradas, porque para entrar a esta tercera sesión del ciclo Jazz Latino y Caliente, una veintena de asistentes tuvimos que esperar unos veinticinco minutos después de las siete en el patio del museo, mientras la banda de Marcos Miranda terminaba de probar sonido. Pero el concierto fue larguísimo y sorprendentemente ágil.

LA NOCHE DE este viernes se inició con un pequeño video que promocionaba Heart of a legend, cd de Chico O'Farrill aparecido hace tres años. Luc Delannoy y Xavier Quirarte platicaron después sobre las manifestaciones y las broncas de tránsito para llegar al museo; pero también hablaron sobre la falta de autocrítica en los músicos mexicanos de jazz... Luc se adentró aún más afirmando que la mayoría de los músicos en Latinoamérica no razonan lo que pasa ni con su música ni alrededor de ella, y que en México son muy pocos los jazzistas que asisten a conciertos de otros músicos.

"AL PUBLICO LE gustan las cosas del pasado -dijo el belga más adelante-; le gustan los coches nuevos, las computadoras más avanzadas, la tecnología de punta; pero no le interesa la música de su tiempo. Después de tanto estrés y tantos problemas durante el día, es difícil que se enfrenten a ello, y prefieren algo más sencillo."

DESPUES DE HABLAR sobre Thelonious Monk y sobre el imperceptible papel de los músicos mexicanos en el panorama internacional del jazz (mencionaron a Paul López, Héctor Infanzón, Abraham Laboriel, Mili Bermejo, Luis Pérez y Antonio Sánchez) los dos escritores se retiraron para dar paso a la música. Para entonces unas sesenta personas ocupaban las gradas.

QUIRARTE REGRESO CON su bajo eléctrico y como parte de la Sociedad Acústica. Junto a él aparecieron también el pianista Huitzilín Sánchez, el baterista Pedro Apodaca y Marcos Miranda con un arsenal de alientos que fue alternando con maestría: un clarinete bajo, tres saxofones (soprano, tenor y andino) y una flauta nei (un instrumento turco de gran color que utilizó en el Bemsha swing, de Thelonious Monk).

INICIAN CON BYE' YA, también de Monk, y la música fluye correcta y extremadamente limpia. Ninguno de los integrantes de esta sociedad (tal vez con excepción de Miranda) es un virtuoso de la música, pero juntos logran crear una sólida y agradabilísima gama de colores y texturas. Se siguen con Delta square, insertando un poema de John Carter, I saw them, en medio de una serie muy discreta de sonidos efectistas por parte de la banda, que ya había crecido en elementos al subir Ana Barona con su violín, Rogelio Nobara en la guitarra, Pavel Sandoval en la segunda batería y Muna Makhlouf en la voz y la cuica. La pieza crece paulatinamente en intensidad con las vocalizaciones de Muna al frente, hasta que el sax tenor toma la palabra para llenar las estorbosas aristas del Chopo con la excelencia y el poderío del blues.

EL CONCIERTO NOS envolvía desde ya, nos sentíamos bien, pero no dejábamos de preguntarnos que hacían estos cuates en un ciclo llamado Jazz Latino y Caliente. Y creo que los mismos músicos se cuestionaron esto, porque al momento de interpretar Epistrophy (también de Monk) le dieron un tratamiento diferente al que imprimieran en el disco Evidencias. En esta nueva versión de Epistrophy, los ritmos (re)conocidos como latinos entran a mansalva, el tumbao se mezcla con el blues y el fox y las atonalidades propias del caso.

PERO "HASTA AHI". El resto del programa, "a pesar" de su excelencia, no tuvo nada que ver con lo que ha querido verse como jazz latino (los aires afroantillanos). Hubo mucho blues, bebop, algo de free-jazz, atmósferas árabes y andinas. La versatilidad y los manejos rituales de la banda brillaron a cada momento, pero el discurso fue el de la Sociedad Acústica de Capital Variable, a final de cuentas uno más de los muchos rostros del jazz en Latinoamérica.

 

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