Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 20 de febrero de 2002
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Se africaniza la desnutrición en México

Indígenas menores de cinco años, con deficiencias similares a los más pobres del continente negro

ANGELES CRUZ

La desnutrición que afecta a 44 por ciento de los indígenas menores de cinco años en México es similar a la de las naciones más pobres de Africa. En el país, la deficiencia, que se manifiesta en baja talla, está presente en dos de los 10 millones y medio de individuos de este grupo de edad.

Lo anterior se desprende de la Encuesta Nacional de Nutrición (ENN) 1999, la que destaca que la desnutrición se mantiene como un problema de salud pública. Indica que a pesar de que en la última década el problema se abatió 50 por ciento, el avance es insatisfactorio, ya que es inferior al registrado en países en desarrollo. Además, los promedios nacionales encubren grandes desigualdades entre zonas urbanas y rurales.
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De continuar con la prevalencia de desnutrición y baja talla, advierte, se requerirán 15 años para alcanzar niveles compatibles con un buen estado de desarrollo (de 3 a 4 por ciento).

La ENN asegura que la desnutrición provoca defectos en el crecimiento y la respuesta inmunológica, es decir, la capacidad del organismo para defenderse de las enfermedades. Incluso tiene repercusiones en la reproducción. Las mujeres con antecedentes de deficiencias nutrimentales tienen hijos con bajo peso al nacer, lo que aumenta el riesgo de morbimortalidad.

Subraya que la desnutrición durante la niñez, además de estar estrechamente ligada a las condiciones de pobreza y marginación, afecta el desarrollo de capital humano y puede tener repercusiones en la salud y supervivencia de la siguiente generación.

Juan Rivera, director del Centro de Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), detalló los resultados obtenidos en la encuesta. Dijo que 30 por ciento de los niños padece anemia y que el problema se agudiza entre uno y 2 años de edad, ya que la mitad de los menores sufre la enfermedad. La principal razón, explicó, es que 66 por ciento de los menores tiene deficiencia de hierro y otros micronutrimentos.

En general, dijo, los niños menores de 11 años presentan alguna deficiencia de vitaminas A y C, zinc y ácido fólico.

De los 10.5 millones de menores de cinco años que hay en México, casi dos millones presentan baja talla, 800 mil tienen bajo peso y un poco más de 214 mil padecen emaciación, la forma más grave de desnutrición crónica.

El especialista comentó que la desnutrición en la infancia se origina por el bajo nivel de lactancia materna. Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que 100 por ciento de los recién nacidos se alimenten con leche materna, en México este porcentaje es de apenas 40 por ciento al nacer y de 10 por ciento a los seis meses.

Rivera afirmó que es mucho lo que podría hacerse para superar este rezago, sobre todo si se toma en cuenta que únicamente 2 por ciento de los niños de origen mexicano que viven en Estados Unidos presentan retraso en la estatura, comparado con 18 por ciento ?en promedio? de los que viven en México.

El estudio divide los resultados por regiones y señala que en la zona sur el índice de baja talla para la edad (desmedro) es de 28 por ciento, pero en las á-reas rurales la cifra es de 32.2 por ciento. Esta prevalencia se encuentra entre las más altas de América Latina.

Con relación a los niños de 5 a 11 años de edad, la investigación muestra que de los 15 millones 609 mil 500 personas que conforman este grupo de edad, más de dos millones presentaron baja talla, que es una forma crónica de desnutrición.

La Encuesta Nacional de Nutrición también indica que uno de cada cinco de esos menores presenta anemia, y un porcentaje similar tiene sobrepeso u obesidad, lo que a decir de Jaime Sepúlveda, director del INSP, es indicativo de sus expectativas de salud en la edad adulta.

La investigación fue presentada ayer en la Secretaría de Salud (Ssa). Ahí, Juan Rivera, quien tuvo bajo su responsabilidad la realización de la ENN, afirmó que el problema de la desnutrición persiste en parte porque, a pesar de que durante años se ha invertido gran cantidad de recursos económicos en programas asistenciales, éstos no han llegado a quienes realmente los necesitan.

Hace apenas algunos años comenzó a cambiar esta situación. En 1988, 45 por ciento de los niños desnutridos estaba en la zona sur del país, pero sólo recibían 15 por ciento de los beneficios de los programas gubernamentales, mientras que 50 por ciento de esos recursos se distribuían en la zona metropolitana de la ciudad de México (ZMCM).

Para 1999, 55 por ciento de las deficiencias nutrimentales se ubicaba en el sur, pero esta zona ya recibe 40 por ciento de la ayuda alimentaria; 10 por ciento se entrega en la ZMCM.

El especialista recomendó la aplicación de programas integrales para combatir la mala nutrición, que incluyan la distribución de alimentos con micronutrimentos, suplementos con vitaminas y minerales, así como garantizar la atención primaria a la salud.

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Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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