Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 19 de febrero de 2002
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Espectáculos
Josh Kun

Shakira: de roquera alternativa a estrella latina prefabricada

Antes de abrir siquiera el nuevo número de la revista Urban Latino, uno ya se ha topado dos veces con Shakira. La cantautora colombiana de origen libanés ?víctima más reciente de la industria de la música latina? aparece en la portada de la pantorrilla para arriba con un atuendo de cuero y con la ondulante cabellera teñida de rubio cayéndole sobre una blusa de encaje que deja al descubierto un ombligo moreno y brillante. Aparece igualmente en la contraportada, pero en un anuncio de Pepsi, también de las pantorrillas para arriba.

En términos ideológicos no hay diferencia entre las dos imágenes: en la del frente está vendiendo la revista, que a su vez la vende a ella; en la de atrás está vendiendo Pepsi y Pepsi la vende a ella, y ambas, ella y Pepsi, venden la revista que a su vez las vende a las dos.

Las imágenes ?las dos Shakiras que en realidad son una sola (hasta parecen ser la misma toma)? son réplicas casi idénticas en tamaño y en despliegue, excepto que en la del anuncio no se le ve el ombligo ni lleva las manos en las caderas, sino sujetas al pedestal de un micrófono. En la portada se lee "Shakira se lanza en inglés". En el anuncio, que no menciona el nombre de la cantante y está en español, sólo se indica: "Goza el sabor".

Con el lanzamiento en Estados Unidos de su primer álbum con la mayoría de temas en inglés, Laundry service (Servicio de lavandería), esta innovadora del rock pop con tendencias alternativas, que solía actuar descalza, con intrincadas trenzas y azotando la cabeza tan fuerte como lo permitía Univisión, se ha convertido en una aspirante al dinero multinacional que combina la danza del vientre con el contoneo de caderas. Embellecida por los Estefan y por Freddy Demann, ex mánager de Madonna y de Michael Jackson, la que alguna vez tuvo un estilo cambiante, difícil de etiquetar, se ha transformado en un producto exótico programado para hablar el lenguaje global del comercio, el inglés.

Y funciona. Laundry Service debutó en el número tres del Billboard 200 y su video Whenever, whenever, en el que las caderas de Ricky y el trasero de Jennifer ejecutan un table dance marroquí, se convirtió en favorito instantáneo del Total Request Live (Petición total en vivo). "¡Es como una Britney morena!", se oía decir. Tanto éxito tuvieron, que ella prácticamente reprodujo el video en sus actuaciones de televisión, con todo y ondulaciones de vientre al ritmo de cuerdas del Medio Oriente y golpes de tambor.

"La estructura del inglés es difícil", declaró Shakira a Urban Latino. "Es un idioma muy directo, el lenguaje de la publicidad". Incursionar en esa lengua, por consiguiente, conduce precisamente a eso: una artista latina que es como un anuncio, el nacimiento como franquicia de esa Shakira que antes era una artista de la música.

Los compatriotas de Shakira que han rechazado el inglés ?el fusionista del rock pop Juanes, el estrella del vallenato Carlos Vives, y los alternativos Aterciopelados, cuya cantante estelar Andrea Echeverri rehusó actuar como la nueva bomba latina cuando apareció en la televisión en el show de Jay Leno? han evitado tales dilemas al presentarse al público estadunidense. "Cuando alguien me preguntó por qué no canto en inglés", explicó Vives recientemente en una entrevista en La Opinión, de Los Angeles, "contesté: ¿por qué para expresarme tengo que cantar en ese idioma y tapar el mío?"

La diferencia entre la nueva Shakira y sus paisanos de Colombia es ?para tomar el concepto que el gran político y poeta senegalés Leopold Senghor, recientemente fallecido, imbuyó en su pueblo? la diferencia entre ser alguien que asimila y alguien que es asimilado. Juanes, Vives y Aterciopelados han seguido la primera ruta, más a tono con el poscolonialismo, asimilando sonidos y estilos extranjeros a los propios, re-creando un solo de guitarra roquera en uno de vallenato en acordeón, o introduciendo una secuencia de golpeteo quebrado en los ritmos arrulladores de un bolero de centro nocturno.

En sus cinco primeros álbumes, Shakira siguió ese camino (véase la recreación mestiza que hizo de Alanis), pero en Laundry Service opta por el contrario y se deja asimilar por los dictados del mercado estadunidense en cuanto a la forma en que deben verse y oírse los artistas latinos.

Para Senghor, uno de los pensadores anticolonialistas africanos más importantes, ser asimilado fue producto de la mentalidad colonial, a la que Shakira aún se apega. En una entrevista reciente en la revista Latina, identificó su "conquista" del mercado musical estadunidense con la conquista española de su país. "El espíritu de la conquista en un rasgo que perdura en el ser humano desde los primeros tiempos" , explicó. "Lo deseo por la misma razón por la que los españoles deseaban venir a América. Hay que cruzar los océanos. Mi motivación es plantar la bandera colombiana en esta tierra."

Entonces nos salió barato, supongo. Cuando los españoles plantaron su bandera en Colombia, a comienzos del siglo XVI, esclavizaron a los africanos, convirtieron a los indígenas a su religión y explotaron sus cultivos de maíz. En cambio, todo lo que esta tierra ha sacado de "beneficio" es otra rubia de vientre oscuro que habla inglés y toma Pepsi.

Josh Kun es crítico de música y arte. Colabora actualmente para las revistas The Village Voice, Spin, LA Weekly, entre otros.

Traducción: Jaime Whaley

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