Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 18 de febrero de 2002
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Sociedad y Justicia

Plantean establecer una agenda común sobre el acceso a los recursos genéticos

Buscan 14 países defender juntos su biodiversidad

Definir mecanismos de combate a la piratería, entre los objetivos de reunión ministerial

ANGELICA ENCISO L. ENVIADA

Cancun, QR, 17 de febrero. Las naciones que poseen la mayor biodiversidad intentan hacer un frente común en defensa de las riquezas biológica y genética del medio ambiente, pues con el incremento en el uso de la biotecnología ha crecido la demanda de esos recursos por parte de empresas e institutos académicos, además de que está latente el robo de especies.

Tan sólo en México hay alrededor de 30 casos de biopiratería -entre ellos el frijol enola y la levadura del pozol-; de ellos, al menos diez están en litigios internacionales, señaló Ezequiel Ezcurra, jefe de la delegación mexicana de expertos participante en la Reunión Ministerial de Países Megadiversos Afines.

El objetivo del encuentro, al que se programó la asistencia de los ministros del medio ambiente de las 14 naciones -México, Brasil, Indonesia, Ecuador, Costa Rica, Colombia, Bolivia, China, Kenia, Madagascar, Perú, Sudáfrica, India y Venezuela- que concentran 70 por ciento de la biodiversidad del planeta, es establecer una agenda común para la defensa y la creación de mecanismos claros de acceso a los recursos genéticos.

De modo individual somos muy "débiles y no tenemos capacidad para negociar con las naciones compradoras de la diversidad biológica; se busca presentar una agenda mínima vinculada al acceso, la conservación y la protección de la propiedad intelectual, pues aunque sí existen mecanismos, éstos son de los países industrializados", explicó Ezcurra.

En los foros internacionales de discusión de esos temas, agregó, las naciones con empresas de biotecnología negocian en bloque. "Es el caso de Suiza, Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Si no logramos tener fuerza en la negociación, es difícil que podamos aspirar a la defensa de los recursos", expuso. Por eso, insistió, es importante definir una estrategia común.

Inventario de especies inconcluso

En las reuniones preparatorias al encuentro oficial entre los ministros -que se dedicaron hoy a conocer zonas arqueológicas de Yucatán-, los expertos de las naciones discutieron cuatro temas centrales: la propiedad intelectual y el acceso a los recursos genéticos; el conocimiento tradicional: conservación, aprovechamiento y reparto de beneficios; biotecnología y bioprospección para el desarrollo sustentable, y experiencias legislativas para la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad.

Brasil presentó el tema de la propiedad intelectual, en torno del cual planteó la necesidad de establecer una agenda de requisitos mínimos, que van desde el consentimiento previo de las comunidades en que se colectan especies de flora o fauna, hasta exigir un reparto equitativo de los beneficios económicos de esa actividad.

Los expertos plantearon que a las comunidades donde se realice la colecta lleguen los beneficios derivados de la obtención de recursos genéticos, además de que el material que se transfiera para biotecnología tenga el total acuerdo de parte del país proveedor.

Al hablar sobre propiedad intelectual, se denunció la biopiratería que realizan empresas y particulares que han registrado como propios recursos biológicos de naciones megadiversas. Es un problema que México ha enfrentado.

Es el caso del frijol enola, que se siembra en Sinaloa y fue registrado en Estados Unidos por Larry Proctor, quien ahora exige el pago de regalías a los exportadores de esa entidad mexicana que por años lo han sembrado. También, un investigador europeo registró como propio el pozol, bebida común en Yucatán y otras entidades del sureste.

México podría combatir la biopiratería mediante la conclusión del inventario de especies nacionales. En la actualidad se conoce la totalidad de la fauna de mamíferos, reptiles y aves; se tienen registradas 25 mil especies de plantas y faltarían unas 3 mil variedades de conocerse. Donde existe menor información es en especies y bacterias, explicó.

También se habló de conocimiento tradicional, aprovechamiento y reparto de beneficios. En este contexto se mencionaron los derechos de los grupos indígenas.

"El desafío es que el conocimiento tradicional es difícil de definir dentro de las reglas de juego del sistema de patentes industriales, pensado para registrar productos e ideas desarrolladas por la industria, mientras el conocimiento tradicional es difuso y colectivo", agregó Ezcurra.

Aseveró que algunos países plantean la necesidad de trabajar de manera más intensa, lo cual implicaría participar en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, para llevar ahí la discusión.

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