Procesan por secuestro a uno de sus dirigentes

Paz y Justicia rechaza participar en diálogo para la reconciliación

ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL

Tuxtla Gutierrez, Chis., 17 de febrero. El dirigente de Paz y Justicia, Diego Vázquez, refrendó la postura de su organización de no participar en las negociaciones para la reconciliación de la zona norte, en tanto no se consideren las propuestas de miles de personas que dijo representar.

Durante su comparecencia ante el juez, el líder de la organización paramilitar sostuvo que su detención, derivada por presuntos hechos cometidos hace cinco años, se debió a la negativa a participar en la firma del llamado acuerdo de paz y reconciliación de la comunidad El Limar.

"Ese fue el problema, expresar (a Juan Esponda, comisionado del gobierno del estado para la reconciliación) mis ideas y mis sentimientos. No le gustó". Según Diego Vázquez, en cada una de las comunidades donde Paz y Justicia tiene presencia se efectuaron asambleas para definir una postura común ante las autoridades, que "querían obligarnos a firmar un acuerdo sin que hubiera consenso.

"Elaboramos un documento con nuestras propuestas, pero Juan Esponda nunca quiso recibirnos. Lo último que nos mandó decir es que nos veríamos el 3 de marzo. No nos quieren escuchar, nos quieren acabar porque somos mal vistos por los que pregonan la teología de la liberación", explicó el detenido.

Sostuvo que mientras no se escuche a cada uno de los actores políticos y sociales de la zona norte no se podrá llevar a cabo una verdadera reconciliación. Advirtió que mientras no se garantice el respeto a cada una de las posturas y se llegue a un consenso, Paz y Justicia no participará en ninguna negociación con el gobierno estatal.

Durante la audiencia ante el juez, el líder paramilitar estuvo asistido por varias personas de la comunidad El Limar, quienes lo trataron con reverencia e incluso solicitaron el retiro de los representantes de los medios de comunicación, petición que les fue negada.

Vejaciones a un "opositor"

Los hechos por los que fue aprehendido Diego Vázquez ocurrieron en febrero de 1997. Se trató del secuestro y agresiones contra Pedro Jiménez López, un "opositor" simpatizante zapatista que habita la comunidad El Limar, donde el dirigente de Paz y Justicia es maestro bilingüe.

Según declaraciones ministeriales del acusador, así como de dos testigos, Vázquez y siete personas más, todos en posesión de armas de grueso calibre, lo detuvieron en la cabecera municipal de Salto de Agua, ubicada a pocos kilómetros de El Limar.

A golpes, los paramilitares lo subieron a la camioneta en que se transportaban y lo trasladaron a un lugar desconocido, donde lo mantuvieron encerrado seis días, amarrado de pies y manos y sin proporcionarle alimento ni agua.

Según declaró Jiménez López, lo presionaban para que dijera "quién había matado a Nicolás" (Nicolás Gómez, brutalmente asesinado y torturado por zapatistas -según versión de Paz y Justicia- debido a la negativa a afiliarse a su movimiento) y lo obligaron a firmar un documento en el cual exigían dinero a su familia para que lo pudieran liberar.

Al no obtener los recursos, Jiménez López declaró que lo golpearon hasta casi matarlo y lo fueron a tirar a El Crucero, comunidad que constituye la puerta de entrada a la zona baja de Tila y cuya población es, en su mayoría, militante de Paz y Justicia. Por su situación estratégica, en ese poblado se instaló un cuartel del Ejército Mexicano.

"Nadie se atrevió a ayudarme. Le pedí ayuda a los militares, pero también éstos se negaron. Como pude me trasladé de nuevo a Salto de Agua y ahí llegó mi familia. Estuve hospitalizado durante semanas", explica el indígena agredido.

Pese a las declaraciones en su contra, el líder de Paz y Justicia se declaró inocente. Declaró que se dedica de lleno a la actividad docente.

Diego Vázquez reconoció que hace siete años -en 1995, al inicio de las confrontaciones en la zona norte- había sido aprehendido por las autoridades y encarcelado en Cerro Hueco, como resultado de los conflictos y enfrentamientos que entonces se iniciaban en esa región. Sin embargo salió exculpado a las pocas semanas.

Esta vez, al ser considerado como reo de alta peligrosidad y debido a que el delito de privación ilegal de la libertad es considerado grave, se le negó la libertad bajo caución. A más tardar el próximo sábado se le dictará auto de formal prisión o de libertad, según las pruebas que presenten sus abogados.