La tarifa del miedo
Fue una de esas filtraciones que ahora dice que evitará el gobierno federal. El anuncio de que se reduciría el subsidio a las tarifas eléctricas desató una ola de inconformidades que no amaina, ni siquiera con la publicación de los nuevos cobros que todo mundo parece ver como un engaño. Es un viejo tema que en algunos estados ha sido cuna de diputaciones, escaños en el senado y gubernaturas. En el océano de protestas, pocas tan arraigadas como las de Mexicali, donde en verano el calor llega a los 52 grados y en invierno la temperatura baja tanto como la nieve. Aquí la luz eléctrica no es un lujo, sino una cuestión de vida o muerte
Alberto NAJAR * Fotos de Sergio HARO. Semanario SIETE DIAS
Mexicali, BC.- Lorenzo Cortez Beltrán ya no quiere subirse a los postes de luz.
El verano pasado, cuando terminaba de conectar la electricidad a una familia a la que por falta de dinero le cortaron el servicio, el poste donde estaba trepado "se pandeó" y don Lorenzo, con todo y sus 64 años de edad, fue a dar al suelo.
A partir de ese momento disolvió la brigada de jubilados ferrocarrileros que, como él, se dedicaban a reconectar la luz que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) suspendía por falta de pago.
Pero este año, con el anuncio gubernamental de reducir el subsidio en las tarifas eléctricas, a don Lorenzo no le quedará más remedio que volver a su papel de Robin Hood de la electricidad.
Y es que en esta ciudad, donde sus habitantes presumen de tener el segundo clima más extremoso del mundo -el primero, dicen, está en el Sahara- el tema de las tarifas es quizá el único capaz de enojar a todos los cachanillas por igual.
Por
eso la semana pasada realizaron la protesta más concurrida en los
últimos 15 años, donde los más abucheados fueron,
en ese orden, el secretario de Hacienda, Francisco Gil, y el presidente
Vicente Fox.
Por eso es que desde ese momento se multiplicaron las convocatorias para tomar acciones más directas, entre estas una eventual huelga de pagos que provocaría cientos de cortes en el servicio.
Este es el temor de don Lorenzo, líder de los jubilados ferrocarrileros de Mexicali. "Hay noches que no puedo dormir de los dolores en la espalda", se queja. "Ya no me quiero subir, pero si hay que entrarle ni modo, enseñamos a los muchachos; de todos modos, con o sin huelga, la gente va a dejar de pagar".
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"A ver, cómo está eso", reclamó a su coordinador de asesores cuando no pudo explicar la propuesta de Hacienda para cancelar el subsidio a las tarifas eléctricas.
El incidente, apenas unas horas después que se había publicado el proyecto gubernamental para aumentar las tarifas de luz, fue la primera señal de la premura con que se tomó la decisión.
Ese martes 29 de enero el secretario de Hacienda trató de explicar la medida, pero sólo consiguió hacer más bolas el asunto.
En términos reales, lo único claro era que a partir del primero de febrero el consumo de electricidad con subsidio se reduciría a 125 kilowatts/hora (kwh) al mes.
Los consumos superiores a ese tope se cobrarían más caro, con precios variables según la región del país. En el norte, por ejemplo, la más alta era de 1.64 pesos por kwh.
Gil Díaz dijo que sólo el 30 % de los usuarios resultarían afectados, pues de acuerdo con sus cálculos el resto de la población consume menos de 125 kwh al mes.
Pocos le creyeron. No hubo aplausos para esta iniciativa.
El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortíz Martínez, reconoció que supo del hecho minutos antes de su anuncio oficial, y advirtió de un repunte en la inflación de este año. Lo mismo dijo la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra): cancelar el subsidio atenta contra la estabilidad macroeconómica del país.
Mientras, en algunos medios inició una especie de campaña para responsabilizar al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) de la cancelación del subsidio, con el argumento de que los trabajadores no pagan su consumo eléctrico y con ello causan un grave daño a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC).
En respuesta, el SME presentó sus números: la prestación sindical aludida representa un gasto de 80 millones de pesos anuales, muy lejos de los 10 mil millones que, se reconoce oficialmente, es el déficit de la empresa. También desmintió al secretario de Hacienda pues de acuerdo con sus cálculos el consumo promedio en el país es superior a los 250 kwh al mes.
Las protestas no se quedaron en la Ciudad de México, pues la mecha ya había encendido fuegos en varios estados del país. Y del gobierno federal, quien primero lo supo fue el presidente Vicente Fox.
El primero de febrero en Aguascalientes, al salir del edificio de Servicios Periciales que había inaugurado, el guanajuatense se enfrentó a decenas de trabajadores y amas de casa que le reclamaron el intento de subir la luz.
"Tarifas justas, mejor suba los empleos", fueron los gritos.
Antes, en Sonora el secretario de Presupuesto y Planeación del Gasto Público, Alfonso Molina Ruibal, convocó a empresarios y partidos a formar un frente común contra el aumento a las tarifas eléctricas. "Es lamentable para todos y espero que rectifiquen", subrayó. "Es una medida ridícula y demagógica".
La mecha prendió con fuerza en esa entidad, donde en menos de una semana nacieron frentes de lucha en Cajeme, Hermosillo y San Luis Río Colorado, donde incluso se realizó un plantón en la caseta de cobro de la carretera a Mexicali.
Hubo más. En Chihuahua las secretarías de Hacienda y Energía publicaron un desplegado para explicar las nuevas tarifas vigentes en el estado, con la esperanza de calmar los ánimos y evitar las protestas que ya había en otros lugares.
El anuncio fue contraproducente, pues en el documento se excluyó a Chihuahua de la tarifa especial para zonas desérticas en vigor desde hace 27 años, y que representaba un ahorro considerable para los consumidores en época de calor.
Resultado: los habitantes de Nuevo Casas Grandes se declararon en moratoria de pagos. Los campesinos de Delicias, Camargo, Jiménez, Villa Ahumada, Namiquipa, Cuauhtémoc, Rubio y Guerrero anunciaron la formación de un frente de resistencia al aumento, y en Ciudad Juárez hubo cacerolazos frente a las oficinas de la CFE.
La multiplicación de las protestas obligó a posponer hasta el pasado 7 de febrero la publicación de las tarifas, pero los ánimos no se calmaron, porque, en términos reales, para Baja California la nueva tasa representa un aumento superior al 50% en el pago de la luz: hasta ahora la tarifa vigente en la zona es la 1 E, que establece un costo de 36 centavos por kwh para quienes consuman entre 1 y 300 al mes; 76 centavos de 301 a mil 200 kwh y 1.64 pesos para quienes rebasen el tope.
Ahora, la nueva tarifa es de 1.35 pesos para los consumos de entre 1 y 500 kwh, y de 1.68 por cada kilowatt que se utilice en adelante.
En Mexicali el consumo promedio en verano oscila entre 800 y mil 200 kwh, lo que significa que casi nadie tendrá derecho a la tarifa más baja y, peor aún, tendrán que pagar casi el doble de lo que ahora cuesta la luz.
Tal vez por eso el mismo jueves que se publicaron las tasas nuevas el Frente Cívico Mexicalense (FCM) cerró las garitas vieja de Mexicali y la de San Luis Río Colorado.
Y es que la decisión del gobierno federal reactivó una vieja lucha que se libra en toda la frontera norte por tarifas acordes con las condiciones climáticas de la región, y especialmente en Baja California, la primera entidad en sacudirse el gobierno del PRI.
Por estas tierras, donde en verano la temperatura supera los 50oC a la sombra, el aire acondicionado no es un lujo, sino asunto de vida o muerte. La batalla por bajar las tarifas de luz tiene más de 30 años y de ésta han surgido gobernadores, presidentes municipales, diputados, senadores e incluso funcionarios cercanos al presidente Fox.
Tal vez por eso entre los cachanillas el impacto por la reducción del subsidio fue tan grande como la desilusión que causó saber del autor intelectual de la medida: el equipo que en las elecciones de 2000 obtuvo en Baja California uno de los porcentajes de votación más altos del país.
Así, cuando el presidente Fox aseguró que sólo el 25 % de los usuarios resultaría perjudicado y que el resto estaba "protegido", en Mexicali la ex diputada panista Dolores Gómez de Méndez se fue a la yugular.
"Que cumpla su promesa de campaña, que no nos trate igual", sentenció. "¿Quién manda?, ¿él o Gil Díaz? Ya lo dudo y aunque lastimosamente sea del mismo partido, ya no sé si es panista o enemigo del PAN".
El calor de la vida
"Primero te empieza a doler la cabeza y luego te dan ganas de vomitar. Si no sales del sol te sube el mareo, las piernas se acalambran y dejas de sudar, te pones amarillo y con la piel fría. Ya luego nomás das el azotón".
Es, en palabras de un cachanilla, la descripción de un típico golpe de calor, como se conoce en Mexicali a la insolación y que cada año afecta ?según datos del Consejo de Energía? a 2 mil 500 personas. Cien de ellas no sobreviven.
Se trata de un padecimiento que en estas tierras puede atacar a cualquiera. Lorenzo Cortez platica que, una vez, la insolación lo agarró a mitad de un operativo de reconexión.
"Después de eso quedas picado, como decimos aquí, porque con cualquier asoleada te mareas".
Y es que en Mexicali nadie se salva del calor y sus efectos, ni siquiera cuando el sol se oculta. Algunas veces, cuenta Olga Ontiveros, "a medianoche estamos a 40oC, sude y sude".
Así, es común que a las familias que no tienen refrigeración o les cortaron el suministro eléctrico duerman en las azoteas de sus casas.
Hay trucos. "Se moja primero el techo porque suele estar ardiendo", explica Sergio Tamay Quintero, vocero del FCM. "Después te acuestas y cuando empieza a amanecer bajas corriendo pa' que no te agarre el sol y no te vean los vecinos".
En Mexicali los fines de semana el paseo por excelencia es una larga visita a la Plaza Cachanilla, la única completamente refrigerada por el aire acondicionado y en donde los mexicalenses se pasan horas y horas "haciendo como que compran o nomás de vaquetones".
No es consumismo: con la visita los cachanillas se mantienen frescos en las horas que más aprieta el sol. Y de paso se ahorran unos pesos en electricidad.
Sin embargo, no todos pueden darse ese lujo.
En colonias marginadas como Nacionalistas, Solidaridad, Colosio, Voluntad, Santorales o Santo Niño, donde pocos cuentan con electricidad "y cuando la hay, se las cortan", dice Tamay Quintero, es común que los niños pasen el verano dentro de tinas de agua para evitar una insolación.
Cuando no se puede, "le amarran a los niños un pañuelo mojado en la cabeza con unos pedacitos de hielo y allí están, donde haya sombra". Y al anochecer, los métodos más socorridos son dormir en sábanas mojadas, bañarse dos o tres veces antes que amanezca o bien, colocar una barra de hielo frente al ventilador y acostarse a un lado.
Las pastillas de sal, los sueros y sobre todo la cerveza, son dieta indispensable cuando no se cuenta con refrigeración.
Así sobreviven al menos la mitad de las familias cachanillas.
Estadísticas del Consejo de Energía revelan que el 60% de los 230 mil usuarios de la CFE que hay en el Valle de Mexicali (uno por hogar) utiliza un cooler o ventilador para amainar el calor de verano. El 15% cuenta con aire acondicionado y el 20% restante no tiene nada.
Lo más grave es que en tiempo de calor -dura de mayo a octubre- la CFE realiza un promedio de 400 cortes de servicio al día, lo que significa que casi la tercera parte de los mexicalenses -unos 72 mil- se quedan sin luz en ese lapso.
Por eso, acciones como las de Lorenzo Cortez son bienvenidas, aunque la demanda supere a la posibilidad de ayuda.
"No me doy batería con todas las llamadas que recibimos", cuenta. "En esto me ayuda el ingeniero (Manuel) Félix, director del Consejo de Energía, pero así apenas sacamos 10 reconexiones al día".
Hasta ahora, el equipo de Cortez Beltrán ha logrado unas 2 mil reconexiones, y no ha sido fácil, sobre todo por sus escasos recursos: una escalera de pino que él mismo fabricó, sogas para amarrarse a los postes y unas llaves que hizo con varillas de soldar y antenas de coche.
Las llaves sirven para abrir los candados de los medidores y poder reconectar sin dañar el equipo.
Además de la caída que lastimó su espalda, en tres años a don Lorenzo le ha pasado casi todo: una vez tocó sin querer un cable con unas pinzas y el chispazo que surgió "casi quema el techo de un almacén". Otra vez lo corretearon unos perros y hace dos años, al subir a un poste, "me astillé toda la barriga".
Pero quizá lo más grave sean las cinco averiguaciones previas que la Procuraduría General de la República (PGR) tiene en su contra por conspiración, sabotaje, robo de fluido eléctrico, difamación y por reconectar el servicio eléctrico.
El año pasado le dieron un susto, cuando fue detenido durante ocho horas. Ese día había un mitin frente a la gerencia de la CFE, y cuando corrió la voz de la captura, el acto cambió de lugar a la cárcel donde se encontraba. Salió libre.
De estas aventuras a don Lorenzo le quedan sólo satisfacciones, sobre todo de la gente pobre que, dice, es la más agradecida.
"Sacan a veces un billetito arrugado de 20 pesos y dicen 'tenga, pa' la gasolina' No, les digo, sí traemos combustible. Los que son más gachos son los ricos, que ni las gracias nos dan, como si fuera nuestra obligación reconectarles".
- ¿A poco ellos también le piden ayuda?
- Son los primeros, aunque ya sabemos que sí tienen para pagar. Nosotros ayudamos a todos.
Casi, porque en realidad a quienes no puede ayudar son los que peor la pasan en verano: los reos del Centro de Readaptación de Mexicali, que suelen vivir hacinados en las celdas de nueve metros cuadrados donde se acomodan hasta 21 internos.
Allí no hay refrigeración ni ventiladores; la única forma de obtener aire fresco es una pequeña ventana junto al techo.
Francisco Javier y Marco Antonio (pidieron omitir sus apellidos) salieron de prisión el 24 de diciembre y cuentan que el calor provoca frecuentes riñas.
"Siempre andas de malas y a la primera brincas a los guamazos", cuenta Javier. "Seguido hay muertos pero los custodios nunca reconocen que los pleitos son porque no tenemos forma de refrescarnos; a mí me dieron un piquete en el pecho, casi me llega al corazón".
A veces los reos no mueren en peleas. "Los que andan mal por la droga y que no han comido bien nomás se caen y empiezan a vomitar", dice Marco Antonio. "Ya no se recuperan; a las familias les dicen que estaban enfermos".
Paradójicamente, las muertes no terminan con la temporada de calor.
Abraham Sánchez, coordinador del FCM, cuenta que a fines de enero pasado un migrante se suicidó porque no aguantó las bajas temperaturas que había en las noches.
"Estaba en el patio de maniobras del ferrocarril con otros migrantes y se estaba quejando que tenía mucho frío, porque nomás tenía unos cartones y periódico para taparse. Sus compañeros fueron a conseguirle una cobija pero cuando regresaron ya se había cortado las venas".
Concluye: "Es Mexicali. Cuando no te mueres de calor, te lleva la fregada el frío".
Cachanilla power
Hacia rato que en la plaza de toros Calaffia de Mexicali no se presentaba un cartel como el del domingo 3 de febrero: el español Antonio Barrera alternaría con los mexicanos Alfredo Gutiérrez y Fermín Espínola, triunfadores de la Plaza México.
Y como figura estelar, el matador de moda: Julián López El Juli.
Una excelente oportunidad, dijo Sergio Tamay, para invitar a la protesta contra el alza a la luz convocada al día siguiente en la delegación de la secretaría de Hacienda.
Y para allá se fue junto con Abraham Sánchez Navarro, coordinador del Frente, y Olga Ontiveros, representante de las amas de casa.
Para iniciar la faena, los activistas trataron que a uno de los toros se le colgara un cartel con la leyenda "¡Abajo la luz!", pero el promotor de la corrida no estuvo de acuerdo.
Luego, intentaron meter una manta con igual mensaje y repartir volantes entre el público, pero el juez de plaza les mandó decir que no se arriesgaría "a que se levantara el gallero".
Al final sólo pudieron meter de contrabando algunos volantes, pero de todos modos cortaron oreja: cuando en el sonido de la plaza se anunció la asistencia del presidente municipal Jaime Díaz Ochoa, de los tendidos de sol y desde barrera surgieron consignas: "¡Baja la luz, ponte a trabajar!".
Los gritos, explica Tamay, muestran el coraje de los cachanillas por la iniciativa del gobierno federal. "En verano el consumo mínimo es de 800 kwh por casa, y algunos llegan hasta los mil 200", dice. "No es por despilfarradores, es que de verdad el calor no deja de otra; si no tienes aire acondicionado o cuando menos un cooler (aparato que enfría con agua y aire) nomás no la haces".
El coraje se nota al día siguiente, cuando al mitin se presentan más de 3 mil personas, la cifra más alta desde el 11 de diciembre de 1990 cuando los cachanillas abarrotaron el Centro Cívico de Mexicali para exigir al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari una tarifa preferencial. No hubo éxito. Paradójicamente, al mitin asistieron varios panistas que, años después, fueron electos diputados, senadores o presidentes municipales. Uno de ellos fue Eugenio Elorduy Walther, quien cobró popularidad con su lucha por tarifas justas. En 1998, cuando era presidente municipal de Mexicali, publicó una serie de desplegados en diarios nacionales en los que exigía al cachanilla Ernesto Zedillo Ponce de León que autorizara a sus paisanos un cobro especial en el consumo de luz.
Algo se consiguió: Mexicali fue incluido en el rango de la tarifa 1 E, para zonas con temperatura promedio de 32oC.
La tarifa, que estaba vigente hasta el viernes pasado, se tradujo en votos a Elorduy Walther durante su campaña por la gubernatura, tres años después.
Nada nuevo. "Aquí muchos de los que participan en la lucha por las tarifas acaban de diputados", lamenta Tamay Quintero. Es el caso, añade, de Dolores Gómez de Méndez, una de las iniciadoras del movimiento (en los ochenta encabezó el Comité de Defensa Popular) que fue diputada federal por el PAN, así como de Humberto Zúñiga y Silvia Beltrán, diputados locales por el PRD.
No fueron los únicos.
En
marzo de 2000, en plena campaña electoral, el entonces candidato
priísta a la presidencia Francisco Labastida propuso la creación
de la tarifa 1 F, especial para regiones con temperaturas superiores a
36oC... Con una condición: "Que se llame tarifa 1 F,
pero de Francisco", dijo sin rubor.
La idea gustó a Vicente Fox. En una visita posterior bautizó la oferta con otro nombre: tarifa 1 F de Fox.
Como quiera que sea, lo cierto es que la tasa solicitada (que básicamente establece un precio de 36 centavos para consumos de hasta mil 200 kwh) nunca se autorizó. Y ahora, con la reducción del subsidio, a los cachanillas les regresaron las ganas de ajustar cuentas con el centro.
"Nosotros somos un estado productivo que siempre hemos sostenido a los zánganos del Distrito Federal", truena Dolores Gómez. "Se llevan la mayor parte de nuestro dinero para subsidiar el metro, la luz, el agua. Aquí cabe bien la regionalización, no es posible que a 3 mil kilómetros de distancia nos decidan qué tarifa vamos a tener; a ver, ¿por qué no deciden el clima?".
En esta explosión de ira la llevan todos.
Apenas supo de la intención de reducir el subsidio, el gobernador Elorduy Walther encabezó un frente amplio en contra de la medida, e incluso promovió reuniones con diputados y senadores para cabildear el asunto. Hasta llamó al presidente Fox, según versión del senador Rafael Morgan.
"Comparto totalmente con los mexicalenses este gran dolor que nos causa el alto cobro de las tarifas eléctricas", declaró a los medios locales. "No es responsabilidad exclusiva de una dependencia o de una persona, ni del propio Presidente ni del gobernador, pero si jalamos parejo podemos sacar, si Dios quiere, una solución".
¿Y Dios quiso? Sepa. Lo único cierto es que a los cachanillas se les agota la paciencia.
"El gobernador le entraba duro a los cocolazos contra la CFE ?recuerda Daniel Rivera Araujo, de la CROC?, y ahora declara que tiene puesto el dedo en el renglón, pero no le apachurra, no lo mueve. Dice que le queda muy claro el asunto, pos sí, pero a nosotros nos queda muy oscuro".
Carlo Bonfante, presidente de Canacintra Mexicali, dice que la propuesta del gobierno federal es "una burla, el peor insulto después que había esperanza y voluntad de resolver las cosas con un gobierno panista".
Y Abraham Sánchez, coordinador del FCM, advierte: "Tiene de plazo hasta el 30 de abril para dar una respuesta, de lo contrario, con todo y alianzas vamos a plantarnos en el Centro Cívico con casas de campaña y a cerrar la línea" a Estados Unidos. "Que quede claro: no tenemos miedo de ir a la cárcel".
***
Hoy se lleva a cabo un congreso de jubilados ferrocarrileros en Mexicali, convocado por Lorenzo Cortez y su comité ejecutivo.
Nada tendría de sobresaliente si no fuera por uno de los puntos en la orden del día: establecer, en todos los barrios y colonias de Baja California, brigadas de reconexión similares a la que fundó don Lorenzo.
"El ingeniero Félix y yo les vamos a enseñar a los chamacos para que no tengan miedo a la electricidad y sepan conectar bien pa' no fregar los aparatos", explica. "Yo nomás los voy a dirigir, pero subirme no. Yo ya me caí y no quiero volver a probar suelo".*