Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 2 de febrero de 2002
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Política

Luis González Souza

EU: el (triste) estado de su (des)unión

A cuatro meses de haber comenzado la guerra más terrorista de todas, y a un año de ocupar -controvertida, fraudulentamente- la presidencia de EU, George Bush II rindió el martes pasado su informe anual de gobierno, mejor conocido como el estado de la Unión (Americana). Es un triste informe, apto para especialistas en esquizofrenia y paranoia, porque todo se centra en el problema de la seguridad estadunidense. Seguridad nacional, seguridad interna y seguridad económica aparecen, en el informe, como los tres "grandes objetivos" del gobierno bushiano. Triste, también, porque corrobora el temor de que la nueva guerra contra el terrorismo (sólo el convencional) sirva como una coartada casi perfecta para reactivar el maniqueísmo, el mesianismo, el expansionismo guerrerista y lastres similares de la idiosincrasia y la cosmovisión estadunidenses. Y triste, pues, porque de esa manera, la declinación -por lo demás, inevitable o natural- de EU como gran potencia continúa generando graves peligros y enormes penas, al tiempo que -como todo buen viejito- se resiste a encarar las causas reales de la creciente inseguridad de la gran potencia, o de la "potencia única" en el mundo de la posguerra fría, como gustaba decir Bush padre.

Tal vez el FMI y el Banco Mundial -una de cal por las que van de arena- deberían financiar una especie de USA-INSEN (Instituto de la Senectud) a efecto de hacerle más llevadera a EU su declinación y, de paso, para que sus consecuencias sean menos angustiantes y engorrosas para el resto de la humanidad. En su informe, Bush hijo asegura que la nueva guerra "apenas comienza". Y ya tiene la lista de nuevos blancos, tras el desbancamiento (y destrozamiento) de Afganistán. La lista de los nuevos chivos expiatorios es: Corea del Norte, Irán, Irak y Filipinas, adonde la nueva guerra de Bush ya llegó ayer mismo. Para colmo, todo indica que es una lista no exhaustiva, sino solamente enunciativa (cualquier otro halcón, en cualquier momento, puede ampliarla hasta donde lo permita su belicosa mente).

Al resto del mundo no nos queda sino observar. Pero ésta no tiene que ser por fuerza una observación sumisa ni apologética. También puede, y a nuestro juicio debe ser una observación crítica y propositiva. Desde este mirador, lo que nosotros observamos es una grave esquizofrenia, y una pésima jerarquización, en la valoración que Bush II hace en su informe de las seguridades externas e internas de su país, lo mismo que entre el bienestar económico, político y aun moral de su población.

Con Freud o sin él, es tiempo de analizar a fondo los móviles y las consecuencias del sueño americano, especialmente en sus ramificaciones mesiánicas. Todavía Bush II, en el informe mencionado, se atreve a decir cosas como éstas: EU hoy "necesita ciudadanos dedicados a expandir la compasión (Ƒš) de nuestro país a cada rincón del mundo. (...) En un simple instante (gracias a la nueva guerra), nos hemos dado cuenta de que ésta será una década decisiva en la historia de la libertad, y que nosotros (los estadunidenses) hemos sido llamados (suponemos que por Dios) a jugar un papel único en los eventos humanos". En consecuencia, Bush convoca a la formación ya no de otros cuerpos de paz (tal vez porque se agotó la credibilidad de los gobiernos estadunidenses como interesados en la paz), pero sí de unos cuerpos de libertad. šSí, señor, muchos y grandotes freedom corps por todo el mundo!

No somos sicólogos, pero suponemos que tanta obsesión por imponer, no sólo en EU sino en todo el mundo, una visión no sólo de la seguridad sino de la mismísima "felicidad", es algo que refleja una enorme inseguridad. Y es ésta inseguridad propia o interna de EU, la que sus gobernantes deberían encarar y resolver, antes que nada. Porque es ella la que a final de cuentas produce el ya muy gastado y cada vez más peligroso círculo infernal de la idiosincrasia estadunidense: Destino Manifiesto -lucha febril por ser, y en todo, el number one- expansionismos crónicos y militarismos capaces de asegurar todo ello.

Ya EU registra en su historia ciertos avances (si bien frágiles y con retrocesos) en la superación de su digamos pecado original, el racismo: la Acción Afirmativa, el multiculturalismo, por ejemplo. Le falta, sin embargo, incorporar esos avances a su política exterior. Falta que se acostumbre a vivir en un mundo donde todos quepan, con sus culturas, cosmovisiones y dignidades a salvo. Pero ello exige que EU termine de saldar cuentas con su propio historial de intolerancias y racismos.

Cuando eso ocurra, cuando la diferencia étnica, cultural o nacional dejen de ser una pesadilla y pasen a ser un derecho tan respetado como constructivo, entonces sí, EU volverá a gozar de la seguridad más primaria, que es la tranquilidad de conciencia. Entonces sí, EU podrá prescindir de los costos y los quistes a que lleva la inseguridad interna: economías de guerra y expansionismos militaristas, en primer lugar. Y a lo mejor, entonces, la pesadilla de hoy comienza a transformarse en otro bello sueño.

PD nacionalista: ƑSólo un sinsabor o despropósito de la servidumbre es lo que explica la total omisión de México y el "cuatísimo Fox" en el informe de Bush II? ƑNo es ya tiempo de redignificar nuestra relación con EU?

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