Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Domingo 27 de enero de 2002

Política

Antonio Gershenson

Enron en México

Lo que parece confirmarse es que, sabiendo que había escasez, algunas empresas contribuyeron a agudizarla para que se dispararan los precios y hacer el gran negocio con la venta de electricidad carísima

No sólo en su propio país tenía una gran influencia política la compañía gasera y eléctrica Enron. Esta, que pasó en unos meses de ser la séptima empresa en ventas en Estados Unidos a declararse en quiebra al tiempo que recibe demandas e incluso posibles cargos penales para algunos de sus directivos, había hecho donaciones a las campañas políticas de numerosos funcionarios de su país, desde el presidente hasta diputados y senadores. Puede suponerse que esto no es ajeno a la gran influencia política que había logrado en el país vecino, al punto de discutir con el vicepresidente, y cabeza del programa de energía, este programa.

Aquí y ahora se publican informaciones sobre el peso político que esta misma empresa había llegado a tener en México. Por ejemplo, personal suyo había redactado fragmentos que luego aparecen en el programa de campaña del ahora Presidente de la República, en un trabajo de la cabeza del equipo de transición en materia eléctrica del entonces presidente electo. La propia Enron trabajaba en la instalación de una planta de generación de electricidad en Monterrey.

También fue Enron una de las empresas acusadas por autoridades de California de vender muy cara la electricidad, aprovechando la escasez que padecía ese mismo estado. Hace unos días se publicó en estas páginas amplia información sobre un estudio en el que se afirma que no hubo tal escasez sino que fue fabricada por empresas para vender caro. Esto último no es exacto, pues aproximadamente en una década no había entrado en operación en California ninguna nueva planta, y la demanda sí había aumentado. El argumento empleado en el estudio, en el sentido de que la capacidad total de generación era mayor que la demanda máxima, no considera que una red eléctrica requiere de una capacidad de reserva para operar normalmente. Basta que esa reserva sea menor que un determinado porcentaje, diferente según las características de cada red, para que se produzcan apagones. Lo que cada vez parece confirmarse más es que, sabiendo que había escasez, algunas empresas contribuyeron a agudizarla para que se dispararan los precios y hacer el gran negocio con la venta de electricidad carísima. Y el mencionado estudio sí hace aportaciones a esto último.

Otro elemento en el mismo sentido es el accidente que ocurrió en Nuevo México, cuando estalló y se incendió un ducto que conduce gas natural a California. La empresa propietaria, El Paso Gas, que a diferencia de lo que su nombre sugiere no tiene su sede en El Paso, sino en Houston, Texas, al igual que Enron, no sólo dejó sin servicio durante un buen tiempo al gasoducto accidentado, sino a otros tres paralelos a él, durante unos días. Con esto contribuyó a que el gas, ya muy caro en California, subiera más de precio.

Volviendo a México, la información a la que aludimos al principio de este escrito apunta a que Enron puede haber influido en los actuales proyectos de "apertura" anunciados por el gobierno federal. Es difícil ahora saber si esto es así. Se habla de abrir el sector eléctrico a la inversión privada. Pero el hecho es que desde hace años casi todas las nuevas plantas eléctricas han sido instaladas por empresas privadas, con inversión privada, y además extranjera. Si ya está abierto el sector eléctrico a la inversión privada, y a ese punto, Ƒqué se quiere decir con que hay que abrir lo que ya está bien abierto?

Al mismo tiempo, el gobierno federal reclama al Poder Legislativo por qué no ha legislado en materia eléctrica, pero el gobierno mismo ni siquiera ha enviado al Congreso su propio proyecto al respecto. Se dice que no se va a privatizar, pero que se desea una apertura que ya está ahí. O el gobierno no sabe lo que quiere, o no sabe lo que pasa en este país. O lo que quiere no es lo que dice. Por eso es difícil saber qué quiere hoy, y si corresponde a lo que plantea Enron, o no.

En estas condiciones, lo mejor es discutir un proyecto nacional en materia eléctrica, en positivo. No es indispensable tener como referente un proyecto gubernamental que no se sabe si existe o no. En el Poder Legislativo se puede y debe procesar un debate abierto, público y participativo, y sobre esa base legislar si es necesario, y si no, recomendar las medidas reglamentarias que resulten pertinentes. Ť