Miércoles 16 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Visiones

Tareas pendientes

n César Gordillo Aguilar

En un artículo pasado, publicado el 19 de septiembre de 2001 y titulado Artes plásticas en Puebla: un nuevo panorama, me refería al cambio sustancial observado en el panorama de las artes plásticas de nuestro estado; sin embargo, en esta oportunidad quisiera hablar de algunas de las tareas que considero constituyen retos hacia el futuro inmediato:

1. Si bien ha sido posible acceder en este año a eventos de una gran calidad en nuestra ciudad, existen en ella todavía espacios subutilizados o utilizados con fines más bien de "complacencia social" que de difusión y apoyo a la cultura; el caso de la galería del palacio del ayuntamiento constituye probablemente el ejemplo más notorio; asimismo, aun cuando en la ciudad de Puebla son ya constantes los eventos y exposiciones de un buen nivel, en las ciudades del interior del estado no es sencillo acceder a eventos importantes, o por lo menos de mejor calidad a la acostumbrada. Revertir este comportamiento centralista en nuestro estado y recuperar los espacios que hoy son francamente desperdiciados debido a una visión de poco alcance por parte de quienes los administran es una tarea urgente.

2. El proceso de consolidación de la obra de un artista es por demás complejo y difícil; si bien los programas de becas estatales y nacionales han contribuido a "soportar" el desarrollo de algunos artistas jóvenes emergentes, el sostén de este proceso se basa fundamentalmente en el "sacrificio personal" de cada artista, el cual se acentúa debido a la falta de mercado que adquiera sus obras. Si bien en un tiempo se veía la conformación de un incipiente mercado comprador de arte en Puebla, actualmente las galerías comerciales han optado por el camino fácil y exponen preferentemente a artistas no poblanos o no residentes en el estado de Puebla, lo cual ha provocado la caída de ese naciente mercado local. El estado no puede ser eternamente el mecenas obligado del arte, pero en cambio sí tiene la obligación de ofrecer los canales de difusión de la obra de sus artistas así como de desarrollar una labor educativa que logre integrar la formación artística como parte esencial de los programas de estudio, contribuyendo de esta manera a la formación de un público crítico y perceptivo, que en el futuro pueda consolidarse como un posible coleccionista o por lo menos en un público que valore y apoye la producción de sus artistas.

3. Durante los últimos tres años hemos visto experiencias tanto de organización de eventos artísticos como de apoyo a programas de educación artística en que las instituciones educativas de nuestro estado son agentes activos: el Simposio de Arte Contemporáneo organizado por la Universidad de las Américas o la Bienal de los çngeles organizada por la Universidad Iberoamericana son ejemplos de las posibilidades que se abren con la conjunción de esfuerzos de las instituciones de educación, el estado, la iniciativa privada y los artistas. No debemos olvidar que la cultura se construye no sólo con los artistas sino con el conjunto social que la vive día a día, y que el apoyo de los agentes externos al estado es fundamental en este proceso. En el futuro será importante no sólo abrir nuevas oportunidades para este tipo de colaboraciones, sino consolidar los logros actuales buscando un mayor apoyo por parte de la iniciativa privada y el estado a este tipo de eventos.

4. Finalmente, los programas de capacitación promovidos por la Secretaría de Cultura, que fueron tan prometidos y que por fin inician, deberán ser una pieza fundamental en la formación tanto de artistas como de aquéllos que, sin serlo, están interesados en ampliar su perspectiva del arte, consolidar este programa y ampliarlo a las ciudades del interior del estado será una tarea fundamental en los próximos años. Recordemos que la cultura se construye en un trabajo colectivo y que la consolidación de una cultura regional implica también la posibilidad de captar ingresos vía turismo; como ha sido demostrado en los casos de entidades federativas como Oaxaca o Guanajuato, la cultura no es un gasto sino una inversión, y comprender esto podrá ampliar los horizontes para nuestro estado en el futuro.